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en Trujillo el 2 de agosto, los gefes del norte se comprometieron á sostener á costa de su vida la independencia del Perú y la autoridad de su gran mariscal, y el dia siguiente envió este al coronel Orbegoso con pliegos para Santa Cruz y con una reservadísima comision. Sin pérdida de tiempo y con toda cautela debia enviarle buques de guerra y venirse con todas las tropas del sur, y solo en el caso de que se le hubie ran pasado la mitad de los realistas, remitiria tres mil hombres y toda la armada. El coronel Orbegoso debia expresarle; que, si no se reunia al Presidente dentro de cuarenta y cinco dias de la fecha, contara con que precisamente se perderia el Perú, y él se tiraria un tiro ó dejaria su pais, en que necesariamente deberian morir á manos de la negra perfidia de unos ambiciosos sin honor. A Torretagle procuró atraerle á la sumision, ofreciéndole el gobierno de Lima y probando en una extensa y razonada comunicacion, que eran nulos los decretos del Callao, precaria y muy limitada su delegacion, justa y conveniente la disolucion del congreso, y legítima la autoridad del gobier no sostenido por el ejército y los pueblos. Mas, cuando supo, que los diputados se habian reunido en Lima y ratificado su exoneracion, expidió un decreto declarandolos faccion usurpadora, criminal y traidora, y al remitirle este oficio decia á Torretagle: "La mínima fraccion de trece exdiputados no es, ni puede llamarse congreso. Solo los enemigos del Perú podrán dar ese título á la reunion de unos hombres, entre los que hay algunos, que no desampararon la capital por su adhesion al sistema español. Me averguenzo de que US. haya reunido á esos criminales y mendigado de ellos el mando efímero, que hoy usurpa.

Torretagle se guardó muy bien de presentar á los diputados la comunicacion razonada de su rival; pero dandoles cuenta del oficio injurioso, añadió: "Este

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papel despreciable en todos sentidos por los fundamentos miserables, en que estriba, manifiesta bien la directa oposicion de Riva Agüero á reconocer al ac tual gobierno y las nuevas injurias, que vierte contra el soberano congreso. Por lo mismo me parece conveniente, que V. E. se digne hacerlo presente á dicho soberano congreso, á efecto de que por su parte se dicten las providencias mas enérgicas para la extincion de Riva Agüero y su partido, que sirvan de base para los procedimientos del Gobierno; creyendo tambien muy conducente, que por parte del mismo augusto cuerpo se haga un manifiesto á todas las naciones de la leg lidad, con que se halla restablecido en el dia, y motivos, que han originado los decretos contra Riva Agüero, que se han sancionado ó sancionasen en adelante."

No se necesitaba tanto para hacer perder á aquellos espíritus enardecidos todo sentido práctico y todo pensamiento de conciliacion: estaban ya muy lejos· de presentar el ánimo elevado y sereno, con que en setiembre del año anterior se inauguró la representacion nacional del Perú; la asamblea, que con todas las pretensiónes de soberana reunia antes la sabiduria y magestad del poder supremo, había sido humillada por un motín, habia perdido sus miembros mas sensatos, y estaba mezclada con hechuras del poco escrupuloso Torretagle; perdió por lo tanto de vista el porvenir de la república, y en su irreflexivo acaloramiento se convirtió en instrumento de un instrumento de caudillos extrangeros. Despues de un violento debate se declaró el 16 de agosto vacante la presidencia por virtud de lo resuelto en el Callao, y se nombró presidente á Torretagle. Dos presidentes, el uno reteniendo en Trujillo el poder, despues de haber perdido sus títulos por la disolucion de la asamblea á cuyo nombre mandaba, y el otro asaltandolo en

Lima mediante la corrupcion é indignas intrigas, iban á sumir el Perú en la anarquía; y si lograba escapar de la guerra civil, no le quedaba otra alternativa, que la prolongacion del yugo colonial ó la dictadura de Bolívar.

CAPITULO III.

PRESIDENCIA DE TORRETAGLE. 1823-1824.

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Los dos presidentes, que se disputaban el poder, no pensaban sino en hacerse la guerra, olvidando, que para conservarlo necesitaban ante todo combatir á los españoles, y que ambos se anularian en presencia del Libertador, próximo á llegar. Riva Agüero, demasiado confiado en su propio aler y no reconociendo, que el poder del genio es superior al de las intrigas, creia en la constancia de su partido, sostenido en el sur por el ejercito de Santa Cruz, que en su juicio podia elevarse á quince mil hombres, y cada dia mas pujante en el norte con las fuerzas, que el mismo estaba formando con extraordinaria actividad, yendo sin descanso de Santa á Huaraz y de Trujillo á Huamachuco. A fin de desacre litar á su competidor y dar una prueba de energía, hizò condenar al último suplicio por un consejo de guerra á un espia, el zambo Manuel de la Cruz Velarde, que habia llevado de Lima comunicaciones destinadas á producir una defeccion: este infeliz fué acusado, pero no convicto de haber sido enviado por el Ministro de la guerra Berindoaga, prometiendole dos mil pesos, si asesinaba al expresidente; la acusacion era por demas inverosimil, no habiendo llevado el reo armas, ni dinero, y careciendo de relaciones en aquella ciudad.

Por su parte perseguia Torretagle á los rivagueristas, haciendo salír al destierro sin formacion de causa al inquieto Tramaria y á otros seis mas; quienes fueron enviados en un buque á Calcuta y se quedaron libres en Guayaquil, á donde forzaron al capitan á tocar. Lo que para el Marquez de Trujillo era mas importante, consiguió, que en sesion del 19 de agosto diese el congreso en favor suyo un extraño manifiesto á los

pueblos del Perú, á la America entera y á todo el género humano, y que en el mismo dia expidiese contra su rival el siguiente decreto de proscripcion.

El Congreso Constituyente del Perú

En consecuencia del decreto de 8 del presente en que se declaró á D. José le la Riva Agüero reo de alta traicion y sujeto al rigor de las leyes por el horroroso atentado cometido en Trujillo contra la representacion nacional, y por los mayores delitos, con que notoriamente ha marcado su administracion desde que usurpó el mando supremo de la República, erijiendose en tirano de ella;

Ha venido en decretar y decreta:

1.° Que todas las autoridades de la República y súbditos de ella de cualquier cualidad que sean, son obligad os á perseguir á Riva -Agüero por todos los medios. que esten á su alcance.

2.° Que al que lo aprehendiese vivo ó muerto, se le considere como un benemérito de la patria, y el gobierno le conceda los premios, á que se hace acreedor que libra el pais de un tirano.

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Tendreislo entendido y dispondreis lo necesario á su cumplimiento mándandolo imprimir, publicar y circular. Dado en la sala del Congreso en Lima á 19 de Agosto de 1823.-4.0-2.°-Justo Figuerola, presidente-Gerónimo Agüero, Diputado secretario -Manuel Ferreiros, Diputado secretario.

Los habitantes del norte, que habian firmado actas, pidiendo la disolucion del congreso, principiaban á retractarse o descubrian haber sido solicitados para anticipar la fecha de su peticion; algunos miem bros del pretendido senado conservador, venian, ả continuar sus funciones de diputados, y se convertian

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