Arte y moral: discursos, lecciones & [sic].

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Imprenta de la Universidad, 1889 - 147 páginas
 

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Pasajes populares

Página 98 - Descubre tu presencia, y máteme tu vista y hermosura; mira que la dolencia de amor que no se cura sino con la presencia y la figura.
Página 97 - Y todos cuantos vagan, De ti me van mil gracias refiriendo Y todos más me llagan, Y déjame muriendo Un no sé qué que quedan balbuciendo.
Página 141 - Yo soy un extranjero : he venido a auxiliar como guerrero, y no a mandar como político. Los legisladores de Colombia, mis propios compañeros de armas, me increparían un servicio que no debo consagrar sino...
Página 98 - ¡Oh cristalina fuente, si en esos tus semblantes plateados formases de repente los ojos deseados, que tengo en mis entrañas dibujados!
Página 119 - Primero el suelo nativo que nada; él ha formado con sus elementos nuestro ser ; nuestra vida no es otra cosa que la esencia de nuestro pobre país, allí se encuentran los testigos de nuestro nacimiento, los creadores de nuestra existencia y los que nos han dado alma por la educación...
Página 98 - ¿Por qué, pues has llagado aqueste corazón, no le sanaste? Y pues me le has robado, ¿por qué así le dejaste y no tomas el robo que robaste?
Página 127 - ... evitar que los soldados que á mis órdenes pelearon por la independencia, empleen sus armas para destruirse recíprocamente, y dar este triunfo al enemigo común. Generoso por carácter, olvido mis agravios personales cuando media la causa pública, y en lugar de venganzas y de los estragos de la guerra, ofrezco al Gobierno peruano la concordia entre los dos pueblos.
Página 141 - Después, señores, nada me queda que hacer en esta república; mi permanencia en ella es un fenómeno absurdo y monstruoso, es el oprobio del Perú.
Página 127 - El gobierno peruano dará al de Colombia, por la expulsión de su agente en Lima, la satisfacción que en tales casos se acostumbra entre las naciones, y el de Colombia dará al del Perú explicaciones satisfactorias por la inadmisión de su plenipotenciario. 6.°...
Página 141 - Colombia, cuya presidencia obtengo y en cuyo suelo nací. Yo no puedo, señores, admitir un poder que repugna mi conciencia: tampoco los legisladores pueden conceder una autoridad que el pueblo les ha confiado sólo para representar su soberanía. Las generaciones futuras del Perú os cargarían de excecración; vosotros no tenéis facultad de librar un derecho de que no estáis investidos.

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