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La division chilena constaba de tres cuerpos de infantería, un batallon de artillería, un cuadro de oficiales para otro batallon de infantería de línea i otro para un cuerpo de caballería. Era éste el escuadron de Dragones número 2. La artillería tenia 249 hombres; los batallones de infantería eran: el número 2, mandado

monios abundan al respecto. Citaré en primer lugar el que da en sus Comprobaciones tantas veces citadas el jeneral don Bartolomé Mitre, que hace honor a su lealtad de historiador. "El jeneral don Antonio Gonzalez Balcarce, dice, que lo era en jefe del ejército de los Andes en ausencia de San Martin, escribia confidencialmente a este antes que Guido desde su campamento de Nacimiento en febrero 11 de 1819: "Este ejército se compone en una tercera parte por lo ménos de hijos del pais." "Este testimonio dado por un hombre cuya rectitud de carácter es proverbial, bastaria como prueba plena; pero podemos presentar otro mas clásico aun.

"El jeneral San Martin, dirijiéndose confidencialmente al director interino Rondeau sobre el mismo asunto, le escribia dos meses antes que Guido i casi un mes ántes que Balcarce lo siguiente desde Aconcagua, en enero 28 de 1819: "Si usted lo manda repasar, este ejército debe necesariamente padecer una considerable desercion por ser la mayor parte de él compuesto de chilenos."

"Ante estos testimonios solemnes hai que inclinarse; el hecho es cierto i está justificado. (Comprobaciones, pájina 219).

El diputado don Tomas Guido escribiendo a su gobierno (enero 12 de 1819, citado en la pájina 112 de esta obra) en comunicacion reservadísima para desautorizar las opiniones de San Martin sobre la justicia del repaso, le dice: "constando las tropas de los Andes en mas de una mitad de hijos de Chile desertaria casi toda ella en el repaso de la cordillera..

Dos meses despues repetia: "Usted sabrá calcular si esta suposicion es arbitraria cuando recuerde que mas de dos tercios de nuestro ejército se compone de hijos de Chile que apenas a bayonetazos irian a hacer la guerra a otro territorio, (A San Martin, 17 de mayo de 1819.)

El senado a su vez llamaba la atencion del director hácia los peligros que acarrearia el retiro del ejército de los Andes con estas curiosísimas reflexiones que ya hemos publicado. "¿Qué adelanta aquel gobierno con llevar su ejército? En primer lugar ha de sufrir una desercion que lo dejará reducido a la mitad o ménos como que los chilenos con que ha sido reemplazado no pasarán contentos a hacer la guerra en otro pais. Aun antes de publicarse la órden de salida ya se está esperimentando ese mal i despues ¿qué será?

"Cuando convencimientos tan fuertes i razones tan justas no hagan variar de concepto al supremo gobierno de aquellas provincias puede al ménos proponérsele que queden dos mil hombres de aquellos de que se recele desercion con los correspondien. tes oficiales etc." (marzo 18 de 1819, citado en esta obra en la nota de la pájina 134. Aprovecho esta ocasion para decir que su verdadera fecha es 18 de marzo i no de mayo como aparece en la nota por error tipográfico).

Es evidente que se temia la desercion de los chilenos cuyo número se calculaba aproximadamente en dos mil hombres en la division de los Andes.

El temor no era infundado porque desde que se supo que se preparaba el repaso se pronunció en las filas la desercion que temia el Senado. "Es mui considerable,

por el distinguido coronel Aldunate; el número 4, por el coronel don José Santiago Sanchez; el número 5, por el comandante don Mariano Larrazábal, que fué reemplazado por el coronel don Francisco Antonio Pinto, i el cuadro del batallon número 6.

decia el jeneral Balcarce, la baja que ha tenido el ejército de resultas de la desercion esperimentada con motivo del movimiento anunciado para repasar la cordillera. (Balcarce, al gobierno, 20 de abril de 1819; inédita).

Entre los papeles del jeneral O'Higgins que poseia el señor Vicuña Mackenna he encontrado el siguiente cuadro de los auxilios que se prestaron recíprocamente Chile i las Provincias Unidas i de la nacionalidad de los batallones de los Andes. Está escrito de puño i letra del jeneral O'Higgins i por el contesto de la nota del fin se ve que fué hecho en 1821 o 1822.

Dice testualmente así:

"Tropas venidas de Buenos Aires a formar el ejército de los Andes (se refiere al de Mendoza en 1815 i 1816).

"Granaderos a caballo: primera partida de Buenos Aires..

Id. del Perú..

Número 8 primera partida.

" Id. 8 segunda..

"Artillería de Buenos Aires..

70

102

130

400

30

750

"El número II se componia de soldados cuyanos, chilenos i algunos cordobeses. "El número I de cazadores, todo de cuyanos i chilenos.

"El completo de los cuerpos arriba espresados se componia le soldados todos cuyanos i chilenos.

"El número 7, de los esclavos de la provincia de Cuyo.

"Tropas chilenas auxiliadoras de Buenos Aires desde el principio de la guerra:

"Dragones de la frontera e infantería de línea.

300

"Por solicitud de Buenos Aires i conducto del diputado Álvarez Jonte..
"Soldados i oficiales del ejército de Chile que condujo el mariscal de campo
don Andres del Alcazar por órden del jeneral San Martin. . .

700

700

"NOTA.-En retribucion a las tropas auxiliares de los Andes ha mandado Chile a Buenos Aires mas de mil hombres de los que unos han perecido en la guerra de anarquía, i otros se han pasado a la montonera i Carrera.

"NOTA.-En la espedicion libertadora no han ido en los cuerpos de los Andes mas de una mitad del número relacionado por haberse licenciado para la otra banda los mas i muerto muchos, de suerte que son soldados, cabos, i oficiales nuestros los que hoi componen dichos cuerpos."

El ejército de los Andes recibió sus reemplazos de Chile i renovó periódicamente

El cuartel jeneral resplandecia con diversos nombres que gozaban de reputacion americana. El primero i mas ilustre de todos era el jeneral San Martin, a cuya sombra se habian desarrollado los servicios i la gloria de los oficiales de toda jerarquía que marchaban en el ejército. En el cuartel jeneral figuraban los jenerales Arenales i Luzurriaga. El jefe de estado mayor era el coronel don Juan Gregorio Las Heras. Los primeros ayudantes de campo del jeneral en jefe, don Tomas Guido, el diputado arjentino que se habia incorporado al ejército despues que la guerra civil i la disolucion social de su pais concluyeron de hecho con su representacion oficial; don Diego Parroissen, un médico ingles que habia sido jefe del servicio sanitario del ejército de los An

sus filas con voluntarios chilenos. El jeneral O'Higgins no se descuidó de proporcionárselos ni siquiera cuando una parte atravesó los Andes, causando una perturbacion mui honda en la política chilena.

En comprobacion de esto citaré el siguiente testimonio. La fuerza del ejército de los Andes constaba el 31 de agosto de 1819 (Estado de fuerza; inédito) de 2127 individuos, i el 20 de setiembre escribia O'Higgins al diputado de Chile en Buenos Aires.

"Gravitando así sobre el gobierno de Chile este peso desproporcionado a sus ac tuales recursos no se puede auxiliar con tropas a ese estado mayormente cuando la division que está aquí al mando del coronel Las Heras ha recibido mas de mil hom· bres de reclutas i sigue recibiéndolos diariamente etc..

Es un hecho que "el ejército vino en esqueleto para usar los términos de O'Hig gins. I como el mismo lo dice en el apunte que hemos citado, la division libertadora trajo en 1817 oficiales i soldados chilenos, que entónces como hoi abundaban en la provincia de Cuyo.

El temperamento, el cumplimiento de los enganches, la desercion i las batallas disminuyeron su número.

El hecho de que los cuerpos arjentinos tuviesen muchos chilenos no sucedió solo aquí. Lo mismo hacia notar el coronel don Francisco Antonio Pinto, que servia en el ejército de Belgrano.

En aquellos años las nacionalidades no estaban todavia constituidas. Desenvol viéndose apénas en el confuso caos de la revolucion, no tenian otro interes que consumarla. Delante de ese objetivo desaparecian las fronteras que no eran sino líneas imajinarias trazadas por la espada de los conquistadores. No se habian creado los intereses que dan su fisonomía a las naciones, que fijan sus linderos, que crean su política.

Este fenómeno duró lo que la guerra de la independencia. Los soldades chilenos se enrolaron bajo las ban leras de los demas paises i de un modo anónimo i bajo cucarda estranjera pelearon en Riobamba, en Junin, i en Ayacucho como habian peleado en Tucuman.

des i renunciado su puesto. Otro que debió marchar en la misma condicion que Guido i que Parroissen, pero que fué detenido en Chile por necesidades del servicio, fué el comandante de artillería don Joaquin Prieto, a quien quiso llevar en ese carácter el jeneral San Martin como un premio debido a los buenos servicios que habia prestado en la maestranza.

La intendencia del ejército constituia una seccion especial, sea una oficina separada, cuyo jefe era don Juan Gregorio Lémus. Habia un servicio médico completo, con botiquines, canillas i ambulancias en la medida que lo permitia el progreso del tiempo, que corria a cargo del jefe de esa seccion que era don Santiago Deblin. El hospital tenia camas i servicio para 600 enfermos. El servicio relijioso se desempeñaba por capelanes sometidos a la autoridad de un vicario jeneral castrense que lo era don Cayetano Requena.

La auditoría de guerra era servida por don Bernardo Monteagudo que ejercia a la vez funciones análogas a las de secre-, rio del jeneral en jefe. El ejército llevaba una imprenta, que fué uno de los medios mas eficaces de propaganda en el curso de la campaña, impresores i cajistas. Su direccion fué confiada a Monteagudo, que venia predicando la idea revolucionaria desde el Plata con una conviccion, i a veces, con una elocuencia propias del enérjico temple de su alma.

La seccion de maestranza i de parque era tan surtida i completa como en los ejércitos modernos mejor equipados. Dividíase en secciones servidas respectivamente por hombres aptos en los diversos ramos. Habia una de zapadores, una compañía especial de maestranza, otra de herrería, de armería para componer los fusiles, de carrocería para atender a las cureñas i carros, de carpintería, de talabartería para componer las piezas de cuero del uniforme o las sillas de la caballería, i un laboratorio de mistos completo para fabricar cohetes a la Congrève, fuegos artificiales etc. Esta seccion era una de las mas importantes i tenia a su servicio hombres aptos traidos especialmente de Europa.

El parque de artillería, a cargo del distinguido comandante Borgoño, tenia 4 cañones de a 24; un obus de ocho pulgadas; 2 cañones de batalla de a 8; ocho cañones de a 4; diez de montaňa; dos de a 21⁄2 pulgadas; dos de a 6; en todo cinco piezas de sitio i 24 de batalla. Habia un repuesto de fusiles para armar diez mil hombres mas o ménos i otro de vestuarios para 6,000 soldados mas.

El ejército estaba equipado lujosamente, dando a la palabra su verdadero significado en relacion con la época. Quizás ningun ejército americano se habia presentado a la escena de la guerra de la independencia provisto de mayores recursos ni equipado en mejores condiciones. Tenia cuanto exijia un ejército de la época, tal vez en la misma Europa. I esto que revela las sobresalientes cualidades militares del hombre que lo habia creado i organizado, es un título de honor para el pais que lo puso en esa aptitud, disponiendo de un presupuesto tan escaso que se confunde con la miseria.

III

En el mes de junio "el ejército libertador del Perú, designado así por decreto supremo, acampaba en Quillota esperando la órden de embarque i su jeneral se ocupaba de los últimos arreglos. El senado, obedeciendo como siempre al sentimiento de individualidad nacional que caracterizó sus actos, dictó las Instrucciones a que debia el jeneral ajustar sus procedimientos, i tomó el acuerdo secreto de exijir del director que enviase un representante de Chile al lado de San Martin para que no se alterase la subordinacion del ejército respecto del pais que lo enviaba al Perú. O'Higgins desoyó la indicacion obedecicndo al mismo espíritu con que habia resistido sus insinuaciones para ponerse al frente del ejército. Los archivos del senado no dan testimonio del acuerdo a que nos referimos; pero felizmente, para la verdad histórica, se ha conservado la siguiente carta que revela el hecho en toda su estension.

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