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el haber quedado fuera de combate cerca de la cuar ta parte de los combatientes, es la refutacione mas concluyente. Los vencidos cometieron en verdad grandes faltas, que el vencedor supo conocer y convertir en elementos de triunfo; pero nunca fuerzas infe riores alcanzaron los laureles sin esta condicion, que es el secreto de las grandes victorias: en Ayacucho, como en los inmortales triunfos de los Griegos se sobrepuso el acierto al número, el entusiasmo á la presuncion y el poder moral á la ciega fuerza de las armas. Canterac habia reconocido el alto mérito de sus vencedores, escribiendo el 12 de Diciembre en Huamanga la carta particular, que el diligente coronel Odriozola inserta en su preciosa coleccion de docu

mentos:

Excmo. Sr. Libertador D. Simon Bolivar.

Como amante de la gloria, aunque vencido, no puedo menos de felicitar á V. E. por haber terminado su empresa en el Perú, con la jornada de Ayacu cho.

Con este motivo tiene el honor de ofrecerse á sus órdenes, y saludarle en nombre de los generales españoles, este su afectísimo y obsecuente servidor Q. S. M. B.-José Canterac.

Bolivar tardó mucho en saber el glorioso termino de una campaña, que en los últimos dias le tenia tan inquieto. Su ayudante Medina, que le traia el parte de la victoria, al pasar por el pueblo de Huanclo, fue asesinado por los indios, que estaban feste. jando la derrota de Matará con una corrida de toros. Santa Cruz, quien hizo un escarmiento terrible en los asesinos, envió las primeras noticias ciertas del es plendido triunfo, las que fueron recibidas en Lima el 18 de Diciembre. Desde el 16 corrian vagos rumores, que muchos acogieron con incredulidad desdeñosa. El Libertador dirigió el 20 una proclama al ejército,

y otra á los peruanos; en la primera lecia:

A LOS SOLDADOS DEL EJÉRCITO VENCEDOR EN AYACUCHO. Soldados:-Habeis dado la libertad á la Améri ca Meridional y una cuarta parte del mundo es el monumento de vuestra gloria. ¿Dónde no habeis vencido?

La América del Sur está cubierta de los trofeos de vuestro valor; pero Ayacucho, semejante al Chimborazo, levanta su cabeza erguida sobre todos.

Soldados: Colombia os debe la gloria, que nuevamente le dais: el Perú vida, libertad y paz. La Plata y Chile tambien os son deudores de inmensos beneficios á su buena causa: la causa de los derechos del hombre ha ganado con vuestras armas en su terrible contienda contra los opresores. Contemplad pues el bien, que habeis hecho á la humanidad, con vuestros heróicos sacrificios.

Soldados:-Recibid la ilimitada gratitud, que os tributo á nombre del Perú. Yo os ofrezco igualmente, que sereis recompensados, como mereceis, antes de volveros á vuestra hermosa patria. Mas no....jamas seris recompensados dignamente: vuestros servicios no tienen precio.

Soldados peruanos:-Vuestra patria os contará siempre entre los primeros salvadores del Perú,

Soldados colombianos.-Centenares de victoria alargan vuestra vida hasta el término del mundo.Cuartel general en Lima, á 25 de Diciembre de 1824. -Bolivar.

En esa proclama todo es elevado, el fondo y la forma: la sublimidad del lenguaje corresponde á la alta idea del merito, contraido por todos los soldados del ejército libertador, sin distincion de nacionalidad Mas en la otra proclama se pretendió ensalzar á los colombianos, rebajando á sus compañeros de armas; y era imposible, que peruanos chilenos y argentinos

leyeran sin profundo descontento varias de las si guientes apreciaciones:

Peruanos:-El Perú habia sufrido grandes desastres militares: la tropas, que le quedaban, ocupaban las provincias libres del norte, y hacian la guerra al Congreso: la marina no obedecia al Gobierno: el ex-presidente Riva-Agüero, usurpador, rebelde y traidor á la vez, combatia á su patria y á sus aliados: los auxiliares de Chile, por el abandono lamentable de nuestra causa, nos privaron de sus tropas; y las de Buenos-Aires, sublevándose en el Callao contra sus jefes, entregaron aquella plaza á los enemigos. El presidente Torre Tagle, llamando á los españoles para que ocupasen esta capital, completó la destruccion del Perú.

La discordia, la miseria, el descontento y el egoismo reinaban por todas partes. Ya el Perú no existia: todo estaba disuelto. En estas circunstancias, el Congreso me nombró Dictador para salvar las reliquias de su esperanza.

La lealtad, la constancia y el valor del Ejército de Colombia lo han hecho todo. Las provincias, que estaban por la guerra civil, reconocieron el Gobierno legítimo, y han prestado inmensos servicios á la раtria; y las tropas, que la defendian, se han cubierto de gloria en en los campos de Junin y Ayacucho. Las facciones han desaparecido del ámbito del Perú. Esta capital ha recobrado para siempre su hermosa libertad. La plaza del Callao está sitiada, y debe rendirse por capitulacion.

Peruanos:-La paz ha sucedido á la guerra: la union á la discordia: el órden á la anarquia, y la dicha al infortunio; pero no olvideis jamas, os ruego, que á los ínclitos guerreros de Ayacucho lo debeis todo.

Peruanos:-El dia, que se reuna vuestro Con

greso, será el dia, de mi gloria: el dia en que se colma rán los mas vehementes deseos de mi arabicion.-No mandar mas.-Bolivard

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Al terminar la relacion de sus gloriosas operaciones, escribió Sucre al ministro de la guerra: "ningu na recomendacion es bastante para significar el méri to de estos bravos: segun los estados tomados al enemigo, su fuerza disponible en esta jornada era 9310 hombres, mientras el ejercito Libertador formaba 9980. Los españoles no han sabido, que admirar mas si la intrepidez de nuestras tropas en la batalla, ó la sangre fria, la constancia y el entusiasmo en la retirada desde las inmediaciones del Cuzco hasta Guamanga, al frente siempre del enemigo, corriendo una extension de ochenta leguas y presentando frecuentes combates. La campaña del Perú está terminada: su independencia y la paz de América se han firmado en este campo de batalla. El ejército Unido cree, que sus trofeos en la victoria de Ayacucho sea una oferta digna de la aceptacion del Libertador de Colombia."

Para recompensar tantos servicios decretó Bolívar: que todos los cuerpos llevaran el calificativo de benemeritos en grado eminente, gloriosos y libertadores del Perú; los vencedores, que sobrevivieron, llevarian una medalla al pecho; los muertos en Ayacucho dejarian montepío integro á las viudas, hijos ó padres; los invalidos percibirian todo el sueldo y serian preferidos en los destinos civiles; en aquel campo debia levantarse una columna; Sucre seria gran Mariscal de Ayacucho; muchos gefes y oficiales ascendian á la clase inmediata. Aunque no estuvo allí el Libertador, su fé y su constancia, alma de los vencedores, le ceñia la corona del heroismo.

CAPITULO K.

PROLONGACION DE LA DICTADURA.

El glorioso nombre de Libertador, su posicion en Colombia, la independencia del Perú, las protestas constantes, las recientes proclamas, la opinion de la América y su propia conciencia, todo obligaba á Bolívar á dejar la dictadura á principios de 1825. Destruido el poder español, la sumision absoluta del Perú á un mandatario extrangero era una amenaza contra la república, la burla de la emanicipacion, y el sacrificio de la libertad. Es cierto, que todavia sostenian la causa del Rey, Olañeta en el Alto Perú, Guruzeta al frente de la escuadra realista, Quintanilla en Chiloé, y Rodil, que no habia querido entregar el Callao, despreciando la capitulacion de Ayacucho. Pero Olañeta, cuyas fuerzas se acercaban al Desaguadero para reparar las derrotas de los réalistas, hubo de retroceder precipitadamente, al saber el pronuncia miento de Puno y la aproximacion del ejercito libertador; los pueblos del Alto Perú se declararòn tambien contra él, al acercarse Sucre á la frontera: y defeccionandosele sus mas decididos partidarios, recibió una herida mortal, á la que sobrevivió pocas horas, en Tumusla el 1 de abril, en un encuentro con Medinaceli, uno de sus antiguos tenientes. Guruceta, sabida la destruccion del ejercito del Virey, dispersó en Chilca un batallon de negros, de los que habian entregado el Callao, y despues de hacer los últimos honores á La Serna, envió parte de sus buques al gobernador de Chiloé, y se dirigió con los demas á las islas Filipinas: en aquellos mares se sublevaron las tripulaciones, y habiendo quemado el trasporte Claring tor, el Asia y el Constante regresaron á entregarse al Gobierno de Mejico; el Aquiles, despues de permane.

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