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El muy honorable Nicolas Wansittart, como dije á V. E. es mi apoderado; y como mi patria me ha comferido ya cargos militares incompatibles, según lo concibo, con cualquier emolumento extrangero, suplico á V. E. se sirva disponer el ajuste de mi pension de conformidad con el memorandum que dejé cuando salí de Inglaterra, reiterando mis más sinceras gracias al Gobierno Británico, por el apoyo y pensión que me concedió, mientras mi residencia en Inglaterra fué necesaria con el fin de promover la emancipación y proteger los intereses de las colonias Sur-Americanas.

En carta particular á Sir Richard Wellesley he mencionado algunas circunstancias relativas al interior de la provincia de Carácas y al limítrofe reino de Santa Fé de Bogotá. Si los hechos allí referidos interesan de algun modo á V. E, puede tenerlos como ciertos.

Con el mayor respeto y la más alta consideración quedo de V. E., Milor, su muy obediente y humilde servidor.

FRANCISCO DE MIRANDA.

Hemos copiado esta carta, así como los documentos insertos anteriormente, en los archivos de Londres, con la generosa venia del gobierno británico.

III

No terminó el año de 1810 sin acontecimientos de alguna gravedad. Casi todas las provincias de Venezuela secundaron el movimiento de Carácas; pero las de Guayana, Coro y Maracaibo pretendieron contrarrestarlo con las fuerzas militares de que disponian. Esta resistencia contribuyó poderosamente á fomentar la reacción en el sentido español, y á encender en el ánimo de los patriotas y autores del movimiento iniciado en 19 de Abril, el deseo de llegar á la verdadera fórmula de la revolución, ó sea á la independencia de Venezuela.

En esta misma sazon llegó á Carácas la noticia de las horribles matanzas llevadas á cabo en Quito por las Autoridades españolas. Sesenta personas, muy notables algunas, contra las cuales se procedió en juicio de conspiración, fueron degolladas impíamente en la prisión, y profanados sus cadáveres por la tropa que ejecutó el crímen.

Este infame atentado que causó general duelo en Carácas, bien al contrário de desanimar á los patriotas, pintó más al vivo en su imaginación el deseo de tomar represalias. En la pira de la guerra, á medio arder, fueron arrojadas una á una las pasiones del encono y de la venganza. España contribuyó á fomentar el incendio porque la Regencia de Cádiz, al saber lo ocurrido, declaró rebeldes é insurgentes á los venezolanos y decretó el bloqueo de la provincia de Carácas, enviando á D. Antonio Cortabarría con facultades omnimodas....

Por entónces había ya corrido sangre en varios puntos de Venezuela. Las fuerzas españolas, estacionadas en Coro al mando de Ce

ballos, fueron atacadas con buen éxito por las fuerzas venezolanas al mando de Toro. Las de Miyares, que desde Maracaibo llegaron en auxilio de Ceballos, fueron también derrotadas.

Á este punto de la revolución se restituyeron á Venezuela Bolívar y Miranda. El pueblo recibió á este con entusiasmo indescriptible, y la Junta le nombró en el acto Teniente General. Su presencia en el país fué motivo de plácemes y de confianza en el ánimo de los patriotas todos.

Se hacian elecciones generales en Venezuela con el fin de constituirla legalmente. Miranda fué nombrado Diputado. El Congreso nacional se instaló el 2 de Marzo de 1811, y uno de sus primeros actos fué organizar el Poder Ejecutivo á cargo de tres Ciudadanos eminentes, los señores Padron, Escalona y Mendoza.

El desempeño de su misión era para estos Gobernantes extremadamente difícil, porque Bolívar y Miranda habian constituido una sociedad patriótica, compuesta de los más exaltados partidarios de la independencia; en el campo realista cundía la alarma y era cada vez

ménos hacedera la comedia del Gobierno en nombre de Fernando VII. De necesidad era trazar una línea divisoria entre aquella primera etapa de la revolución y las venideras, y á ello contribuyeron principalmente Miranda y Bolívar por medio de la Sociedad patriótica.

Los realistas imitaron á sus adversarios tratando, bien que sin fruto, de restablecer el perdido poderío. En Cumaná pretendieron infructuosamente apoderarse de una fortaleza. En Guayana quemaron y pusieron á saco el pueblo de Cabruta. Á poco andar, la situación se hizo tan difícil, que no fué posible prolongarla, y el Congreso Nacional se decidió á proclamar la Independencia de Venezuela. Esto ocurrió el 5 de Julio de 1811.

En esta fecha memorable fué completamente desconocida la Autoridad de España en Venezuela, y llamada ésta á constituirse en Nación soberana é independiente, pudiendo adoptar la forma de Gobierno que más le conviniera.

Esta declaración lanzada en son de reto, hizo que los realistas no perdieran tiempo en

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