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3 de Julio último, en que de orden del Excmo. Consejo de gobierno de esa República hace presente á este la urgente necesidad que hay en el dia de expedicionar sobre Chiloe, y lo invita á realizarlo, ofreciendo para ello auxilios de fuerzas marítimas y terrestres. Habiendo instruido á S. E. el supremo Director del contenido de esta nota, me previene conteste á V. S. en los términos siguientes:

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Aun antes de preveerse los nuevos peligros en que se ve hoy la América del Sur de ser perturbada en el goce de su libertad, por la ambicion extrangera, ya S. E. estaba convencido de la imperiosa necesidad de ocupar el Archipiélago de Chiloe, por razones tan poderosas, que no se ocultan al genio me nos perspicaz, y que por tanto es inutil manifestar. Consecuente á esta conviccion, emprendió en el año de 1823 una respetable expedicion, que desgraciadamente no tuvo el éxito que se esperaba, porque accidentes inevitables hicieron que su salida fuese en fines del verano, que arribase al Archipiélago en tiempo á que se siguieron inmediatamente las mas furiosas tempestades, propias de aquel riguroso clima, y que obligaron al fin á abandonar la empresa, despues de tener casi todo el pais ocupado. Sin embargo, S. E. el Director supremo jamas ha desistido de su constante empeño de arrojar á los enemigos de Chiloe; y sin duda en el año próximo pasado, ó en el actual, habria repetido sus esfuerzos para emprender una nueva expedicion, si la falta absoluta de numerario no hubiera frustrado enteramente sus designios. En estos dos años han

sido y son actualmente tan grandes los apuros de nuestro erario, que no alcanza á cubrir ni aun los indispensables gastos ordinarios. La obstruccion de los negocios mercantiles, que se experimenta, y la enorme suma anual que paga en Londres por los intereses, amortización y agencia del empréstito de cinco millones de pesos, que se contrató en dicha Corte, con inclusion de aquellos que debia haber satisfecho esa República, por la considerable parte que se le franqueo de este mismo empréstito, lo tienen reducido casi á un estado de nulidad. Y en estas circunstancias, ¿como podria S. E realizar el interesante proyecto de repetir una expedición so bré Chiloé? Segun los cálculos mas prudentes se necesitan indefectiblemente trecientos mil pesos para sus costos. En tal conflicto el único arbitrio que se le presenta, para llenar esta necesidad, es solicitar de ése excmo. Gobierno le facilite esta suina, que obtenida será abonada por el erario de Chile en parte de pago del empréstito que hizo á esa República.

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En lugar de los auxilios de fuerzas marítimas y terrestres que se ofrecen, S. E. solo quiere y necesita este urgente de numerario, para el que no encuentra absolutamente recursos en este pais. En el momento que lo consiga protesta realizar da deseada expedicion sobre Chiloe. Al efecto, pués, me ordena suplicar á V.S. se sirva poner esta nota en el alto 'conocimiento del excmo. Consejo de gobierno, a fin de que, hecho cargo de la justicia de

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esta solicitud, decrete la facilitacion de la referida cantidad de trecientos mil pesos bajo la condicion indicada; persuadiéndole al mismo tiempo, que para aprovechar la estacion oportuna, conviene que se franquee á la mayor posible brevedad, y para ello se adopte el arbitrio de girarse letras contra este comercio, ó el que se creyere mas adecuado.

Como S. E. el supremo Director está satisfecho que no se presentará embarazo en la concesion de este urgente, auxilio, queda desde ahora tomando providencias para aprontar la expedicion é inmediatamente que reciba contestacion á esta nota, dará la última mano á una obra que demandan imperiosamente las actuales circunstancias políticas de la América.

Cuando digo á V.S., que para realizar no necesita el Gobierno de Chile del auxilio de fuerzas marítimas del Perú, es en el concepto de considerarse suficientes para acompañar la expedicion las de Chile que existen aun en el bloqueo del Callao. Estas sí son indispensablemente necesarias. Por tanto en atencion á que para continuar el bloqueo se cree bastante el número respetable de buques del Perú y Colombia, destinados á este fin, y á que no existen, en el dia, ni remotamente temores acerca de la venida al Pacífico de nuevos buques de guerra enemigos, S. E. el supremo Director comunica orden con esta fecha al vicealmirante de la escuadra de esta República, D. Manuel Blanco Encalada, para que, suspendiendo sus operaciones en

el Callao, regrese sin demora al puerto de Valparaiso con los buques de su mando, para estar pronto á auxiliar la referida expedicion sobre Chiloe; y sin embargo de que el mismo vicealmirante debe hacerlo asi presente al excmo. Consejo de gobierno, V. S. tendrá la bondad de anticiparle este aviso para su inteligencia.

Acepte V. S. los sentimientos mas distinguidos de mi alta consideracion.

J. DE D. VIAL DEL RIO. H.

CONTESTACION.

SECRETARIA GENERAL.

Cuartel general en Potosí, á 27 de Octubre de 1825.

Al Sr. ministro de Estado en el departamento de Gobierno.

Sr. ministro.

Por la nota reservada de V. S. de 27 de Setiembre último, y por las del Sr. ministro de' relaciones exteriores de Santiago de Chile, que V.S. se sirve acompañar en copia, queda enterado S. E. el Libertador del ofrecimiento que hace ese Gobierno de recuperar por sí solo el Archipiélago de Chiloe, siempre que el del Perú le franquee trecientos mil pesos para los gastos de la expedicion. S. E. opina que si el Perú debe á Chile los trecientos mil ó mas pesos, se le haga el empréstito desde luego, librándose contra el nuevo que va á negociar

se en Londres por los Sres. Paredes y Olmedo.

Soy de V. S. muy atento humilde servidor.

Señor ministro.

FELIPE S. ESTENÓS.

OFICIO

DEL SECRETARIO DE LA GUERRA A LA MUNICIPALIDAD DE CARACAS ENVIANDOLE EL ESTANDARTE REAL DE CASTILLA TOMADO EN EL CUzco.

Palacio del Gobierno, en Bogotá, á 9 de Enero de 1826-16. TENGO la honra de ser el órgano del Gobierno para presentar á esa Municipalidad el estandarte real de Castilla, que el ejército colombiano ha abatido en el Perú, bajo la direccion de S. E el Libertador Presidente. La ciudad de Caracas, cuna del Libertador, y baluarte inexpugnable de la libertad, tiene derecho á conservar en su seno la insignia de los ultrajes cometidos por el Gobierno español en la tierra de los Incas, que al cabo de tres centu rias ha sido conquistada por el insigne americano que Caracas produjo para la felicidad de los hombres. Cree el Ejecutivo que esa Municipalidad apreciará la posesion de un monumento tan respetable, que envidiarian otros pueblos; y espera que en este paso reciba el pueblo caraqueño una nueva prueba del aprecio y consideracion que merece al poder Ejecutivo. Yo tengo la satisfaccion de participar de las dulces emociones que debe sentir ese pueblo y de protestar á VS. los sentimientos de mi consideracion.-Dios guarde á VS.

T. V.

CARLOS SOUBLETTE.

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