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rosa y absoluta amnistia: los generales, gefes y oficiales conservarian sus grados, empleos y destinos militares, el General Herrera quedaria con el mando de el ejército del norte; Riva Agüero podria retirarse á su casa tranquilo y pacificamente como un hombre privado, y hallaria en Colombia un generoso y decoroso asilo, sino tenia por conveniente, residir en el Perú; variadas las circunstancias podria regresar á su patria, despues de algun tiempo con el empleo de Gran Mariscal. El tono de la comunicacion no solo era imperioso, sino amenazador: "la exoneracion del cargo de Presidente de la República, que la soberana legitima autoridad del congreso decretó en el puerto del Callao, decian, no puede eludirse por una continuacion contra la voluntad nacional, cuyo crimen deshonra á su autor y produce males incalculables, exponiendo á la nacion peruana á ser presa de los enemigos exteriores, si está debilitada por los partidos y divisiones. El empeño de conservar el mando y una autoridad, que combate el gobierno legitimo, es inutil; pues no la toleraran los auxiliares del Perú, y menos aun el gobierno de Colombia, que no dará jamas el escandaloso y funesto ejemplo de protejer disidencias, ni de reconocer facciones, que se levantan contra el gobierno."

Los Generales rivagueristas Herrera y Novoa dieron á nombre del ejercito una contestacion redactada por su caudillo, en que consideraban al Congreso sin representacion, por cuanto los pueblos habian pedido la suspension de los poderes á diputados indignos; manifestaban esperanzas de que se formara la constitucion del Perú debiendo nombrarse nuevos representantes y propietarios; rechazaban la amnistia por estar lejos de ser criminales, é insinuaban habil mente, que no tocaba á los aliados impedir á los perua-nos el justo y debido ejercicio de su soberania. Por su

parte proponian las siguientes bases de avenimiento: Riva Agüero renunciaba la presidencia y aun al derecho de ser elegido: tambien cesarian el gobierno de Torretagle y el Congreso; los pueblos elegirian otro presidente y otros representantes; el Libertador garantizaria la validez de los actos del expresidente. El objeto era no concluir arreglos aceptables, sino ganar tiempo, esperando recibir entretanto el apoyo de Santa Cruz y de los realistas.

Bolívar, que estaba muy distante de aprobar las medidas conciliatorias, participó al Congreso el poco éxito de la comision encargada á Galdeano y Urdaneta: y despues de un acalorado debate y habiendo sido desechadas otras poposiciones, consiguió, que se adoptase la de Pedemonte concebida en estos términos: "Cuando el Congreso fió á S. E. el Libertador la pronta y mas feliz transaccion de las disenciones con el ex Presidente Riva Agüero, estuvo satisfecho de que S. E. sabria usar de los recursos de la fuerza, cuando contemplase infructuosos, los que le dictara su prudencia." Recibido este decreto, comisionó Bolívar al coronel argentino Araos, al peruano Alcazar y al teniente coronel colombiano Elizalde para que hiciesen una intimacion amenazante y perentoria: ofrecia por segunda vez la amnistia absoluta y honrosa bajo la doble condicion de que reconociera el gobierno de Lima Ꭹ de que la división del norte se dirigiera á Jauja en el término de cuarenta y ocho horas; si no convenia en esto, se le intimaria, que el ejército de la capital marcharia inmediatamente á extinguir aquella faccion, á restablecer la autoridad de la nacion Ꭹ castigar ejemplarmente á los gefes disidentes y principales motores del escandaloso crimen.

á

Perez secretario de Bolívar decia á Riva Agüero en carta del 1° de octubre trasmitiendole el decreto del Congreso:

El Libertador tiene una repugnancia invencible á mezclarse en negocios entre hermanos, que disputan entre sí y se combaten de un modo cruel. Nada obligará al Libertador á emplear la fuerza contra U. y sus partidarios; sino recibe nueva prueba de su obstinada negativa á la sumision, que se debe al Congre so Constituyente. Además será una causa mayor el empeño de U. en dar la muerte á su Patria, y una cooperacion muy directa en favor de los enemigos co munes, la negativa de reunir las fuerzas, que le obedecen á U., á los libertadores de la Patria, los aliados que han venido á servirla á costa de sus sacrificios mas dolorosos. U. está hostilizando el pais, que debe alimentarnos, y privándonos de los recursos, con que debemos hacer la guerra al enemigo comun. tropas del Perú, Chile y Colombia están comprometidas en la Paz y Arequipa contra fuerzas superiores, el éxito de nuestros hermanos depende en gran pary te de los esfuerzos le las tropas, que están prontas para marchar á destruir los cuerpos enemigos, que ocupan el valle de Jauja. Todos los sacrificios los ha hecho Lima para esta expedicion; solo falta, que U. se someta al Congreso, para que no amenace á esta capital, y puedan desde luego salir de ella los valientes, sin riesgo del Gobierno y pueblo limeño. El Libertador está resuelto á marchar á Jauja inmediatamente siempre que las tropas del mando de U. se sometan al Congreso Constituyente, y marchen á reunirse al ejército Libertador en el valle de Jauja. Si por el contrario U. y las tropas de su mando reusaren cumplir con su deber desconociendo la autoridad legítima y denegándose á contribuir á la libertad del Perú; el peso de la ley caerá sobre las cabezas de los culpables de lesa Patria, que han cometido el sacrilejio atroz de hollar el templo de las Leyes, y de emplear las armas de la Libertad contra los representan

tes del pueblo y sus derechos.

Los decretos del Congreso serán cumplidos religiosamente por el Libertador, si U. no quiere merecer por su sumision al poder Soberano la interposicion amistosa de un aliado, que nada tiene tan cerca de su corazon, como la libertad del Perú y los derechos del pueblo.

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Los SS... presentarán á U. las miras del 'Libertador y las ofertas, que repite de perfecta garantía y seguridad en favor de U. y de los súbditos, que le obedecen."

Siempre con el fin de ganar tiempo no se dió el expresidente por ofendido de amenaza tan insultante, y para seguir negociando comisionó al coronel Lafuente, que entre sus favoritos era el de mayor crédito é influencia. En la primera conferencia con los de Bolívar convino el nuevo comisionado, en que se trasladaria con uno de ellos á Lima á fin de recabar, que se les ampliasen los poderes, y se prosiguieran las negociaciones en Pativilca, promedio de la distancia entre la capital y Trujillo. Una vez en Lima, no pudo Lafuente resistir á las seducciones de la capital, á la elocuencia fascinadora del Libertador y al desprestigio de su partido. Aqui halló la opinion fuertemente declarada contra su favorecedor, al Congreso con la respetabilidad de sus augustas funciones y de muchos diputados eminentes, á Torretagle realzando la esplendidez de palacio con el lustre de su casa, y á Bolívar con todo el prestigio de su genio. Ademas supo, que el ejército de Santa Cruz, único baluarte de los rivagüeristas estaba deshecho; que sus restos, la division de Sucre y los auxiliares de Chile podian formar una fuerza de mas de diez mil hombres sin contar otra division colombiana ya en camino del Itsmo; y que Riva Agüero se hallaba en tratos con Laserna. Esta última noticia le hizo acordar, que el presiden

te le habia dicho: que convenia mas al Perú sujetarse á los españoles, que unirse con desaire á los auxiliares, y que valia mas un capitan español, que un General de la patria." Bajo tales impresiones estipuló: que Riva Agüero reconoceria al Congreso y á Torretagle, y quedaria con el mando del ejército, ó aceptaria una mision diplomática para Europa, siendo validos todos sus actos y olvidándose las pasadas disenciones.

Bolívar prometió enviar á Pativilca á los coroneles, Morales y Araos para concluir definitivamente este convenio con dos comisionados de Riva Agüe ro, y escribió á este la siguiente carta:

Señor Don José de la Riva Agüero.

Lima á 25 de Octubre de 1823.

Mi querido amigo:

Incluyo á U. una carta, que le dirige el General Santa Cruz, y que mandó abierta para que yo la viera. El General Sucre llegó anoche dejando su division en Pisco. Sucesivamente llegará la division chilena y los restos de la del General Santa Cruz.

He resuelto marchar, con todas las tropas de Colombia, Peru y aliadas, que hay en esta capital, á Jauja para aprovechar la feliz oportunidad de tener los enemigos todas sus fuerzas en el Sur, y solo espero la noticia, de que esa division de su mando ha marchado toda á Pasco, llevando touas las mulas, caballos y ganado posible, para marchar yo.

Como considero, para estas horas, terminadas todas las diferencias, me apresuro á decir á U., que mueva esa division y que me participe haberlo hecho así para moverme yo hácia Jauja, para lo cual está todo prevenido, y aprovechar momentos tan felices. Soy de U. atento servidor y amigo.-Bolivar:

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