Imágenes de páginas
PDF
EPUB

y fijó el 28 de Abril para comenzar las hostilidades. Sus fuerzas ascendían en esa fecha á 10,400 hombres de todas armas. En Calabozo tenía el realista 5000 soldados, 1900 en CaráValles del Oriente; 1000 en Cumaná, y el resto en disposición de movilizarlo sobre San Carlos y Araure.

cas y

Las tropas republicanas emprendieron los siguientes movimientos.

de orga

Urdaneta recibió la órden de pasar con sus fuerzas de infantería á Maracaibo, y nizar allí una expedición sobre Coro. Los cuerpos de caballería acantonados en Trujillo salieron para Barinas. Bolívar mismo siguió esa dirección, y de allí pasó á Achaguas para ponerse de acuerdo con Paez, después de lo cual regresó á Barinas. Las tropas republicanas acantonadas en Barcelona recibieron la órden de moverse al concluirse el armisticio con dirección á Carácas. Bermudez debía marchar sobre esta ciudad, y Zaraza con el auxilio de los jinetes al mando de Monagas, hacer la guerra en tierras de Calabozo y Orituco.

Aquel emprendió su marcha con 800 hom

bres, y á tambor batiente ocupó la ciudad de Caracas el 14 de Mayo, y más luego el puerto de la Guaira. En ambas plazas reforzó su división, y con 1,300 hombres siguió su marcha á los valles de Aragua en persecución de Correa, que abandonando la defensa de Carácas se había acantonado en el caserío del Consejo. Allí le atacó y puso en fuga. Siguió Bermudez la victoria, pero supo entónces que Morales venía contra él y retrocediendo al Consejo, aguardó en las alturas del Limón á Morales, contra el cual combatió todo el día 24; pero, escaso de municiones tuvo que retirarse con dirección á Carácas, y por órdenes del general Soublette, director de la guerra en aquella provincia, continuó su retirada hácia Guarenas con órdenes de acantonarse en la altura del Rodeo.

Consternado La Torre al saber en Araure la ocupación de Carácas, retrocedió con el grueso de sus fuerzas á San Cárlos, y ordenando desde allí que la caballería acantonada en Calabozo se trasladase al Pao, continuó él mismo su marcha hasta Valencia.

Caracas ocupada por Morales á consecuencia de la retirada de Bermudez, quedó á cargo del realista coronel Pereira por haber regresado aquel jefe á incorporarse con La Torre en Valencia.

De Pereira no podian mofarse impunemente los republicanos, y si bién es cierto que una columna mandada por uno de sus tenientes fué destruida por las fuerzas de Bermudez, combinadas con las del valeroso coronel Parejo, también lo es que alentado el jefe Oriental con aquel triunfo, embistió á Carácas, donde le aguardaba Pereira en posiciones sobre el Cerro del Calvario. Trabóse allí la batalla, y el resultado fué tan funesto para Bermudez, que de sus fuerzas que ascendían á 1500 hombres, apénas pudo salvar 200 que despavoridos huyeron al Rodeo. Y no quedó en esto el desquite, sino que la fuerza realista derrotó á Padrón en la Guaira, y persiguiendo á los patriotas por el camino de Guarenas, les hizo correr hasta Uchire.

Pero Bolívar, reunido ya á Paez en San Carlos avanzaba sobre el campo de Carabobo, donde

debía conquistarse la independencia de Venezuela. Solemne era el momento, y todo presagiaba un grave suceso.

La fuerza realista ascendía á 6000 hombres. Las de Colombia á otro tanto. La infantería española era excelente, pero el ejército carecía de unidad, porque Morales, hasta cierto punto mal avenido con La Torre desde que éste quedó como sucesor de Morillo, léjos de ser un apoyo con su caballería, más bien era un obstáculo, y acaso una traición.

De todos modos la acción era ya inminente porque Bolívar avanzaba con su ejército resuelto á librar la batalla redentora. El 24 de Junio una avanzada patriota al mando del coronel Laurencio Silva, derrotó completamente la descubierta enemiga. Este feliz suceso permitió al ejército republicano penetrar por el desfiladero al campo de Carabobo y observar alli la fuerza realista. Componíase aquel de tres grandes divisiones; la primera al mando de Paez, constaba de los batallones Británico y Apure y además 1500 jinetes. La segunda á las órdenes de Cedeño, se componía de los

batallones tiradores Boyacá, Vargas, y el escuadrón Sagrado, guiado por Aramendi. La tercera división á cargo del coronel Ambrosio Plaza, se formaba con los batallones Rifles Granaderos, vencedor en Boyacá, Anzoategui y un regimiento de caballería á las órdenes del Coronel Rondón.

Difícil era para Bolívar penetrar de frente, y por esto ordenó á Paez que entrara por un atajo que guiaba á la derecha de los enemigos. Trataron estos, al saberlo, de impedir aquel paso por donde no aguardaban el ataque, pero sin éxito alguno, porque Paez pasó cuando llegó el batallón Británico en su auxilio, el cual sostuvo con una serenidad inaudita la posición conquistada, hasta que se encontró allí la primera división patriota, y las fuerzas españolas de infantería fueron desalojadas de sus puestos.

Si Morales con su caballería les hubiera socorrido, tal vez habrían evitado el desastre, pero sucedió que sus jinetes se desbandaron, y desde aquel momento quedó en completo desórden el ejército de La Torre.

Los patriotas ocuparon sin resistencia en

« AnteriorContinuar »