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Desembarcó pues el 6 de Julio en Ocumare, y en el acto envió á Soublette con 300 hombres á ocupar los valles de Aragua, operación que no dió buen resultado, porque Morales estaba ya en Valencia, y Carácas ocupado por una fuerza de línea. Poco después atacó Morales á los epedicionarios y los derrotó en la cumbre de los Aguacates, pero los patriotas pudieron retirarse en buen órden á Ocumare, llevándose sus heridos.

La situación se hizo crítica, porque los realistas no podian ser ya sorprendidos; bien al contrário, todos vivian alerta, y además acababan de obtener un triunfo. Bolívar juntó un Consejo de guerra que decidió la marcha á Choroni, tomar allí una fuerza patriótica, descender al valle de Onoto y seguir á los llanos en busca de los cuerpos de caballería de Monagas y de Zaraza.

De la expedición de Brión sólo habian quedado en Ocumare dos trasportes y un buque de guerra al mando de Villaret.

Aprobada la resolución del Consejo por Bolívar quiso éste activar él mismo el envío de

su cuantioso parque, y con este motivo se trasladó á la marina, algo distante de la población, disponiendo que se le diera aviso de cualquier novedad. La inesperada aproximación de Morales fué causa de que se resolviera á emprender la retirada á las 8 de la noche, y así se le participó á Bolívar con uno de sus edecanes, el cual por cobardía ó traición le dijo que los enemigos estaban entrando ya en el pueblo, y las tropas expedicionarias replegando al trote. Villaret levó anclas y se preparó á la fuga con sus dos trasportes. La consternación fué inmensa ; hasta se tiraron al agua várias personas que personas que allí estaban, buscando á nado las embarcaciones antes de partir. Bolívar, juzgando ya imposible incorporarse á su fuerza, cedió á las repetidas instancias de todos, y se embarcó en el buque de guerra, yendo en pos de Villaret.

Y todo fué obra de una falsa alarma. La división aguardó á los dispersos hasta las nueve de la noche y emprendió luégo una retirada, que será memorable en los anales de la

guera.

Mc. Gregor, escocés inteligente y valeroso fué reconocido como Jefe de la expedición. Narremos á vuela-pluma este tan glorioso incidente de la magna guerra.

Salieron los expedicionarios á las nueve de la noche llegaron al siguiente día á Choroni; una fuerza republicana se les incorporó en el camino de Maracai.

Bajaron tranquilamente al valle de Onoto. Una columna realista que se les opuso, fué derrotada. Continuaron por los Valles de Aragua. En la montaña de Güere, encontraron 29 republicanos asesinados por Chepito Gonzalez, en cumplimiento de una órden de

Μοχό.

Ocuparon la ciudad de La Victoria, dirigiéronse en seguida al Pao de Zárate, después á San Sebastian, donde dispersaron las fuerzas del realista Rosete.

Continuaron los expedicionarios su retirada por San Francisco de Cara y Camatagua, atravesaron el río Orituco, dirigiéronse á Chaguaramas, donde se apoderaron del estanco del Tabaco, é intentaron someter un destaca

mento español que se había atrincherado en las casas, al aproximarse los patriotas.

Allí fué depuesto Mc. Gregor por el mal éxito de esta operación, y nombrado Soublette para proseguir la retirada.

Continuó la marcha el 1° de Agosto, pernoctando la expedición en el Socorro, donde fué repuesto Mc. Gregor, en virtud del arrepentimiento de sus compañeros.

Allí se incorporó una columna republicana al mando de Infante. Á poco andar, hubo una refriega con una fuerza realista dirigida por el traidor Quero, cuyo solo nombre bastó para derrotarle, Siguieron los expedicionarios á Santa María de Ipire, á donde llegaron el 3. Allí se incorporó Zaraza con una fuerza, y se continuó la retirada hasta San Diego de Cabrutica, donde se hizo alto para incorporar las fuerzas de Zaraza y Monagas. Hecho esto y mejorado el personal y material de la infantería, se emprendió la marcha hácia la villa de Aragua.

En el sitio de los Alacranes se aprestó la expedición, que contaba con 1,300 hombres

á librar batalla contra una división española al mando del coronel Lopez. Se dió y se ganó el combate pereciendo casi toda la fuerza enemiga, y por último fué ocupada Barcelona el día 13.

Los que conozcan la inmensa distancia que separa á Choroní de Barcelona, recorrida por aquel puñado de héroes, la fragosidad de las tierras, la dificultad en las marchas de un ejército, ora expuesto á la lluvia torrencial, ora á la acción de un sol abrasador, y la falta de subsistencias Ꭹ de abrigo en los desiertos, pueden apreciar la importancia de tan admirable retirada.

Entre tanto Bolívar logró alcanzar los dos buques de Villaret, reunióse á Brión en Bonaire, y siguió á Güiria junto con Bermudez, que se le incorporó en aquella isla. Pero apénas había llegado, que fué desconocida su autoridad por las tropas que allí tenía el general Mariño, alegándose que el Jefe Supremo había abandonado la expedición de Ocumare. Mariño se hizo nombrar primer Jefe, y Bermudez segundo. Ambos fueron los autores de tan escandalosa trama.

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