OBRAS DEL MISMO AUTOR La primera Exposición Universal española. El Arte español (agotada). Una visita al Museo-Biblioteca Balaguer, de Vi llanueva y Geltrú. Armas y Armaduras. El Museo-Armería de D. José Estruch. Metalistería, Cerámica y Vidrios. (Forma parte de La Historia general del Arte, publicada por los Sres. Montaner y Simón.) La mujer contemporánea. EN PRENSA El Cau Ferrat », colección de hierros de D. Santiago Rusiñol. EN PREPARACIÓN El Japón tal cual es. La encuadernación. Cumplidas las formalidades prescritas para gozar de los beneficios señalados en el art. núm. 36 de la vigente Ley de Propiedad Intelectual. PRÓLOGO La concesión de derechos á los autores de obras literarias, científicas ó artísticas, corresponde á nuestra época, ya que hasta mediados del pasado siglo no se preocuparon los Estados de promulgar leyes y dictar reglas protectoras que garantizasen los intereses representados por las obras de la inteligencia. El descubrimiento de la imprenta y de todos los demás procedimientos que permiten reproducir hasta lo infinito las creaciones del pensamiento, fueron, sin género de duda, las causas que sugirieron las primeras medidas adoptadas en favor de los autores ó de aquellos que se dedicaban, en una ú otra forma, á la enajenación de libros ó estampas, ya por medio de pragmáticas de carácter restrictivo ó por la otorgación de privi legios, en beneficio de determinadas personas ó entidades. Al igual de lo practicado en otros países, nuestros monarcas, desde los Reyes Católicos hasta Fernando VII, dictaron diversas disposiciones inspiradas en los propósitos que perseguían, la política que sustentaban ó las consideradas por ellos, como conveniencias ó razones de Estado, cabiendo á Carlos III la gloria de haber sido el primero en otorgar algunas concesiones que han de estimarse como el primer paso en favor del reconocimiento de la personalidad y del derecho de los autores. Las corrientes transformadoras y evolutivas del siglo XVIII y las ideas de libertad y justicia que á modo de invasora corriente extendiéronse por Europa, aportaron su bienhechora influencia en beneficio de los autores, y Francia, que se enorgullece en haber sido la primera en reconocer los Derechos del hombre, fué la primera también en promulgar una Ley, la de 19 de enero de 1791, para proteger los intereses de los autores de las obras dramáticas y musicales. A partir de aquella fecha, todos los Estados |