Imágenes de páginas
PDF
EPUB

El 6 de Agosto debía de ser fausto para su gloria. Canterac, con la división realista, compuesta de 9000 hombres, entre los cuales había 2000 jinetes muy bien equipados, llegó al pueblo de los Reyes el 4 de Agosto en la noche. Bolívar determinó atacarle á orillas de la Laguna de Junin, y dictó en consecuencia sus órdenes. Emprendióse la marcha, y al siguiente día por la tarde, la caballería de los patriotas á cuya cabeza se habían puesto Bolívar, Sucre y otros jefes, divisó al enemigo al otro lado de la Laguna. Canterac, que vió desde una altura aquel movimiento, y que tenía gran confianza en la superioridad de sus jinetes, esperó á los patriotas para darles una carga. Estos llegaron, y trabaron el combate : el choque al arma blanca fué terrible y muy sangriento. No hubo allí sino golpes de sable y lanza. La caballería de los patriotas vióse al principio algo envuelta, particularmente cuando cayó herido el general Necochea, pero se organizó sin pérdida de tiempo, y en una brillante carga que duró más de una hora, logró poner en derrota al enemigo, obligán

dole á emprender una retirada tan violenta y difícil que en ella perdió la mayor parte de los que sobrevivieron en Junin. Esta derrota costó á Canterac más de 2000 hombres, parque, ganados, caballos, y otros elementos militares; y, lo que es más, relajó la moral de su ejército, en tanto que la del ejército aliado se llenó de confianza y brios. V

El ejército libertador recorrió en triunfo el territorio libertado y reposó en Huamanga, durante un mes. Sabendor Bolívar de que, aun después de la victoria de Junín, su ejército era muy inferior en número al realista, confió á Sucre el mando en jefe, y se dirigió á la Costa con el fin de despachar una división que formaría con todos los enfermos de los hospitales que habían quedado á retaguardia, y los cuerpos que llegaran de Colombia. Dos de estos encontró en el tránsito, y los envió á marchas forzadas.

Cuando el Virey Laserna supo en el Cuzco la noticia de la derrota de Junin, dió órden para concentrar su ejército, y reunió allí 9,320 hombres, que organizó de la manera siguiente.

Primera división de infantería al mando del brigadier Monet : segunda, á cargo del general Villalobos, y tercera regida por el general Valdés. El brigadier Ferraz mandaba la caballería, y el general Cacho los artilleros. El Virey se puso en persona á la cabeza del ejército, y ordenó la marcha : muy pronto debía encontrarse con Sucre, que apénas contaba 5,780 hombres.

El 2 de Diciembre se avistaron ambos ejércitos en la pampa de Matará. El 5 supo Sucre por un emisario de Bolívar, que no debía contar con más refuerzos, porque la división que proyectó formar con los enfermos había sido comprometida anteriormente á su llegada en un combate en Bella-Vista y destruida en su mayor parte.

El día 8 ambos ejércitos acamparon como á media legua de distancia. Por la noche cada uno cubrió su campo con una línea de cazadores, estando ambas tan inmediatas que los jefes de una y otra podían hablarse.

Amaneció el 9 de Diciembre de 1824, y en la tarde de ese día quedó consumada la inde

pendencia del continente Sur-Americano. ¡Gloria á Sucre, á Córdova, Lamar, Silva, Lara y á los demás héroes de aquel venturoso día! La batalla comenzó ántes del medio día : en el momento en que el ala izquierda de los patriotas cedía al fiero ataque de Valdés, Sucre ordenó á Córdova que cargara sobre el centro. El valeroso adalid, jóven de 25 años, avanzó con su tropa al grito de «¡ Adelante! ¡Armas á discreción!!.. y al penetrar en los batallones de Villalobos, los hiende y destroza. Hace lo mismo con los de Monet. La reserva española se empeña en vano. La caballería de los patriotas y el resto de la infantería han entrado en acción. La batalla estaba ganada; la derrota del enemigo fué completa. Allí quedaron prisioneros el Virey Laserna y los generales Canterac, Valdés, Carratalá, Monet, Villalobos, Ferraz, Bedoya, Somocuzco, Atero, Cacho, Landazuri, García Camba, Pardo, Vigil y Tur: diez y seis coroneles, sesenta y ocho tenientes coroneles, cuatrocientos ochenta y cuatro oficiales, y el resto del ejército.

Sucre, después de la prisión del Virey,

otorgó al enemigo una generosa capitulación. El general Córdova, héroe principal de la jornada, fué ascendido por Sucre en el campo de batalla á general de división. El regocijo de Bolívar al recibir la noticia de la victoria de Ayacucho, no tuvo límites. Su primer acto, fué expedir un decreto de honores y recompensas al ejército, y felicitar á Sucre por el éxito de aquella batalla que aseguraba la independencia del Continente.

Pero Rodil, jefe de la fortaleza del Callao, no quiso darse á partido, en virtud de la capitulación de Ayacucho, y no sólo se negó á recibir el primer emisario de Canterac, sino que al mismo general Monet que se presentó después para hacerle entrar en razón, no le recibió y hasta lo injurió por carta. Allí quedó resistiendo por algún tiempo hasta rendirse.

El general Sucre, después de la victoria, pasó al Cuzco é hizo entrar en la capitulación los diversos jefes realistas que allí se daban todavía trazas de continuar la guerra. De éste número fueron Espartero, Maroto y otros.

El Congreso peruano se reunió en Lima el

« AnteriorContinuar »