Varios discursos

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Página 206 - Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis: si con ansia sin igual solicitáis su desdén, ¿por qué queréis que obren bien si las incitáis al mal?
Página 187 - Dios mi prisionero, Que muero porque no muero. ¡Ay, qué larga es esta vida! ¡Qué duros estos destierros! ¡Esta cárcel, estos hierros En que el alma está metida ! Sólo esperar la salida Me causa dolor tan fiero, Que muero porque no muero, ¡Ay, qué vida tan amarga Do no se goza el Señor!
Página 207 - Con el favor y el desdén tenéis condición igual, quejándoos, si os tratan mal, burlándoos, si os quieren bien. Opinión ninguna gana, pues la que más se recata, si no os admite, es ingrata, y si os admite, es liviana.
Página 208 - ¿O cuál es más de culpar, aunque cualquiera mal haga, la que peca por la paga o el que paga por pecar? ¿Pues para qué os espantáis de la culpa que tenéis? Queredlas cual las hacéis o hacedlas cual las buscáis.
Página 225 - ¡ay, cuan triste libertad respiro! Hice un mundo de ti, que hoy se anonada, y en honda y vasta soledad me miro. ¡Vive dichoso tú! Si en algún día ves este adiós que te dirijo eterno, sabe que aún tienes en el alma mía generoso perdón, cariño tierno.
Página 207 - ¿Qué humor puede ser más raro, que el que falto de consejo él mismo empaña el espejo y siente que no esté claro?
Página 224 - Te amé, no te amo ya; piénsolo, al menos. ¡Nunca, si fuere error, la verdad mire! Que tantos años de amarguras llenos trague el olvido; el corazón respire. Lo has destrozado sin piedad ; mi orgullo una vez y otra vez pisaste insano. . . mas nunca el labio exhalará un murmullo para acusar tu proceder tirano. De...
Página 207 - ¿Pues cómo ha de estar templada la que vuestro amor pretende, si la que es ingrata ofende y la que es fácil enfada? Mas entre el enfado y pena que vuestro gusto refiere, bien haya la que no os quiere y quejaos en hora buena.
Página 207 - Dan vuestras amantes penas a sus libertades alas, y después de hacerlas malas las queréis hallar muy buenas. ¿Cuál mayor culpa ha tenido en una pasión errada, la que cae de rogada o el que ruega de caído?
Página 204 - Que no me quiera Fabio al verse amado es dolor sin igual, en mi sentido; mas que me quiera Silvio aborrecido es menor mal, mas no menor enfado. ¿Qué sufrimiento no estará cansado, si siempre le resuenan al oído, tras la vana arrogancia de un querido el cansado gemir de un desdeñado?

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