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batalla de Boyacá, Casanare, Tanja y Cundinamarca: la del Socorro fué abandonada á Fortoul por su gobernador el de Pamplona huyó al acercarse Carillo, y Soublette, como hemos visto, arrojó de los valles de Cúcuta á La Torre : Antioquia y la rica Popayan se levantaron espontáneamente en armas á la voz de algunos patriotas granadinos: Mariquita, Neiva y el Chocó, se adhirieron sin oposicion á la causa de la independencia; y ántes de espirar el año de 1819 el dominio de los realistas quedó reducido á Cartagena, Santa Marta, Rio del Hacha, é Istmo de Panamá. El virei, llegado que hubo á Cartagena, dispuso una espedicion contra Antioquia, al mando del coronel Warleta, siendo su plan amagar un ataque por el Chocó, llamar la atencion de los patriotas por Nare, y dirigirse por Zaragoza al riñon de la provincia.

Evacuada Popayan por Calzada en fuerza de los repetidos triunfos que sobre él obtuvieran las partidas mal armadas de patriotas del Cauca, habia sido ocupada en 21 de octubre anterior por las tropas republicanas; mas poco antes del enero de este año se supo que reforzado el enemigo con tropas, dinero y armas remitidas por el presidente de Quito Don Melchor Aymerich, y con gente alistada en la provincia por sugestiones del obispo Jiménez, volvia de prisa contra aquella plaza. En Ocaña se organizaba una columna enemiga para reforzar la division del general La Torre, ó amagar la provincia de Pamplona por la parte de Cácota; y en Mompox se equipaba una espedicion contra Honda, Santander y sus ministros hacian esfuerzos estraordinarios de actividad y zelo para allegar gente y armarla; pero el considerable número de reclutas reunido en la Nueva Granada, habia pasado á Venezuela con el objeto de disciplinarse, y los pequeños cuerpos acantonados en el territorio carecian del armamento necesario. A principios de este año se hallaba, pues, el territorio granadino invadido por cinco puntos diferentes.

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En Venezuela la situacion militar de los partidos contendientes hacia presumir que durante mucho tiempo no se ejecutarian movimientos de grande consecuencia; pues á la vez que las miras de los patriotas estaban puestas en la total reconquista de la Nueva Granada, esperaban los realistas refuerzos de España para asegurar el buen éxito de sus esfuerzos, limitándose entre tanto á situar sus divisiones en los puntos mas convenientes para darse mutuo ausilio en caso necesario, bien se moviese Páez desde Apure, ó bien

se viera La Torre obligado á retirarse de la provincia de Mérida, en donde observaba las fuerzas independientes que de Cúcuta le habian lanzado el año anterior, La division española de vanguardia al mando de Moráles se hallaba en Calabozo, las divisiones 1.a y 5.a cubrian, en comunicacion con La Torre, la provincia de Barínas, y el grueso del ejército se estendia por Valencia, el Pao y San Cárlos, en contacto con las otras fuerzas. Hallábanse ademas bien provistas y guarnecidas la plaza y provincia de Cumaná: tropas habia suficientes en la de Barcelona y muchos batallones y cuerpos francos se hallaban situados en varios puntos de las de Carácas y Maracaibo. El número total de estas fuerzas ascendia á 12,200 hombres,

Poco habia sin embargo que temer por este lado, vista la actitud defensiva del enemigo; pero mucho del lado de la Nueva Granada, donde si bien tenian los españoles ménos fuerza, debian tambien contar con ménos resistencia. Y tambien porque un acontecimiento desgraciado ocurrido á principios del año en la provincia de Popayan dejó indefenso el pais por aquel rumbo. Y fué que hallándose el gobierno en la imposibilidad de ausiliar al coronel Antonio Obando, comandante general de operaciones en el mediodía, debió este jefe evacuar á Popayan y retirarse al Cauca, donde el terreno, el entusiasmo de los habitantes y la mayor copia de recursos, habrian sin duda hecho fácil la defensa. Tomáronse en efecto para ello algunas medidas, pero con tanta lentitud y con tan poca prevision, que el dia de emprender la retirada (24 de enero) sobrecogió Calzada á los patriotas en la ciudad, les mató mucha gente y se apoderó de un gran número de armas y de la mayor parte de la tropa. Destruida de este modo una columna que pasaba de mil hombres, y ocupado Popayan, era consiguiente la pérdida del valle del Cauca y aun la invasion de la provincia de Neiva, Subyugado el primero, estaba en manos del enemigo combinar sus operaciones con las de Warleta para ocupar á Antioquía, y reducida la segunda, podia acercarse sin obstáculo hasta la misma capital.

Afortunadamente, las parciales y débiles espediciones dispuestas por Sámano se habian disipado como el humo; ni podia ser de otra manera atendida su poca fuerza y las considerables distancias que mediaban entre unas y otras. La que por el Atrato invadió la provincia del Chocó fué destruida el 19 de enero, al mismo tiempo que la fragata Ándes, buque nacional de Chile, ocupaba algunos puertos

de la costa y hacia triunfar en ella la causa de la libertad. La que remontando el Magdalena se dirigió á Nare con una flotilla considerable, sufrió el 20 del mismo mes en el Peñon de Barbacoas un terrible descalabro de cuyas resultas quedaron destruidos sus buques y en poder de los patriotas 500 fusiles que les fueron de suma utilidad. Inquietando sin embargo al gobierno el temor de una combinacion entre Calzada y Warleta, que aun no habia abandonado las inmediaciones de Antioquia, envió armas, municiones y mas ausilios de toda especie á esta ciudad, á Neiva, á Ibagua y él Magdalena. Una columna de tropas debia penetrar por Guanácas, ó por el camino de tierra adentro á Popayan ó Caloto: el coronel granadino José Concha, gobernador del Cauca, por Quindio á Cartago; parte de las tropas de Antioquia, defender el estrecho de Bufú en el Cauca ; y la escuadrilla, hacer incursiones en el distrito de Ocaña, isla de Moráles é inmediaciones de Mompox, sin comprometerse en encuentros desiguales y poniéndose en comunicacion y contacto con una division que el Libertador habia dirigido á Ocaña desde San Cristóbal al mando del coronel Francisco Carmona. El resultado de estas operaciones fué que Warleta, rechazado en los Remedios y Zaragoza, se dirigió por el Cauca á Cáceres y al Yurumal; que perseguido vivamente por el teniente coronel José Maria Córdova, no paró hasta Nechi, punto en que el rio de este nombre se une al Cauca. Alli, séase que conociese la temeridad de su empresa ó que tuviese noticia del desgraciado suceso del Peñon de Barbacoas y de la espedicion de Ocaña, bajó á Mompox y dividió su tropa, reforzando la escuadrilla que se hallaba en el Banco y cubriendo á Tamalameque y Chiriguaná con el objeto de entorpecer las operaciones del coronel Carmona. No teniendo que temer Antioquia, ni de Warleta, ni de las fuerzas de Popayan, algunas tropas que marchaban en su ausilio retrocedieron, y el gobierno, juzgando que era llegado el caso de obrar sobre el Magdalena, dispuso que el jóven Córdova, oficial lleno de audazia y ardimiento, bajase por el Cauca y procurase poner en insurreccion las llanuras del Corosal y la ciudad de Mompox, punto mui interesante para aposesionarse de la navegacion de aquellos dos rios. Al mismo tiempo, el coronel granadino Hermógenes Maza debia batir las fuerzas sutiles enemigas que obraban en las inmediaciones de Mompox á las órdenes del teniente coronel Don Vicente Villa.

El Libertador, antes de disponer estos dos últimos movimientos

habia tomado otra medida igualmente útil para activar las operaciones en el Magdalena. Montilla, como sabemos, debia obrar por RioHacha, Santa Marta y el valle de Upar en combinacion con tropas de Cúcuta mandadas por Urdaneta, pero este jefe en quien Bolí➡ var tenia y con razon una gran confianza por su fidelidad y zelo á toda prueba, fué destinado por él á desempeñar el encargo interesante de hacer frente á La Torre en la provincia de Mérida. No podia sin embargo dejarse solo á Montilla en el bajo Magdalena, ni tolerar que el enemigo impidiese la comunicacion con él, manteniéndole aislado á tanta distancia de los cuerpos principales del ejército. Para llevar, pues, adelante el primitivo plan y reforzar á aquel jefe, habia dispuesto el Libertador los movimientos de Maza y Córdova, y el anterior, que ya conocemos, de Carmona sobre Ocaña. Este oficial despejó de enemigos el pais intermedio; pero como se detuviese en Ocaña mas tiempo del necesario, ordenó el Libertador que dos columnas al mando de los coroneles Lara y Carreño se dirigiesen por distintas rutas á aquella ciudad, y que allí reunidas incorporasen en sus filas á Carmona y siguiesen mandadas por el primero al Rio del Hacha ó Santa Marta, buscando á toda costa la comunicacion con Montilla, que debia estar sobre el Magdalena. Lara, cumpliendo exactamente las órdenes del Libertador, marchó sobre el enemigo, derrotó varias partidas que quisieron oponérsele en el tránsito de Ocaña á Chiriguaná, y tambien algunas fuerzas que encontrara en las inmediaciones del valle de Upar. En esta ciudad supo de un modo positivo que la legion irlandesa se habia amotinado y reembarcado, al andonando el servicio de la república, por cuyo motivo y el de hallarse con un gran número de enfermos y sin los medios necesarios para emprender por sí solo movimiento alguno sobre Maracaibo ni Santa Marta, contramarchó hácia la ribera derecha del Magdalena para reunirse con la division Montilla á toda costa. Y ahora veamos cuáles habian sido las operaciones de este benemérito jefe desde su salida de Margarita.

Dificultades de todo género embarazaron el apresto de esta espedicion, siendo la principal de ellas el retardo de las tropas irlandesas, de las cuales solo algunos piquetes habian llegado á Margarita. Las vituallas necesarias para el viaje, la prevencion de la escuadra y las infinitas exigencias de la tropa estranjera en momentos angustiadísimos para el tesoro público, hubieran acaso frustrado la empresa desde su comienzo si Montilla, siguiendo sus instruccio

nes, no resolviera partir, llegado marzo, con las tropas que se ha→ bian reunido. De hecho el dia 6 dió la vela en la escuadra de Brión, conduciendo 678 hombres, la mayor parte irlandeses y algunos jefes, oficiales y soldados criollos: los buques del almirante eran seis bergantines, cinco goletas y un falucho.

Fué feliz la navegacion y el 12 de marzo surgió la escuadra en el rìo del Hacha, á cuyo gobernador Don José Solis intimaron rendicion los gefes patriotas. Rechazada con entereza por el español la propuesta de entregar los fuertes de la plaza, dispuso Montilla el desembarco de su tropa en la mañana del 13, persuadido de que correspondiendo á las palabras los hechos, iba á oponerle el enemigo una vigorosa resistencia. Mas lejos de ser así, evacuóla Solis luego al punto, dejando abandonada la poblacion á los azares de la guerra, por seguir el prurito que tenian las autoridades realistas de no entrar en ajuste con las republicanas. Montilla, empero, deseando conciliarse la buena voluntad de los naturales con una conducta prudente, los invitó á volver á sus casas ofreciéndoles seguridad para sus bienes y personas; declaró que los efectos de particulares, depositados en los almacenes, serian devueltos á los que probasen ser sus dueños, y dió órden para que se pagasen por el tesoro público los que hubieran sido tomados para el consumo de la tropa. Hecho esto y nombrado por gobernador político de la ciudad el coronel Ramon Ayala, sujeto de valor y de perfecta integridad, se movió Montilla el 29 con una columna de 400 irlandeses á ocupar el valle de Upar, llevando el doble objeto de dispersar las guerillas enemigas que Solis y el coronel Daza habian organizado en los pueblos interiores, y el de ponerse en comunicacion con las tropas que debian obrar por aquel punto, segun lo hemos indicado. Montilla permaneció algun tiempo en el valle pacificando los pueblos de la provincia que se manifestaban hostiles á la causa nacional; pero estando todo el territorio de la de Santa Marta ocupado por tropas realistas, y careciendo absolutamente de caballería, le fué imposible alejarse mas de la costa y abrir las comunicaciones con Ocaña. A todo esto el gobernador de Santa Marta Don Pedro Ruiz de Pórras, habiendo reunido fuerzas considerables, las puso en movimiento á las órdenes del coronel Don Vicente Sanchez Lima con órden de atacar las que ocupaban el valle. El 8 de mayo se presentaron efectivamente en las inmediaciones del poblado y el mismo dia emprendió Montilla lentamente y en órden su retirada á la vista del enemigo : el

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