Cuba y sus jueces (rectificaciones oportunas)Compañía Lévytype, 1891 - 335 páginas |
Otras ediciones - Ver todas
Términos y frases comunes
abogado administración amigo Paco Antonio Armas autor Ayuntamientos Bayamo capital ciencia científicas ción Civil clase Colaboró colegio colonia comisión concejales Conde consagra Cubano auto cubanos autonomistas cuya debe derecho desmoralización Diario Diputado á Cortes dirigió disfruta educó ejerce empleados enseñanza escritor escuelas español establecimiento estudios Europa extranjero Felipe Poey Fernando Póo folletos fortuna Francisco Francisco Camps fundó Gobernador gratuitas Güines Habana hijos del país idem imprenta instrucción pública Isla de Cuba Jorrín José José Antonio Saco José María Carbonell laboriosidad letras liberal libertad Madrid Manuel Matanzas mente Metrópoli miento Miguel Villanueva moral Moreno mundo municipal Murió Narciso López nomista notable Nueva-York número Obispo obras orador patria patriotismo Península Peninsulares conservadores periódico pesos Pinar del Río población poeta política primera pueblo Puerto Príncipe Rafael reformas revolución cubana revolucionario Santa Clara Santiago de Cuba servadores sistema social Sociedad Económica socio sostenimiento Teniente trabajos Ultramar Unidos Varona vicio Zanjón
Pasajes populares
Página 80 - Ser de inmensa bondad !, ¡ Dios poderoso !, a Vos acudo en mi dolor vehemente. . . ¡ extended vuestro brazo omnipotente, rasgad de la calumnia el velo odioso, y arrancad este sello ignominioso con que el mundo manchar quiere mi frente ! ¡ Rey de los Reyes !, ¡ Dios de mis abuelos !, Vos sólo sois mi defensor, ¡Dios mío.
Página 75 - Sereno corres, majestuoso, y luego en ásperos peñascos quebrantado te abalanzas violento, arrebatado, como el Destino irresistible y ciego.
Página 75 - Torrente prodigioso, calma, acalla tu trueno aterrador: disipa un tanto las tinieblas que en torno te circundan, y déjame mirar tu faz serena, y de entusiasmo ardiente mi alma llena.
Página 76 - ... chocan, y se enfurecen, y otras mil y otras mil ya las alcanzan, y entre espuma y fragor desaparecen.
Página 76 - Océano, bajo un cielo purísimo se mecen? Este recuerdo a mi pesar me viene... nada ¡oh Niágara! falta a tu destino, ni otra corona que el agreste pino a tu terrible majestad conviene.
Página 76 - ¡Ved! ¡llegan, saltan! El abismo horrendo Devora los torrentes despeñados: Crúzanse en él mil iris, y asordados Vuelven los bosques el fragor tremendo. En las rígidas peñas Rómpese el agua: vaporosa nube Con elástica fuerza Llena el abismo en torbellino, sube, Gira en torno, y al éter Luminosa pirámide levanta, Y por sobre los montes que le cercan Al solitario cazador espanta.
Página 75 - Al despeñarse el huracán furioso, al retumbar sobre mi frente el rayo, palpitando gocé...
Página 78 - Cómo gozara, viéndola cubrirse de leve palidez, y ser más bella en su dulce terror, y sonreírse al sostenerla mis amantes brazos...! ¡ Delirios de virtud. . . ! ¡ Ay ! ¡ Desterrado, sin patria, sin amores, sólo miro ante mí llanto y dolores!
Página 76 - ¿Por qué no miro alrededor de tu caverna inmensa las palmas, ¡ay!, las palmas deliciosas, que en las llanuras de mi ardiente patria nacen del sol a la sonrisa, y crecen, y al soplo de las brisas del Océano bajo un cielo purísimo se mecen?
Página 77 - Vilos, y el pecho se inflamó a su vista En grave indignación. Por otra parte Vi mentidos filósofos que osaban Escrutar tus misterios, ultrajarte, Y de impiedad al lamentable abismo A los míseros hombres arrastraban: Por eso...