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Canónigo Miramón que fué enviado por el Gobierno para decidir á Castillo, apoyó á

éste.

Resolvió entonces Bolívar bajar el Magdalena, y al llegar á Barranca, envió nuevos co misionados con la misión de explicar á las autoridades de Cartagena sus pacíficas disposiciones; pero la respuesta fué aún más insolente.

Avanzó hácia Turbaco para acortar las distancias y entenderse mejor con los disidentes. De allí les envió por quinta vez un comisionado que fué recibido á balazos en la plaza.

En tan violento estado de relaciones, celebró Bolivar una junta de guerra, la cual decidió que se aproximaran las tropas á la plaza, y en efecto el 29 de Marzo ocuparon el Cerro de la Popa, cuyas aguas habían sido envenenadas. Allí sufrieron, sin contestar, los fuegos del Castillo, y hasta ofreció Bolívar á los de Cartagena enviarles su renuncia si se le daba un buque en Savanilla para trasladarse á una Colonia cualquiera, puesto que sin armas, le sería imposible combatir contra los españoles.

Una nueva junta de guerra convocada por él, acordó que no podía renunciar el mando sin órdenes del Gobierno de la Union, y que su deber era estrechar el sitio de Cartagena hasta que llegaran nuevas instrucciones.

Tuvo, pués, que acatar aquella resolución, y aguardó, pero en vano, porque después de haber escrito casi diariamente á los Cartageneros, rogándoles la avenencia, recabó por contestación grandes ultrajes, que él no vengo por evitar una lucha fratricida.

Al cabo de un mes de ansiedades, súpose allí la llegada de la expedición de Morillo á Venezuela. Bolivar convocó una nueva Junta de guerra, y manifestó la necesidad en que se hallaba de separarse de sus soldados y de la Nueva Granada. La Junta accedió enternecida á sus deseos poniendo por condición que á todos los Oficiales les sería también permitido renunciar sus empleos y ausentarse del país.

Bolívar se embarcó el 8 de Mayo con rumbo á Jamaica. Mariño y otros Jefes le siguieron después.

En Kingston se salvó casualmente de la

muerte. Un criado que le acompañaba fué seducido para que le asesinara. Se atribuye la sugestión de este crimen á un español pagado por Moxó.

Dormian Bolívar y Amestoy, emigrado de Caracas, en la misma habitación, el primero en una hamaca, y en una cama el segundo. Recogióse Amestoy cierta noche más temprano que de ordinario, y mientras llegaba su compañero, se acostó en la hamaca. Allí se durmió, y cuando llegó Bolívar tuvo pena de despertarle y se acostó en la cama.

Apénas había pasado una hora, cuando el negro, dirigiéndose cautelosamente á la hamaca, dió de puñaladas á Amestoy, dejándole

muerto.

Se le arrestó, y convicto del crímen, fué ahorcado. Permaneció Bolívar en Jamaica hasta fines de 1815, y de allí fué á los Cayos de San Luis en Haïti, donde el patriota Luis Brión armaba una expedición en auxilio de Costa firme.

Conviene advertir para mejor comprender esta historia, que el General Morillo, poco

después de su arribo á Carácas, decidió llevar una parte de su expedición sobre Nueva Granada, y en efecto se embarcó en la Guaira para Puerto Cabello, y de allí á Santa Marta y Cartagena, plaza ésta que ocupó después de una heróica resistencia. Bolívar, á los pocos días de estar en los Cayos, recibió á los fugitivos de Cartagena que se dirigieron á aquel punto.

Organizóse allí al mando de Brión á quien se dió el título de Almirante, una expedición compuesta de siete goletas mercantes armadas en guerra, y 250 hombres de desembarco, oficiales la mayor parte con elementos de guerra abundantes que facilitó el Presidente Petion, el cual había recibido á Bolívar con cordialidad y entusiasmo, á tal punto que sin su intervención oficial, habría sido imposible llevar á buen término el patriótico designio de la expedición. Contra el éxito de ésta, obraban, sirviéndose de las más viles intrigas, muchos de los recien llegados de Cartagena.

Dióse la expedición á la vela en el puerto de Acquín el 20 de Mayo de 1816. Allí iban

Bolívar, como General en Jefe, Mariño, Soublette, Piár, Mc. Gregor, Briceño Mendez, Zea, y otros probados ya en las lides patrias, así como también en el crisol de la lealtad. La expedición hizo rumbo á Margarita y no llegó á la isla, sino el 3 de Mayo, habiendo tenido la fortuna de capturar dos buques de guerra que la bloqueaban por el rumbo de Occidente.

Bolívar fué reconocido en una Asamblea popular como Jefe supremo, y Mariño como segundo.

El primero de Junio fué ocupado Carúpano sin resistencia y de allí envió á Mariño á organizar tropas en Güiria y á Piár á Maturin. Las tropas realistas acantonadas en Cumaná al mando del brigadier Cires, vacilaron en atacar á Bolívar creyéndole al frente de un ejército numeroso; y esta circunstancia le permitió reembarcarse el 29 con rumbo á Ocumare de la Costa.

Era su plan invadir la provincia de Carácas, aprovechando la ocasión de hallarse Morillo en la Nueva Granada con la mejor parte de su ejército expedicionario.

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