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vitalicia, no podia menos de participar de los sentimientos ya bastante difundidos en su patria. Las noticias llegaban tarde y la situacion no estaba todavia bastante despejada; pero era claro, que allá, como aquí pretendian los amigos de Bolivar falsear las institu ciones republicanas, y que actos, arrancados por la presion militar á los ciudadanos oprimidos ó solamente suscritos por los gefes del ejercito, tendian á mo narquizar la tierra de los libertadores. Excitados por el amor á la constitucion patria y por algunos hombres influyentes de Lima, que deseaban derrocar la constitucion Boliviana, el comandante Bustamante y casi to dos los óficiales de dicha division preparaban un movi miento revolucionario del que, avisado con tiempo el poco inteligente General Lara, no tomó medida alguna para asegurar la conservacion de la disciplina. Pudies a ron por lo tanto realizar los conspiradores la revolu cion militar al rayar el 26 de enero: presos los gene. rales Lara y Sandes con los coroneles y pocos oficia les opuestos al cambio, levantaron una acta, en que protestaban de su adhesion á las leyes y gobierno de: Colombia, y dieron dos proclamas, una á la tropa en el mismo sentido y la siguiente á los peruanos:

CIUDADANOS DE LIMA Y DEL FERÚ TODO.

La Libertad, que ha defendido siempre el Ejército de Colombia, y la estabilidad de la Constitucion, que sancionaron los representantes de aquella República y que juramos todos sostener, ha sido lo que nos hapuesto sobre las at mas; prefiriendo ser víctimas de una revolucion á verla caer por tierra. Hemos hecho lo que creíamos de uuestros deberes patrios. Nuestra posicion de auxiliares en la República del Perú será mantenida con sumo respeto al Gobierno y las leyes, y podeis descansar seguros de que nuestros votos serán siempre por la felicidad del Perú,

Lima, Enero 27 de 1827.

El Comandante General-José Bustamante.

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Libre el espiritu público de la presion extrange ra, ostentó los sentimientos liberales, que hasta ese dia habia reprimido á duras penas. El 27 de enero se pidió en cabildo abierto la abolicion del có igo im puesto por la violencia y el fraude, la separacion de los ministros, el restablecimiento de la constitucion nacional y la convocacion de un congreso, que hiciera las convenientes reformas y nom rase un Presidente de la repúbl ca peruana en vez de Bolívar, quien no podia serlo, ejerciendo la presidencia d› Co lombia. La extinguida municipalidad se dió por restablecida; la tropa peruana se dispuso á sostener una revolucion tan incruenta como trascendental, y no har llando por el momento los liberales otro hombre, que pudiera regir interinamente al Perú independiente, convinieron en conservar en la presidencia de la Re pública al presidente del consejo de gobierno.

Santa Cruz, cuya ambicion se prestaba facilmen te á los cambios de política, y cuya fidelidad no estaba á prueba de los grandes sacrificios, observó una conducta irresoluta: absteniendose por de pronto de tomar una parte activa en pro, ni en contra de la revolucion, vaciló entre los que le aconsejaban apoyarla

Y los que le propusieron ir á Jauja ó embarcarse para el norte con el objeto de preparar los medios de sofocarla; habia resuelto marchar al interior, cuando, recibida una diputacion de Lima, dijo, que era de su agrado lo que se estaba practican lo; un puntiller de honor únicamente le habia detenido. Ya en caminoï para la capital, regresaba á Chorrillos á instancias del Pando para emprender el viage maritimo; pero, frus trado este por la energica actitud de los patriotas, que

dueños del Callao, amenazaban cañonear el buque, en que habia de embarcarse, vino á sostener la causa del pueblo, que le recibió con aclamaciones y repiques de campanas,

El 28 de enero fueron admitidas las renuncias de Pando y Heres, aplazandose por algunos dias la admision de la presentada por Larrea, quien era menos impopular y podia prestar importantes servicios. A la cabeza del nuevo ministerio fué colocado Vidaurre, presidente de la Corte Suprema y agente principal del cambio: tuvo por colaboradores á Salazar en la guerra y á Galdeano en el despacho de hacienda, ambos patriotas de honradez acreditada.

Desde que aceptó el cambio, se apresuró Santa Cruz á dirigir á los pueblos la siguiente proclama:

Peruanos:

El Gobierno del Perú ro seria fiel á sus obliga ciones, si desatendiese un eco, que llega á sus oidos desde los puntos mas remotos de la República, y le dice la Constitucion para Bolivia no fué recibida por una libre voluntad, cual se requiere para los códigos políticos. El Gobierno no puede consentir en que se crea, que pudo tener la nias pequeña connivencia en la coaccion, por que es el garante de la libertad nacional y de su absoluta inde endencia.— El Gobierno, que sabe hacerse obedecer y respetar, tambien conoce, que debe prestar oido atento á los justos deseos de los pueblos; y por esto es que en este mismo dia convoca un Congreso constituyente, que examine, arregle y sancione la Carta, que debe regirnos. Así lo habria hecho antes á no haberse persuadido, que un consentimiento espontáneo se prestaba á la Constitucion que se juró. Nada mas puede exigir el amante de su patria: -pretensiones desordenadas

nos conducirian á la anarquía y confusion. Los ejemplos funestos son recientes para que sean olvidados. ¿Cual es el patricida, que quiere, que se repitan? Confiad, peruanos en el que está pronto á derramar la última gota de sangre por sostener la independencia y la integridad nacional, y que no aspira á otra gloria, que á que en su tumba se escriba: "En este solda"do la primera virtud, fué el amor á su patria, lo probó en la campaña y en el gabinete, y solo sintió "morir, porque. dejaba de ser útil á sus compatrio"tas."

¡Peruanos! La confianza que me habeis mostrado esta vez y siempre, me hace inseparable de vosotros: ved por mi honor, como yo veré por vuestros comunes intereses.

Lima, 28 de Enero de 1827.

El nuevo ministerio decretó la reunion del Congreso para el 1.° de mayo, y el cuerpo electoral de Lima corroboró la política liberal protestando contra la opresion sufrida el 16 de agosto último. La revolu cion halló eco en todos los ángulos de la República, y donde quiera triunfó sin lucha y con general satisfaccion. Los Prefectos, mas adictos al Presidente vitaFicio, siguieron con muestras de la mejor voluntad la corriente repúblicana: el de Ayacucho, que habia mostrado cierta vacilacion, fué remitido preso á Lima. A las primeras noticias del cambio se anticipó Gamarra á las órdenes superiores, ofreciendo apoyarlo con sus tropas y su ascendiente en el Cuzco, Lafuente sostenido por la decision de los arequipeños, hizo salir la guarnicion colombiana, que al transito por Puno saqueó la caja fiscal y otras varias.

Sucre no obstante su moderación conocida y los deseos, que manifestaba de conservar la paz y 'el'orden no dejaba de inspirar serios recelos: entre otras expre

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siones alarmantes habia dicho, que estaba pronto á ir, con su ejercito, donde el gobierno del Perú lo quisiera, para sofocar la conjuracion, solo en el caso de que novedad fuera obra de algunos faciosos; que observaria, tranquilo, cuanto sucediera, mientras no se insultara á Colombia, ó á Bolivia, ni se ultrajara á su Gobierno ó al Libertador. En ese caso, añadia, ya me obligarian al desagravio; y hemos justificado, que nuestros corazones y pocos medios bastan para alcanzarlo....Santa Cruz, que no obstante las glorias comunes alcanzadas en Pichincha el 24 de mayo de 1822, no tenia fé en las virtudes del Gran Mariscal de Ayacucho y le queria mal, escribió á Gamarra: "Cuidado, General, con Sucre, que es muy astuto. Temo, que, á pretesto de ponerse á trabajar por el órden intente comprometer á U. y se quiera meter en su departamento; que lo induzca á algun paso, falso.... U. debe estar muy listo. Es un crimen toda confianza en tiempo de revolucion....El Prefecto del Cuzco, que participaba de 1. s mismos sentimientos, tomó bien sus medidas, para que en vez de invadir el ter ritorio peruano, vacilase y sucumbiera en el suyo el Presidente de Bolivia. La guarnicion colombiana del sur estuvo pronto, sea en el mar, sea del otro lado del Desaguadero.

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La caida del gobierno vitalicio era ya un hecho consumado. Todavia no desesperaban sus parti darios de levtantarlo, detei minando en la division de Bustamante, una reaccion, que favorecia abiertamente el Representante de Colombia, y para la que se creia, que Sucré no tardaría en enviar á Córdova y otros gefes de toda su confianza. A fin de conjurar semėjantes riesgos se hicieron los mayores esfuerzos, y se logró que la division regresant á su pas, conforme á los deseos de gefes y soldados. A principios de marzo, con el gasto de 260,000 pesos, pudieron darse á la vela,

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