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en elcampo 800 muertos, y cuanto tenían. Después de esta victoria, regresó á Quito, encomendando al general Salon la dirección de las tropas para ocupar á Pasto. Á marchas forzadas volvió á Guayaquil: pero el permiso del Congreso colombiano no había llegado todavía, y era forzoso aguardarlo.

El Congreso había dado la autorización desde el 5 de Junio, pero precisamente por causa de la insurrección de los pastusos, el pliego no llegó á tiempo. Al recibirlo Bolívar decidió embarcarse para el Perú el 6 de Agosto, saliendo para el Callao el 7 del mismo

mes.

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Bolívar llegó al Perú cuando la obra de San Martin estaba á punto de desaparecer por las disensiones y perfidias de los mismos peruanos. Riva-Agüero, depuesto, como hemos dicho, por el Congreso, se rebeló contra este Cuerpo, y lo disolvió fijándose en Trujillo. Los Diputados reunidos en Lima, lo declararon faccioso, nombrando á Tagle Presidente interino de la República. ¡Dos presidentes para el mismo país ocupado por un ejército español fuerte de 23000 hombres!.. La anarquía empezaba.

Bolívar, investido por el Congreso de la

suprema autoridad militar de la República, se ocupó inmediatamente en reducir, de grado 6 por fuerza, á Riva-Agüero, para evitar el peligro de la guerra civil al frente de un enemigo extranjero tan poderoso, y obtener así la cooperación de las tropas que Riva-Agüero tenía en Trujillo.

Lo logró fácilmente, porque habiendo interceptado una correspondencia que comprobaba, á no dejar duda, que Riva-Agüero estaba en tratos secretos con el Virey Laserna, para establecer una Monarquía en el Perú, no tuvo ya consideraciones con el apóstata, y resolvió someterlo. Durante el viaje, instruyó por medio de emisarios, á los oficiales de Agüero de los pérfidos proyectos que éste abrigaba, y uno de los tenientes principales, el coronel Gutierrez de la Fuente, arrestó al seudo Presidente y á su Ministro, sometiéndose el ejército de 3000 hombres que Agüero tenía, á las órdenes de Bolívar.

Sucre fué encargado del mando. Bolívar siguió á Lima, con el fin de asegurar la defensa del Callao. Fué entónces, Enero de 1824,

que hallándose en Pativilca, puertecillo situado al Norte de Lima, tuvo una fiebre gástrica, que le puso á las puertas del sepulcro. Apenas convaleciente, prosiguió con grande actividad la reorganización del ejército, pués era inminente el peligro de una próxima batalla con el ejército realista.

Así las cosas, sucedió que los dos batallones Argentinos que custodiaban la fortaleza del Callao, se sublevaron el 5 de Febrero, enarbolando el pabellón español. Fué autor de este suceso el sargento Moyano, en connivencia con los realistas y peruanos apóstatas. El Congreso proclamó inmediatamente á Bolívar Dictador absoluto para que salvara la situación. El héroe de Colombia y su ejército, eran los únicos que podían ya galvanizar el gran cadáver peruano.

La corrupción había llegado al último grado. La cobardía y la mala fé campeaban por todas partes. Casi todos los pro-hombres y jefes del Perú, abandonaron la causa nacional y se pasaron al enemigo. Sólo quedaban Bolívar y las legiones colombianas resueltas

á salvar el Perú, ó á sepultarse bajo sus escombros.

De los auxilios de Chile, unos se habían devuelto al principio desde Arica, y otros desde el Callao al ver ondular el pabellón español en la fortaleza. Bolívar y sus tropas iban á luchar contra lo imposible, pero esta palabra no existía para tan grande hombre ni para tan heróicos soldados. Apénas eran 4,000, pero ellos bastaron para hacer morder el polvo en dos grandes batallas al ejército más aguerrido y numeroso de España en América.

Ocupóse, pués, Bolívar sin pérdida de instantes en la concentración de sus fuerzas y en su organización, y confió el mando en jefe de las divisiones peruanas al general Lamar, á Sucre la dirección del ejército de Colombia, poniendo á sus órdenes los generales Lara y Córdova. Necochea fué nombrado jefe de la caballería, quedando á cargo de Miller los jinetes peruanos, y al de Carvajal los de Colombia. Bolívar dirigía personalmente el ejército.

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