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Bolívar la necesidad de proceder activamente, y en consecuencia despachó á Urdaneta con tropas à Valencia, y él mismo le siguió luégo para emprender las operaciones de sitio contra la plaza de Puerto Cabello. El resultado de estas tenía que ser lento y dudoso. Las fuerzas de Jiraldot y Urdaneta se apoderaron de las Vigias y del pueblo exterior; pero de allí era ya dificil penetrar intramuros. Los sitiados hicieron una salida y fueron rechazados. Dos compañías republicanas á su turno penetraron por unos escombros, pero sin más fruto que la captura de Zuazola que mandaba el mirador de Solano, y creyéndose perdido, tanto era su miedo, se descolgó por las murallas, y fué cogido al día siguiente entre los montes por los patriotas.

Bolívar propuso á Monteverde el canje de Zuazola por el Coronel Jalon, preso en Puerto Cabello desde el año anterior, y aún ofreció más prisioneros, si preciso era en cambio de aquel patriota pero el Jefe realista, como de costumbre, rechazó la propuesta. Zuazola fué en consecuencia ahorcado al siguiente día.

El 13 de Setiembre presentóse frente á la Guaira la expedición enviada de España en auxilio de Monteverde, compuesta de varios buques de guerra y 1200 hombres de desembarco. El 16 entró en Puerto Cabello sin que la estratagema concebida por Bolívar y ejecutada por Ribas para apoderarse de dicha expedición en la Guaira hubiera tenido más resultado que la muerte y captura de los primeros que desembarcaron, creyendo que el puerto estaba en poder de las armas españolas.

Desconcertado Bolívar con la llegada de tales refuezos á Puerto Cabello, levantó el sitio y se dirigió á Valencia. Á fines del mes salió Monteverde con el grueso de sus fuerzas en persecución de la muy exigua de Bolívar, y situó su vanguardia compuesta de 500 hombres en el cerro de Bárbula. Bolívar aprovechó este movimiento y dispuso el ataque con tres columnas al mando de Jiraldot, D'Eluyar y Urdaneta. Los realistas fueron derrotados, dejando en el campo muertos y prisioneros; pero la República tuvo el dolor de perder en aquel combate al ilustre Jiraldot, que murió de un

balazo en la frente en el momento en que con su propia mano plantaba el pabellon tricolor en las alturas.

Jiraldot era granadino, y su muerte causó profundo pesar entre sus compatriotas que juraron vengarle, y en efecto, el 3 de Octubre, 1000 hombres al mando de D'Eluyar, granadino como Jiraldot, atacaron á Monteverde en el sitio de las Trincheras, derrotándole completamente, é hiriéndole en la cara de un balazo, por lo cual tuvo que refugiarse al punto en Puerto Cabello, y se restableció el sitio.

Boves había alcanzado en esos dias una fácil victoria en los Llanos sobre una fuerza republicana y avanzaba hácia Villa de Cura. Inquieto Bolívar al saberlo y temiendo que Monteverde, que disponía del litoral, desembarcara su tropa en Coro, é invadiera junto con la de Ceballos el Occidente de la República, ordenó que el Brigadier Urdaneta con una columna de 700 infantes y un escuadrón se dirigiese á aquellas provincias incorporando en el tránsito diversas fuerzas patriotas, acampadas hasta Barquisimeto. Boves y Moales deberian ser

atacados en Calabozo por las tropas republicanas al cargo de Campo-Elias. No era este republicano inferior á su adversario realista en ferocidad ni en valor, y por eso le presentó batalla el 14 de Octubre en el sitio de Mosquitero al frente de 1500 jinetes. Tenía Boves 2000 hombres de caballería y 500 infantes, al mando de Morales. Al principio la suerte favoreció al realista; pero luego tornóse y quedó completamente desecha su tropa y tendida en el campo, pues el republicano no dió cuartel á nadie, matando á centenares los americanos que el decreto de Trujillo exceptuaba. Estas y otras crueldades hicieron, porodioso, estéril su triunfo.

Cuando esto ocurría en los Llanos, el pueblo de Carácas, por el órgano de sus autoridades aclamaba á Bolívar Capitan general del Ejército, y dábale además el título de Libertador. El Brigadier realista Ceballos resolvió su salida de Coro con 1300 hombres У derrotó en Yaritagua la división de García de Sena, vencedora anteriormente en Cerritos Blancos á cargo del Coronel Valdés, que reemplazó en esta acción á Sena por el mal estado de su salud.

Tras este fracaso ocurrió otro no ménos grave; la pérdida de la provincia de Barinas, que fué invadida por el realista Yañez con una división de 2,500 hombres traida del Apure.

Á Urdaneta, inactivo á consecuencia de la derrota de Valdés, envió Bolívar, para que le auxiliara, el batallón Aragua, mandado por el Coronel Florencio Palacios, y el escuadrón de soberbios Dragones, regido por el Coronel Rivas Dávila, y sin pérdida de instantes se trasladó él mismo á Cabudare á dirigir el movimiento. Era su plan atacar las fuerzas de Ceballos y Oberto alojadas en la ciudad de Barquisimeto y sus alrededores. Las fuerzas de Bolívar se componian apénas de 1200 hombres de infantería, dos piezas de campaña y 200 jinetes, en tanto que la realista tenía 2000 infantes, 9 piezas de artillería y 500 caballos. Rompiéronse los fuegos; la caballería republicana envolvió á la enemiga de tal modo que la llevó en derrota hasta fuera de poblado. La infantería se batía con admirable valor, y los patriotas saboreaban el triunfo, y Ceballos se aprestaba á la fuga, cuando de repente se oyó el toque de retirada,

ya

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