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hogar, que el esposo, el hijo y el padre formen sus familias; que con la razon y las virtudes se rescate el sociego que 16 años de glorias conquistaron, y que la discordia escarmentada huya para siempre del suelo de la libertad.

Cumaná lo ha jurado ya, y toda entera se consagra á la union sobre que descansa la felicidad : ella ha borrado sus odios para siempre y cree tambien verlos borrados en todo su departamento. De hoy en adelante las voluntades públicas, sagradas por sí mismas, tendrán toda la libertad que la naturaleza, la razon y la conveniencia les conceden: pero ellas no se ejercerán sino en la calma de un sano juicio. Que todos los habitantes ocupen ellugar de su deber y que todos juntos concurran á consolidar la dicha general. Vuelvan las personas y las familias errantes á tomar su asiento en la sociedad desaparezcan los partidos y las venganzas no haya mas que ciudadanos de una república virtuosa, en que la igualdad de derechos sea inviolable, y en que la razon y la justícia sean dos deidades á cuyo culto nos consagremos todos. Cese hasta la memoria del mal. Los que han tenido la fortuna de ser buenos hoy, sigan su senda honrosa; los que la desgracia ha hecho vacilar imiten las virtudes de sus hermanos.

La madurez distinga nuestras discusiones; solo la razon delibere, y la subordinacion mantenga el orden. En medio de vosotros y en la carrera de estos principios, yo marcharé con firmeza á la fren

te de un pueblo virtuoso hasta encontrar su felicidad. A nombre del Libertador y del gefe de Venezuela, yo os ofrezco el término venturoso de vues. tras tareas, si patriotas como siempre, os consagrais al bien.

Cumaná tiene derechos sagrados y ha querido ejercitarlos el mundo debe respetarlos, por que ella respeta los de todos. En la revolucion se ha marcado una senda,y marchará constante, esperanzada de que llegue el dia en que la patria pueda llamarse consolidada. Nadie tema de Cumaná, á no ser sus enemigos. Sus brazos siempre abiertos convidan á la fraternidad y su valor garantiza sus derechos.

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El nombre de Colombia, que nos da existencia y dignidad política, ese pabellon que la victoria y la libertad llamarian suyo, el vínculo sagrado de esa gran familia, son y serán respetados por un pueblo que lo ha protestado al pronunciarse en la revolucion.

Cuartel general en Cumaná, á 5 de diciembre de 1826.-16.

Santiago Mariño.

OFICIO

DEL GENERAL BRICENO AL GEFE CIVIL Y MILITAR de Ve NEZUELA, PARTICIPANDOLE LOS MOTIVOS QUE LE OBLI¬ GARON A TOMAR EL MANDO DE LA PLAZA.

A S. E. el gefe civil y militar de Venezuela.
Puertocabello, noviembre 26 de 1826.

ESPERANDO la respuesta de V. E. á la mision que le dirigió esta plaza con el señor Olavarria, habia diferido participarle los motivos por que me hallo á la cabeza de ella. Mas los desagradables y funes-> tos sucesos que han ocurrido de ayer a hoy me obligan ya a romper mi silencio, antes de saber cual sea la resolucion de V. E. en vista de la acta de 21 del corriente.

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V. E. está bien impuesto de la razon que hubo' para que la goleta Independencia que me condueia á Maracaibo, tocase en este puerto. Al entrar en él el 22 se le hizo dar fondo, y yo tuve que venir á tierra con mi familia a preparar otro buque en que continuar mi viage. Iba á reembarcarme el 24 cuando la guarnicion de esta plaza y la municipalidad me rogaron que me encargase de dirigirlos. V. E. conoce cuanta fuerza tiene semejante ruego. Yo accedi por que positivamente vi que la plaza estaba en gran riesgo. Las pasiones estaban muy exaltadas, y era de temer que la desesperacion hiciese desviar unos ánimos irritados.

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Entre otras razones que se interesaron para ga nar mi resolucion, fué quizá la mas fuerte, la esperanza que manifestaron todos, de que acaso V. E. oiria con mas bondad la voz de la plaza por mi conducto, y la confianza que yo he tenido siempre en la rectitud de las intenciones de V. E. y en la sinceridad con que ama la paz y la integridad de la república, aborrece la guerra civil, y respeta la autoridad de S. E. el Libertador. Como mis.comunicaciones con V. E. y con los gefes de la provincia de Carabobo debian ser consecuentes á lo que se contestase á la municipalidad, aguardaba con ansias el regreso de los comisionados. Pero, señor, ¿cual habrá sido mi sorpresa cuando por toda respuesta

he visto cortar las comunicaciones de Valencia con la plaza, enviar destacamento de tropas á bloquearla y últimamente venir una columna no solo á retirar los ganados que estaban destinados al abasto del pueblo, sino tambien á intentar sorprender y apoderarse de los puestos exteriores? Yo no tengo expresiones con que dar á conocer á V. E. el dolor que ha traspasado mi corazon al ver abrir las hostilidades, y abrirlas de un modo indigno aun de las hordas mas salvages. Mi dolor no tendria término sino hubiera venido á consolarme la conviccion en que estoy de que tamaños atentados no han sido cometidos por orden de V. E. y que serán no solo improbados, sino castigados debidamente. ··

Por la copia que acompaño número primero verá V. E. cual fué la sorpresa que recibí cuando sen

ti disparar el fusil en la línea exterior, y cuan justamente debe haberse aumentado al leer las razones que me ha dado el teniente coronel José de la Guerra en su respuesta número 2. Es de advertir que él no refiere los hechos como han sido en sí. Vea V. E. lo que pasó.

Un destacamento de la plaza, encontró en el portachuelo ayer tarde una partida de caballería, el dió la voz de ordenanza, y viendo que no solo obedeció á la orden de alto, si no que se retiró, lo hizo él igualmente sobre la plaza. El mismo destacamento quedó cubriendo por la noche el ganado del abasto público,á media noche la caballería vino á sorprenderlo, y aunque pudo defenderse haciendo fuego, prefirió abandonar el punto cuando él oficial se convenció de que era preciso descargar sus fusiles para sostenerse, por que tal era la orden que habia recibido...

Parece que estas pruebas de moderacion debian mas bien inspirar el deseo de imitarlas, que excitár á mayores excesos; pero por desgracia no fué así. Alentados con los pasos retrogados que se habian dado de parte de la plaza, intentaron formar la linea exterior. Al aproximarse se les dió la voz por repetidas ocasiones, y lejos de obedecer, como debia practicarse aun en circunstancias ordinarias, y hacer alto, dió el comandante la voz de que cargase el escuadron, y lo hizo hasta llegar á la puerta de la Trinchera. Las sentinelas del parapeto descargaron entonces sus fusiles, y tuvieron el fatal

T.VIII.

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