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LAGOS Y LAGUNAS.

Dos hermosos lagos tiene Venezuela: el de Maracaibo, notable por su grande estension, su profundidad, la multitud de rios que recibe de todas partes y finalmente por las inmensas selvas que le rodean. Las cuales brindan al hombre cultivador con todas las ventajas de una tierra feraz y virgen, á cuyos bordes pueden llegar los buques á cargar de sus variadas producciones. Es tambien notable el de Valencia, por su elevacion sobre el nivel del mar, por su feliz posicion, sus pintorescas perspectivas y sus ricas y frondosas tierras, alimentadas por la constante evaporacion de sus aguas.

Las lagunas son innumerables, sobre todo, en los llanos, pero la mayor parte suelen secarse al fin del verano ó estacion seca. Sin embargo, las hai que conservan constantemente sus aguas. Las mas importantes por su tamaño son en número de 204, de las cuales se hablará al tratar separadamente de las provincias.

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CLIMAS.

La temperatura no puede aquí determinarse con precision ni por la latitud ni por la altura sobre el nivel del mar; porque sufre contrastes particulares en muchas partes que están en la misma latitud y altura. Esta diferencia de climas se encuentra tanto en las grandes cadenas de la serranía como en las espaciosas llanuras que están á sus pies lo mismo sucede en las inmensas selvas de los terrenos bajos y en las dilatadas costas que están bañadas por el mar. Las causas de este fenómeno están en las mismas serranías, que por su disposicion se encuentran espuestas á ser recalentadas por los rayos solares del mediodía, ó á recibir las fuertes brisas que vienen de la mar frescas y cargadas de vapores acuosos, ó bien en las mismas brisas que llegan secas y calientes por los grandes llanos que han atravesado. En las llanuras está tambien la causa de las diferencias del clima, pues algunas reciben directamente las brisas del Océano que refrescan su atmósfera, mientras que otras no hacen sino equilibrarse y apénas modificar el calor, al paso que las mas lejanas reciben los vientos que han pasado ya sobre terrenos arenosos y desprovistos de yerbas y adquieren un calor tal, que cada ráfaga parece salir de un horno. Tambien en las selvas pueden buscarse las causas de las mutaciones de la temperatura: unas, recibiendo los vientos regulares modifican con ellos su calor, otras, abrigadas por Jas altas montañas no esperimentan grande alteracion de los movimientos atmosféricos. Hállanse algunas situadas en parajes de eterna calma, y regadas por rios caudalosos que mantienen la frescura del aire, mientras que otras en terrenos ingratos no reciben sino aguas llovedizas que absorben los vientos cálidos y secos del verano.

Por último, las causas de esta diferencia de climas se hallarán tambien en las costas. Aunque situadas estas casi en el mismo paralelo y al nivel del mar, están sujetas á influjos locales que modifican sensiblemente el temple del aire. Azotadas unas vezes por las brisas del mar, otras abrigadas de los bosques ó de las altas montañas, no pocas sujetas á la reverberacion ardiente de las faldas peñascosas de la cordillera litoral, presentan tantas diferencias cuantas son sus posiciones. Los terrenos secos ó pantanosos, áridos ó cubiertos de vegetacion, que están á barlovento de cada costa ; la mayor ó menor oblicuidad con que son estas batidas por las brisas húmedas y frescas de la mar, y la presencia ó ausencia de los ter

⚫rales, son causas todas que influyen poderosamente en su temperatura y salubridad.

Pero haciendo abstraccion del influjo de estas causas locales, consideraremos el territorio de Venezuela divido en tres zonas de temperaturas, segun sus diferentes alturas sobre el nivel del mar. Estas tres zonas se pueden clasificar, siguiendo la denominacion admitida en el pais, en tierras frias, templadas y cálidas.

En las latitudes de 8° á 9° se encuentran en Venezuela las alturas nevadas. El límite inferior de las nieves empieza á las 4,950 varas sobre el nivel del mar, aunque en tiempos calurosos suelen derretirse hasta las 5,450 varas, donde ya son permanentes. Los puntos mas elevados de la cordillera de Mérida, están á 5.479 varas; pero desde las 5.345 cesa toda vegetacion y solo los musgos y las algas se ofrecen algunas vezes á la vista, escondidos bajo el hielo ó rociados por la nieve. A la altura dicha se mantiene el termómetro centígrado entre 2o y 5° sobre 0.

No es tanto la intensidad del frio cuanto el influjo de un viento fuerte y destemplado y de un aire nebuloso, lo que detiene en aquellas alturas el desarrollo de los grandes vegetales, haciéndolas al mismo tiempo inhabitables para el hombre. Esta zona fria se estiende desde 2.565 hasta 5.479 varas sobre el nivel del mar, y su temperatura se encuentra entre 18° y 2o del termómetro centígrado.

Las tierras templadas empiezan desde la altura de 2.565, varas y bajan hasta 700. El calor oscila entre 18° y 25° 50. En esta faja en que la temperatura es moderada, se puede escoger á voluntad el clima análogo al gusto, á la costumbre ó á la salud de cada individuo, así como al desarrollo de casi todas las plantas útiles al hombre, entre las cuales hai muchas que no pueden prosperar fuera de estos límites.

Las tierras calidas están desde 700 varas hasta el nivel del mar, y en ellas marca el termómetro de 25° 50 á 27° 50.. No es escesivo este calor, pero su acción uniforme y constante, los miasmas que se levantan de los terrenos pantanosos, la putrefaccion de las sustancias vegetales á la inmediacion de las grandes selvas y una atmósfera cargada de humedad, desarrollan en en esta zona fiebres mas ó ménos perniciosas; especialmente en aquellos puntos en que la naturaleza ha desplegado todo el lujo de la vegetacion ecuatorial.

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