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espresa el fundamento 3, como por la estraordina ria confianza, que del Libertador tiene la nacion.

5.° Que nunca ha sido observada la ley fundamental, sino bajo la administracion del Libertador, á pesar de que ha estado en sus facultades suspender el cumplimiento de sus artículos

6. Que el Libertador ha dado los testimonios mas ilustres de su profundo amor por la libertad, ór den y prosperidad de la República, y de su absoluta resistencia al mando;

Ha venido en decretar y decreta:

1.° El Libertador queda, bajo de este título, encargado del supremo mando político y militar de la República, hasta la reunion del Congreso, que prescribe el art. 191 de la Constitucion.

2. Este Congreso se reunirá en el año 25, dentro del periodo, que señala la Constitucion, en conformidad del art. 53 de la misma.

3. No podrá reunirse antes, atendida la moderacion del Libertador en procurar siempre la convoca toria de los Representantes del pueblo; pero sí podrá diferirla por esta misma razon, si lo exijieren la libertad interior y exterior de la República.

4.° El Libertador podrá suspender los artículos constitucionales, leyes y decretos, que esten en oposi cion con la exijencia del bien público en las presentes circunstancias, y en las que pudieran sobrevenir; como tambien decretar en uso de la autoridad, que ejerce, todo lo concerniente á la organizacion de la República.

5.° El Libertador puede delegar sus facultades en una ó mas personas del modo, que lo tuviere por conveniente para el rejimen de la República, reservandose las que considere necesarias.

6. Puede igualmente nombrar quien lo sustituya en algun caso inesperado.

Imprímase, publíquese, circúlese y cuminíquese al Libertador. Dado en la sala del Congreso en Lima, á 10 de Febrero de 1825.-4. de la República.José Maria Galdeano, Presidente.-Joaquin Arrese, Diputado secretario.-Manuel Ferreyros, Diputado secretario."

Larrea fué al frente de una comision con el objeto ostensible de arrancar á fuerza de instancias el consentimiento del Dictador, quien todavia mostró una repugnancia increible al mando. Sin embargo, habiendo aceptado, como era de suponer, la noticia de su resolucion fué recibida por los representantes con las incalificables demostraciones, que aparecen en la siguiente relacion oficial:

Un soplo de vida, exhalado repentinamente entre los muertos, no produciria una escena tau risueña y festiva, como formaron estas palabras en la inmensa asamblea. "Ahora sí decian unos, que podemos llamarnos libres y felices" "ya desde hoy, repetian otros, dormiremos tranquilos." "Solo este torrente de placer, concluian todos, pudiera compensar el terrible sobresalto, en que la modestia de Bolívar nos ha puesto. Una gracia, decian los representantes, que ha marcado de un modo tan singular las bondades de Bolivar pa ra con el pueblo peruano, merece una expresion estraordinaria. Marche, sin ejemplo, una comision nume rosa, llevando á su frente al Presidente mismo del Congreso, y presente al ilustre Restaurador de la República, los votos de nuestra gratitud; y encarguese otra de organizar un decreto, en que se consignen pa ra eterna memoria la generosidad de Bolivar en renunciar por complacernos á las delicadezas de su pundonor, y la del Congreso mismo en despojarse por el bien de los pueblos, de sus atribuciones soberanas." Cual si se tratara de excusarse de homenajes tan honrosos al los aceptaba, como á las perso

poco

que

nas, que los rendian, escribió Bolívar á Colombia: "quise herir el orgullo nacional, para que mi voz fuera oida y el Perú no fuese mandado por un colombia. no; pero todo ha sido inutil: el grito del Perú ha sido mas fuerte, que mi conciencia".... Mas la parte, que en la vergonzosa farsa tomaron los favoritos del Dicta dor; la precipitacion, con que se aprobaron resoluciones, que demandaban la mas seria deliberacion; los términos enteramente adaptados á las aspiraciones del Gobierno, y la complacencia, con que habló el redactor oficial, no dejan duda de que todo se hizo con el beneplacito del Libertador. Nadie habria osado contrariarle tan solemnemente, y en la fuerza incontrastable de su voluntad tenia él un médio seguro de cruzar el trascendental proyecto, si fuera, opuesta á sus miras; ojála, que por su propia gloria y por el bien del Perú hubiera tenido igual fuerza para resistirse á las sugestiones de la ambicion!

En la misma sesion del 10 de Febrero se votó una accion de gracias á la República de Colombia, y se nombró una comision, que recabara del Congreso Colombiano el permiso, para que el Liberta lor continuará presidiendo los destinos del Perú. Los diputados Ferreyros y Agüero salieron sin pérdida de tiempo á desempeñar tan importante encargo; pero á su llegada á Bogotá estaba en receso aquella asamblea, y hubieron de esperar muchos meses para presentar sus notas de agradecimiento y solicitud. Tambien se decretó ese dia dar gracias al senado y camara de representantes de Colombia y al ejercito unido libertador.

La sesion del 12 de febrero se consagró á dar espléndidas muestras de la gratitud peruana al caudillo, é individuos del ejercito libertador. Bolívar debia conservar durante su vida los honores de presidente del Perú, y para honrarle mas se acuñarian medallas con su busto, se elegiria en Lima un gran monumento y se

colocarian lápidas en todas las capitales. Se le obsequiaba un millon de pesos para sí, y otro millon para que lo distribuyese á su arbitrio entre los generales, gefes y oficiales. Sucre fué confirmado en su grado de Gran Mariscal de Ayacucho, y despues se le recompensó con el premio de doscientos mil pesos, que le fueron adjudicados en la hacienda de la Huaca, del valle de Chancay, la que valia mucho mas. Para pa gar los millones decretados se autorizó al gobierno á levantar un emprestito con independencia de otros, que pudiera contratar para las demas atenciones de la república. Cuantos habian hecho la campaña libertadora, serian considerados peruanos de nacimien to y con opcion á todos los destinos del Perú, para los que reunieran los requisitos legales.

Mas desprendido Bolívar del dinero, que del poder, renunció una y otra vez el millon ofrecido, y solo lo aceptó para sus hermanos de Caracas, cuando el Congreso insistió por tercera vez en otorgarselo para que fuera distribuido en beneficio de la ciudad, que habia tenido la dicha de darle el ser. El Libertador habia manifestado, que de su parte seria una inconsecuencia monstruosa recibir del Perú un género de recompensa, que jamas habia querido aceptar de su patria; le bastaba el honor de haber merecido del Congreso peruano señaladas pruebas de estimacion y de

reconocimiento.

Algunos diputados, queriendo moderar el poder dictatorial, propusieron, que se reuniera el senado con servador; mas perdieron la cuestion por un voto. Otros íban á proponer, que, siendo ya segura, segun las últimas noticias, la pacificacion del Alto Perú, se restableciera el régimen constitucional; pero desistieron de su intento por consejo de Mariategui, quien por indi. caciones ministeriales sabia bien el peligro de semejantes proyectos. La camara habia autorizado al Liber

tador á socorrer & Colombia, con tropas, buques y otros elementos de guerra, levantando emprestitos, imponiendo contribuciones, desterrando á personas peligrosas y modificando las leyes, que fuera menester, en el caso de realizarse la agresion, que se anunciaba de parte de la Francia. Como la autorizacion decretada se hubiera publicado en la Gaceta, omitiendo esa condicion esencial, reclamó Mariategui de tan importante omision; y el Ministro Unanue se limitó á decirle por toda disculpa: "temo, que muera U. jóven."

Se habia resuelto en 23 de febrero: 1.° que el ejército unido marchará contra el enemigo hasta destruir, á juicio del Libertador, el último peligro, de que la libertad del Perú estuviera nuevamente invadida ó perturvada, estableciendo provisoriamente en las provincias (Alto Perú) el gobierno mas analogo á sus circunstancias; 2.° que esta empresa fuera de la respon sabilidad de la república del Perú, hasta tanto, que llegará el caso del artículo anterior, 3.° que, si verifi cada la demarcacion, segun, el artículo constitucional, resultaran las provincias altas separadas de esta república, el Gobierno, á quien pertenecieren, indemni zaria al Perú los gastos causados en emanciparlas— Bolívar se proponia recorrerlas, despues de haber vi sitado los departamentos meridionales del Perú, cuya organizacion demandaba su accion inmediata, segun su modo de pensar. Los recelos, de que en ausencia del Dictador volviera el Congreso sobre sus pasos, modificando la humillante resolucion del 10 de febrero, habian movido á Pedemonte y Ortiz Ceballos á proponer el 18 la inmediata clausura de la legislatura. Realmente era anómala, cuando no ridicula, la posicion de los legisladores, despues de haber decretado una ilimitada dictadura; así lo hizo ver una comision compuesta de liberales y conservadores en un informe luminoso, que sin faltar á las formas serviles

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