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CONTESTACION.

REPUBLICA DE COLOMBIA.

Departamento de Venezuela, Canton de Caracas. J. P. M.
Caracas, Febrero 20 de 1826.

Sor. secretario de Estado del despacho de la guerra.

La I. Municipalidad que presido, ha visto con singular aprecio el presente, que el Gobierno se ha dignado hacerle por mano de VS., del estandarte real de Castilla, abatido en el Perú por el ejército colombiano, bajo la direccion del Excmo. señor Libertador Presidente. Ella se ha congratulado con el pueblo que representa por la posesion de este doble monumento de la tiranía de los españoles y de la nueva gloria del Libertador en el antiguo imperio de los Incas; y me ha honrado con el encargo de testificar al mismo Gobierno por medio de VS. sus sentimientos de gratitud, y su voto de solemnizar con esta insignia el próximo aniversario de nuestro venturoso 19 de Abril.

Aprecia igualmente el I. C. municipal las particulares insinuaciones de VS. contenidas en su comunicacion de 9 de Enero próximo pasado, y asi me manda manifestárselo.-Dios guarde á VS.

DOMINGO N. SPINOLA.

OFICIO

DE LA ASAMBLEA GENERAL DEL ALTO PERU AL LIBERTA DOR PARTICIPANDOLE SU INSTALACION, Y PONIÉNDOSE EN SUS MANOS PARA QUE DIRIJA SUS DESTINOS.

Presidencia de la asamblea general. -Chuquisaca,
Julio, 19 de 1825.

EXCMO. SEÑOR.

Tengo el honor de dirigirme á V. E. como organo de la asamblea, para expresar sus sentimientos. Instalado este cuerpo de representantes, el 10 del corriente mes, en el modo que los convocó el gran mariscal de Ayacucho por su decreto de 9 de Febrero último ha visto con emocion tierna la primera y mas augusta reunion de compatriotas que han revindicado sus derechos. En los trasportes de su gozo bendijo mil veces el nombre famoso de V. E., por cuyo heróico esfuerzo, é inefables sacrificios, el aire que respiramos es ya un elemento de paz, de libertad, de esperanzas y de dicha. Recordó con entusiasmo que la espada de V. E,, exterminando tiranos viles, derroca un edificio construido sobre injusticias, para que se levanten otros cimentados en bases razonables, en que respire la humanidad hollada y abrumada, Pesó por fin, el valor de un dia en que dando por concluida la jornada del honor, se emprende la de la gloria, que aqui empieza por un pacto nuevo. ¿Y como podria no suceder esto mismo? Los departamentos que

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forman la asamblea, son, los que se pusieron á vanguardia en el rompimiento general contra el sistema bárbaro de su antigua depresion los que leyendo en el libro inmortal de la naturaleza sus sacrosantos derechos, los promulgaron á la faz de sus crueles verdugos: los que sacrificando vidas, abandonando hogares, perdiendo propiedades, y clavando en una lanza cuanto forma el encanto de la vida empezaron á beber el caliz amargo de las venganzas. Que contraste, que recuerdo! Mas no es esto todo. Ya los esforzados colombianos se haIlaban en la posicion á que los destinaban sus virtudes. Los argentinos, los bajo peruanos, los chilenos, los americanos todos tremolaban sus banderas de libertad, se miraban en el rol de las naciones; y solamente este infortunado interior lamentaba su esclavitud. El leon de las Españas habia formado aqui su guarida: con su boca ensangrentada aun amenazaba nuevas víctimas, y en este conflicto cruel, una noble emulacion nos consumia. Sin duda que la sabia Providencia quiso que purgasemos las manchas contraidas' en la mazmorra inmunda de la servidumbre, antes de entrar al templo santo de la libertad que palpasemos, como en última leccion, el oprobio de la esclavitud, para apreciar nuestra emancipacion; y que la grande obra de nuestro triunfo, se concluyese por un héroe tan virtuoso como V. E. para que nos guie en las marchas de nuestro anhelo. Esto es, señor excelentísimo, lo que hoy conoce la asamblea. Por lo

mismo ella se acoge á la mano protectora del poder comun del Perú, del salvador de los pueblos, del hijo primogénito del Nuevo Mundo, del inmortal Bolivar. Con V. E. lo andaremos todo, todo lo seremos con su ayuda. Con esa invencible espada nuestros antiguos tiranos huirán despavoridos, para no volver á manchar nuestro sagrado suelo. Con ese tesoro de saber, y de experiencia, tomaremos de su propio foco el fuego sagrado, que colocado en el altar de la patria, queme cuanto ha insultado á la humanidad, y encienda las virtudes que la ennoblecen. Con tan grande auspicio nuestras tareas no serán en vano. V. E. se dignará aceptar los votos de consideracion y gratitud con que le saluda la asamblea en la sala de sesiones. Excmo. Sor. Jo-. sé Mariano Serrano, presidente. Angel Mariano Moscozo, diputado secretario. José Ignacio de san Gines, diputado secretario.

CONTESTACION.

EXCMO. SEÑOR.

Lampa,3 de Agosto de 1825.

Con suma satisfaccion tuve la honra de recibir ayer un despacho de V. E. de 19 de Julio, por el cual me he instruido de la instalacion del cuerpo representativo de las provincias del Alto Perú. Al nacer esos dignos ciudadanos á la vida política mi corazon palpita de gozo: porque veo que, en un so

lo dia, el mundo liberal se ha aumentado con un millon de hombres, Bien dignos eran ciertamente los hijos de la Plata, y de la paz de representar en el orden político, y de hacer uso de sus derechos, antes sumergidos en el abismo de una esclavitud inmemorial. Ya que los destinos han querido que sean los altos peruanos los últimos que en América han entrado en el dulce movimiento de la libertad debe consolarles la gloria de haber sido los primeros que vieron, diez y siete años ha, el crepúsculo que dió principio al gran dia de Ayacucho. V. E. á nombre de la asamblea me honra extraordinariamente, suponiéndome capaz de dar proteccion à todo un pueblo y de servirle de guia en su nueva carrera. La bondad de esa asamblea me humilla, no encontrando en mí esas potencias que requiere la salud de una sociedad naciente; mas cualesquiera que sean mis facultades y talentos, me emplearé todo entero en servicio del Alto Perú: porque no puedo burlar la confianza de un pueblo generoso , que me cree digno de ella. El Alto Perú debe contar con mi espada, y con mi corazon...... no tengo mas que ofrecer. Sírvase V. E. manifestar á la asamblea general, que preside, los sentimientos que le profeso, y la alta consideracion con que soy de V. E. atento servidor.

BOLIVAR.

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