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La mayor parte de los oficiales de la escuadra y toda la tripulación extranjera, ha entrado al servicio en la esperanza de una campaña corta y lucrativa, contando entre las ganancias de esta especulación el botín que pueden adquirir en los pueblos en que lleguen á desembarcar, como se ha ejecutado durante el último crucero en las poblaciones de Payta, Huacho y otras. Por consiguiente, la variación de rumbo hacia el Río de la Plata, alarmará sin duda la tripulación y produciría un descontento general con peligro inminente de un desenlace trágico.

Por otra parte, todo el país tiene fija su vista en la escuadra, como la única barrera que contiene al virrey del Perú, y por un clamor uniforme se pide la pronta salida de ella al Callao á destruir la española y evitar la reunión de los navíos que vienen al Pacífico.

Sin descubrir las observaciones antecedentes, y después que el Sr. Director quedó persuadido de los términos á que podría extenderse la negociación, me sometí á su decisión, porque creía infructuosa cualquier tentativa sobre este punto, hasta que en la última conferencia se me manifestó S. E. conformado con la opinión de lord Cochrane. Pedí entonces contestación terminante para V. E., la que acabo de recibir é incluyo en pliego cerrado, devolviendo la libranza de los cincuenta mil pesos destinados á facilitar el proyecto, con lo que queda concluida la comisión con que V. se sirvió honrarme.

Santiago de Chile, agosto 7 á las 3 de la tarde.

Tomás Guido

Excmo. Sr. Capitán Gral. D. José de San Martín.

7.o

Carta de O'Higgins á San Martin.

Sr. D. José de San Martín. Santiago, agosto 7 de 1819. Compañero y amigo amado: No he demorado más la contestación á su apreciable de 28 del pasado que lo muy preciso para que lord

Cochrane me contestase lo que verá V. por la traducción inclusa con mi oficio.

Creo que tendremos tiempo para todo. Los papeles ingleses aún dudan que la expedición salga tan luego, por falta de transportes y de todo. Cierto es que se habían revistado 15 mil hombres, pero aún no había víveres para ellos en 28 de marzo.

Lord Cochrane me asegura la destrucción de los navíos españoles, aunque sean seis y vengan unidos.

No quiero demorar más tiempo la contestación.

Repito á V. que cuanto haya aquí y pueda contribuir á la salvación del virtuoso pueblo de Buenos Aires, cuente V. con ello como con su eterno amigo Bernardo O'Higgins. -(Original.)

8.9

Oficio del director O'Higgins é informe de Cochrane sobre el proyecto.

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Reservado. Excmo. señor: En el momento mismo en que el Diputado de las Provincias Unidas puso en mis manos el oficio de V. E. de 28 del pasado, hice comparecer al almirante lord Cochrane, que se halla en esta capital, para escuchar su dictamen sobre el proyecto propuesto por V. E.; y después de una larga conferencia y del más maduro examen de los puntos sobre que versa el plan, á que se halló presente el mismo Sr. Diputado, se convino en que su realización en el día, lejos de favorecer á Buenos Aires, le perjudicaría, como también á Chile y á la causa en general.

Para convencerse de esta verdad, basta que V. E. reflexione, que en el momento que el virrey del Perú supiese la dirección de nuestra escuadra, enviaría á este país seis mil ó más hombres, suficientes para impedir que las tropas de Buenos Aires diesen el menor auxilio á aquella ciudad invadida, y abandonada á sí misma por el avance que hiciese el general La Serna. Por el contrario, saliendo nuestra escuadra para el Callao, como saldrá dentro de ocho días, provista de todos los cohetes necesarios, debe destruir á la enemiga, de lo cual responde lord Cochrane con su cabeza.

Verificado esto, queda el virrey continuamente amenazado en la dilatada extensión de las costas del Perú, sin poderse exponer á alejar el ejército de La Serna, y entonces nuestra escuadra estará en aptitud de doblar el Cabo, y la tropa auxiliar á Buenos Aires sin riesgo de este país y con ventaja de aquél.

Á mayor abundamiento, oficié posteriormente á lord Cochrane sobre el mismo asunto; y ha reproducido por escrito lo que expuso verbalmente, según verá V. E. por la traducción que de su oficio le acompaño.

Santiago, agosto 7 de 1819.

Bernardo O'Higgins. Sr. Ca

pitán Gral. D. José de San Martín. — (Original.);

Informe de Cochrane adjunto.

(Traducción) -Santiago, 6 de agosto de 1819. - Excmo. señor: Mucho me lisonjea la honra que V. E. se ha servido hacerme, consultándome sobre unos puntos que envuelven, no sólo los más caros intereses de Chile, sino la libertad é independencia de toda la América.

Á la primera cuestión, que ciertamente está enlazada con las demás y las comprende todas, á saber: « Si la escuadra del Estado puede doblar el Cabo de Hornos para ir al Río de la Plata, » debo contestar que haciendo así, estará la costa abierta á merced del virrey; á lo que se agrega, que como la escuadra de Cádiz no ha de salir hasta este mes, nada ganaríamos, y si perderíamos mucho con que saliese ahora la escuadra de Chile; porque lo sabría el virrey en tiempo para hacer una diversión, é impedir que las tropas de Buenos Aires y Chile auxiliasen á sus hermanos del Plata.

Creo, pues, con toda la deferencia debida, que estando ya casi prontos todos los cohetes, es necesario quemar primero la escuadra y transportes del Callao, esparcir proclamas y poner en movimiento al Perú, si esto es practicable, á fin de detener los progresos del ejército del Alto Perú y entretenerlo en su territorio.

Todo esto puede hacerse; y la escuadra de Chile tocando en Valparaíso á su vuelta, puede estar en el Río de la Plata ó en el Janeiro en tiempo para frustrar los planes de la España,

Permítame que le repita por escrito, que con sólo los cohetes podemos destruir una fuerza naval superior; y que debe hacerse sin pérdida de tiempo, además de la cantidad ordenada, toda la posible para destruir la expedición que se aguarda del enemigo. Baste agregar, que yo creo infalible la aniquilación de los buques del Callao, desde que la emprendamos. Tengo el honor de ser de V. E. Cochrane. tica.)

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(Copia autén

APENDICE N.° 26, AL CAP. XXIII

LA DESOBEDIENCIA DE SAN MARTÍN.

Documentos ilustrativos (Originales).

(Primera serie)

CORRESPONDENCIA CONFIDENCIAL ENTRE EL DIRECTOR RONDEAU
Y SAN MARTÍN QUE PRECEDIÓ Á LA DESOBEDIENCIA.

Rondeau á San Martín.

Sr. D. José de San Martín. Amado compañero: Ya no debe quedarnos la más pequeña duda de que viene la expedición española. Acabo de recibir comunicaciones de nuestros diputados Gómez y García, el primero en París y el otro en el Janeiro, que nos lo aseguran, con encargo muy especial de que el país se ponga en estado de defensa sin perder momentos, porque convienen en que dará la vela á principios del entrante. Así, pues, se hace más preciso é interesante la venida de V. lo más pronto que sea posible para que acordemos el plan que debamos adoptar, como que es V. el que ha de mandar en jefe el ejército que se forme. Entretanto V. llega, se va adelantando lo que se pueda y permita la escasez de recursos, bien que en adelante podremos contar con algunos, pues el Congreso empieza á dar facultades para proporcionarlos.

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Como supongo que ésta debe encontrarle á V. en camino, encargo que la correspondencia que le dirija la lleve el correo á mano. Algunas otras cosas trataremos á nuestra vista. Entretanto desea á V. la más completa salud su verdadero amigo y compañero José Rondeau. Buenos Aires, 11 de agosto de 1819. (Autógrafo.)

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San Martín á Rondeau.

Sr. D. José Rondeau. Mendoza, 27 de agosto de 1819. Compañero amado: En su apreciable del 11 me dice que no debe quedarnos la más pequeña duda sobre la venida de la Expedición Española á nuestras costas: á mi no me quedó ninguna desde el momento que supe por Álvarez Condarco y Mr. Neile, que se habían fletado en los puertos de Inglaterra un número crecido de transportes; así es que, por este principio se ha obrado en la provincia (de Cuyo) y me lisonjeo de repetir á V. que para mediados de octubre se puede contar con 4,000 hombres, entre 2,300 veteranos, y un tren de 16 piezas corriente para marchar, pues hemos echado mano hasta de las campanas para la fundición de balas que nos faltaban. La tropa de línea mencionada se compone de seis escuadrones de caballería, á saber, 3 de granaderos y 3 de cazadores á caballo; el batallón de cazadores de infantería de Rudecindo Alvarado, fuerte en el día de 900 plazas, y de 200 artilleros: el resto será de milicias de caballería organizadas en siete escuadrones.

Por tercera vez tenía el coche á la puerta para marchar, y por tercera vez he vuelto á recaer; pero esta última ha sido en términos de estar de bastante cuidado. En fin, desde ayer he empezado á conocer algún alivio, que si este sigue, y me repongo alguna cosa de la debilidad en que me hallo, me pondré en marcha lo más pronto que me sea dable.

Yo no escribo al director del Estado; yo lo hago á un amigo, cuya honradez, desinterés y amor á su país son bien notorios: V. me hará la justicia de creer que no sé adular; pero sí hablar con

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