D. NICOLAS BRAVO. I. C /ARÁCTER peculiar de nuestra revolucion de independencia, que se imprimió á todos los sucesos de la guerra de que fué orígen, así como á los resultados definitivos de la misma encarnizada lucha, fué la clase de personas que desde la noche del 15 de Setiembre de 1810, tomaron parte activa en la ejecucion de uno de aquellos pensamientos que, germinando y brotando en las almas de los que están elegidos entre los miembros de la gran familia humana á representar el papel gloriosísimo de héroes, cambian radicalmente el modo de sér de los pueblos, y determinan una marcha nueva y distinta en una fraccion de la humanidad, *bien así como los grandes cataclismos del globo hacen variar el curso de los grandes rios, demarcándoles una nueva ruta, y asignándoles un destino diferente del que antes habian tenido. T. IV.-12. Viva está en la memoria de los mexicanos que forman la generacion actual, la radiosa figura del venerable párroco de Dolores y de sus compañeros en la heróica empresa D. Ignacio Hidalgo, D. Mariano Balleza, Fr. Bernardo Conde, Fr. Pedro Bustamante, Fr. Cárlos Medina y Fr. Ignacio Jimenez, sacerdotes todos que habiéndose adherido al pensamiento de la independencia, fueron hechos prisioneros, con el primer iniciador, en Acatita de Bajan, y ejecutados todos en Durango. Se conmemora tambien los nombres del Dr. D. José María Castañeda y Escalada, del Br. D. José Mariano Abad y Cuadra, de Fr. José María Esquerro y de Fr. Manuel Orozco, que fueron todos hechos prisioneros despues de la derrota de Aculco. Paralelamente á los personajes de la clase sacerdotal que tomaron, desde el principio, parte activa é importante en la revolucion de 1810, pueden considerarse á los Luna, á los Villagran y á los Torres, que de buena fé y animados de un instintivo patriotismo, secundaron el primer esfuerzo de los padres de la independencia mexicana. En esas dos clases sociales, la de los sacerdotes y la de los hombres de campo, puede reasumirse el grupo primitivo, la primera falange de los que se lanzaron á una empresa po entonces desatentada en la apariencia, pero que tenia á su favor lo que estaba escrito, el decreto fatal para el dominio español de su próxima y definitiva cesacion en las regiones del Anáhuac. Los Allende y los Garrido-la clase militar;-los Jimenez, los Aldama y los Abasolo-la clase media acomodada, ilustrada é independiente por conviccion,-figuran en los primeros dias de la insurreccion como personajes raros que no estaban llamados, por circunstancias de aquella época, á formar el mayor número de los que se habian arrojado á luchar con el leon español, para que dejase libre de entre sus garras el águila fabulosa, pero simbólica, de Tenoch. Los sacerdotes y los hombres de campo, tienen que revindicar para sus clases respectivas los honores del primer em |