Imágenes de páginas
PDF
EPUB

conducia, se pusieron en marcha para Ayacucho, donde esperaban ser apoyados por la guarnicion. Mas esta vino á atacarlos cerca de Julcamarca; y aun que resistieron con denuedo á fuerzas superiores, los mas cayeron muertos ó prisioneros. Santa Cruz, que á la primera noticia de la sublevacion habia sido enviado á la sierra, ya para asegurar la adhesion del ejército, ya para impedir, que los huant:hos, tenazniente apegados á la vencida causa del rey, prestaran apoyo á los insurrectos, castigó con el último suplicio al Teniente Silva, que era tenido por la mejor lanza del ejército, junto con varios sargentos. Con los restos de los husares sublevados se organizó el quinto escuadron de aquel regimiento.

En la capital, mientras el gobierno se aprestaba á celebrar el aniversario de la independenci con pompas, que permitieran confundir con su popularidad el entusiasmo por la patria, fue descubierta por un delator la ya avanzada conspiracion; exasperado Bolivar con la noticia de que se atentaba contra sus dias, lanzó desde su retiro de la Magdalena órdenes de prision contra mas de ochenta personas; y la ciudad vió con dolor en el gran dia de la república sumidos en los calabozos á muchos republicanos decididos, pero pacificos, entre ellos magistrados, caudillos nilitares y miembros de la disuelta asamblea. Se hizo salir del pais á varios gefes argentinos, ó chilenos, que no podian inspirar confianza á los vitalicios, siendo del número de los expulsados Necochea, el heroe de Junin. Tau bien salió al destierro Luna Pizarro, quien, por no haber aceptado la legacion de Mejico, fué puesto en prision, y de esta salió relegado á Chile; allí tuvo por compañero de expatriacion al energi. co vocal Alvarez, el cual fue con el caracter de enviado del Perú. Entre otros jefes patriotas separados de sus cuerpos estaba el coronel Prieto, á quien se reem

plazó en el mando del batallon Callao con el coronel Llerena, y su separacion dió lugar á una tentativa sediciosa, que costó la vida al teniente graduado D. Manuel Aristizabal, natural de Cajamarca.

-

El infeliz joven en la noche misma, en que se dió á conocer el nuevo gefe del batallon, quiso amotinar á la guardia de prevencion; delatado por el capitan Vargas y sometido á un consejo de guerra, fué condenado á ser pasado por las armas, previa la degradacion militar; el denunciante y otros oficiales, que habian callado la abortada intentona, debian sufrir la prision ó el presidio; pero fueron indultados en consideracion al aniversario de Junin. La ejecucion de Arístizabal tuvo lugar el siguiente dia en la plaza mayor; mientras se le leía la sentencia y se procedia á quitarle el sombrero, romperle la espada y despojarle de la casaca, mostró admirable serenidad. " Jamas he traicionado á mi patria, esclamó, y por querer librarla del yugo estrangero, voy á sufrir la muerte, que no me arredra. Siempre he respetado mi pabellon y lo he defendido á costa de mi sangre.--Mi espada debia ser rota solo en el pecho de los enemigos de mi patria, y no como castigo de un delito, que no he cometido. --No soy indigno de llevar el uniforme. Si me veo en este trance, es por haber querido librar á mi patria del yugo estrangero. Como peruano llevo en mi cuerpo hasta el cadalso el pabellon de mi adorada patria; mue ro contento por ella, siniendo no dejarla libre." Al decir sus ultimas frases mostró en sus tirantes los colores nacionales; luego se reconcilió arrodillandose delante de su confesor al pié del patibulo; no quiso ser atado, ni vendado por el verdugo, sino por uno de sus compañeros de armas; y como, enternecida la tropa, no hubiera acertado á dirigirle los tiros, dijo en alta voz: túradme á la cabeza; que solo me habeis herido en el vientre." Su muerte heroica, su juventud y su patrio

[ocr errors]

tismo avivaron el odio al gobierno, que era inten so desde el suplicio de Berindoaga.

Fuera del Perú sufrian recios contrastes, los gi gantescos proyectos de Bolivar y principiaban á causar graves alteraciones. El congreso de Panamá, objeto de las mayores esperanzas, que concebidas primero por San Martin y alimentadas por el libertador en las situacioues mas dificiles, estaba preparan lose por este con toda decision desde la antevispera de Ayacucho, tuvo al fin su instalacion el 22 de Junio de 1826 con los plenipotenciarios de Mejico, Centro America, Colombia y Perú. Buenos Aires, y Chile no habian querido enviarlos, por considerar aquella asamblea, simple instrumento de miras avasalladoras. El Brasil habia diferido el envio, alegando los embarazos de la guerra con la República Argentina. Despues de una discusion tan larga, como acalorada, habia resuelto el Senado de Estados Unidos no dar á sus enviados el caracter legislativo, sino diplomatico; sin salir de la neutralidad con España queria facilitar el reconocimiento de las nuevas repúblicas, y asegurar la estension de su comercio. Ni aun esa representacion tuvo lugar, por que la muerte y la dilaciou impidieron á los ministros de la Union presentar se en la asamblea de Panamá. Inglaterra y los Paises Bajos acreditaron agentes para observar el curso de de las deliberaciones, dar privadamente prudentes avisos, y no intervenir directamente en ninguna resolucion.

El congreso continuó sus sesiones hasta el 15 de julio, dia en que se disolvió para reunirse en Tacubaya, á una milla de Mejico. Ni allí logró reinstalarse, ni en Panamá pudo hacer otra cosa, que celebrar vanos pactos de federacion. No era la oportunidad de estrechar eficazmente las relaciones políticas de la America española; cuando las tenaces pretensiones

de la metropoli ya no podian inspirar serios recelos; cuando tampoco era temible la Santa Alianza, una vez hechá la declaracion de Monroe, y estando reconocidas las repúblicas hispano americanas por Inglater ra y en via de serlo por Francia; cuando todo di ficultaba la union intiina, y cuando Colombia mismo, presunto nucleo de la federacion, estaba en via de di vidirse en tres estados independientes y no bien ave nidos entre si. Se pensó, en verdad, echar las bases de la grandiosa alianza en un trata lo, cuyas disposiciones tendian segun los primitivos propósitos a hacer de los futuros congresos el paladión de la Amé ica independiente, su áncora de paz interior y el árbitrɔ. de sus diferencias. Para hacer eficaces los decretos de estas anfictionias americanas se acordó, que la liga sostuviese en buen pié un ejercito de mas de setenta mil hombres, una escuadra con mas de novecientos cañones y un tesoro de siete millones y setecientos mil pesos. Pero soldados, buques y hacienda debian existir solamente en el papel: faltaban los medios y aun la voluntad de sostener tan gran fuerza. El mismo Bolivar, cuyo genio titanico allanaba obstáculos casi insuperables, no tardó en convencerse de la impotencia de tan desca la asamblea. "El Congreso de Pa namá, dijo, una institucion, que debiera ser admirable, si tuviera mas eficacia, no es otra cosa, que aquel lo co griego, que pretendia dirigir desde una roca los buques, que navegaban. Su poder será una sombra, y sus decretos meros consejos nada mas". Por otra parte su propia persona, que con incomparable ascendiente habia, allanado la dificil reunion, se conver tia en el mayor impedimento para consolidar una institucion republicana, que en opinion de muchos solo era el pretendido pedestal de su imperio andino.

Si bien los proyectos monarquicos nunca fueron acogidos favorablemente por el Libertador; bastó, que

sus allegados hablaran de imperio, para que sus enemigos politicos le atribuyeran las aspiraciones de Napoleon y de Cromwel. Y no necesitaban esforzar mucho la calumnia para hacerla creible: él les allanaba el camino con la frecuente oposicion entre sus hechos y sus palabras, con el desprecio afectado y el ej reicio tenaz de la dictadura, con su malhadada constitucion boliviana y con la todavia mas sospechosa federacion de los Andes, en que puso igual empeño, si no en sus actos oficiales, en las comunicaciones intimas con ciertos prefectos y gefes de toda su confianza. Del imperio á una federacion centralizadora con un Presidente vitalicio la diferencia era solo de nombre: el Emperador del Brasil no tenia mayor autoridad, que el fu turo Presidente de Bolivia, Perú y Colombia. Aun al rechazar el consejo, que fué dado á Bolivar, por su compatriota Paez, para que hiciera con la repúbli ca colombiana lo que Bonaparte habia hecho con el Directorio, se corroboraron las fundadas sospechas de tendencias liberticidas.

El Aquiles de Venenzuela habia escrito al Libertador, que dijese é hiciese lo que habia dicho y hecho Napoleon I. los intrigantes van á perder la pa tria, vamos á salvarla." Bolivar le contestó:

"He recibido la muy importante de U. de 10 de Diciembre del año proximo pasado, que me envió U. por medio del Sr. Guzman, á quien he visto y oido, no sin sorpresa, pues su mision es extraordinaria. Us ted me dice, que la situacion de Colombia es semejante á la de Francia, cuando Napoleon se encontra ba en el Egipto; y que yo debo decir con él, los in trigantes van á perder la patria; vamos á salvarla. A la verdad casi toda la carta de U. está escrita por el buril de la verdad; mas no basta la verdad sola para que un plan logre su efecto. Usted no ha juzgado, me part ce, bastante imparcialmente del

[ocr errors]
« AnteriorContinuar »