Rudolph Schevill Cervantes collection, Volumen611898 |
Términos y frases comunes
acabó adelante admiración adonde ahora albogues alma Altisidora andante caballería aventura azotes bachiller Basilio Belerma buen caballero andante cabeza camino CAPÍTULO cielo contento cosas criado cueva de Montesinos cura debe decir dejó dellos destos diablo dice digo dijo don Quijote dijo Sancho dió discreto doncella doña Rodríguez dueña Dulcinea del Toboso Duque Duquesa encantadores entender escudero estaba fuese gobernador gusto hablar hallar hija historia imagino ínsula jote labrador llaman llegó llevar loco luego maese Pedro Mancha mandó mano mira Montesinos muerte mujer mundo noche ñor oído ojos paje parece paso pensar pondió preguntó priesa puesto puso quedó quiero quisiere quiso quitar Quiteria razón rebuzno refranes replicó don Quijote replicó Sancho respondió don Quijote respondió Sancho Ricote Rocinante Roque rostro rucio saber sacó salir Sancho Panza Sansón Carrasco suelo tengo tenía Teresa Panza traía Trifaldi tuvo venía verdad vestido vió visto volvió vuesa merced
Pasajes populares
Página 390 - ... y pues se contiene y cierra en los estrechos límites de la narración, teniendo habilidad, suficiencia y entendimiento para tratar del universo todo, pide no se desprecie su trabajo, y se le den alabanzas, no por lo que escribe, sino por lo que ha dejado de escribir.
Página 133 - ... por mis valerosas, muchas y cristianas hazañas he merecido andar ya en estampa en casi todas o las más naciones del mundo. Treinta mil volúmenes se han impreso de mi historia, y lleva camino de imprimirse treinta mil veces de millares, si el cielo no lo remedia.
Página 62 - Solos quedaron don Quijote y Sancho, y apenas se hubo apartado Sansón, cuando comenzó a relinchar Rocinante ya sospirar el rucio, que de entrambos, caballero y escudero, fue tenido a buena señal y por felicísimo agüero; aunque, si se ha de contar la verdad, más fueron los sospiros y rebuznos del rucio que los relinchos del rocín, de donde coligió Sancho que su ventura había de sobrepujar y ponerse encima de la de su señor, fundándose no sé si en astrología judiciaria que él se sabía,...
Página 239 - Marsilio, el cual mandó luego tocar al arma; y miren con qué priesa, que ya la ciudad se hunde con el son de las campanas, que en todas las torres de las mezquitas suenan. Eso no, dijo á esta sazón don Quijote; en esto de las campanas anda muy impropio maese Pedro, porque entre moros no se usan campanas, sino atabales, y un género de dulzainas que parecen nuestras chirimías; y esto de. sonar campanas en Sansueña, sin duda que es un gran disparate.
Página 574 - Pero, con todo esto, me parece que el traducir de una lengua en otra, como no sea de las reinas de las lenguas, griega y latina, es como quien mira los tapices flamencos por el revés, que, aunque se veen las figuras, son llenas de hilos que las escurecen, y no se veen con la lisura y tez de la haz...
Página 237 - También dijo maese Pedro desde dentro: -Muchacho, no te metas en dibujos, sino haz lo que ese señor te manda, que será lo más acertado; sigue tu canto llano, y no te metas en contrapuntos, que se suelen quebrar de sotiles.
Página 175 - ... las liebres ya sin pellejo y las gallinas sin pluma, que estaban colgadas por los árboles para sepultarlas en las ollas, no tenían número; los pájaros y caza de diversos géneros eran infinitos, colgados de los árboles para que el aire los enfriase.
Página 463 - No hagas muchas pragmáticas; y si las hicieres, procura que sean buenas, y, sobre todo, que se guarden y cumplan; que las pragmáticas que no se guardan lo mismo es que si no lo fuesen; antes dan a entender que el príncipe que tuvo discreción y autoridad para hacerlas no tuvo valor para hacer que se guardasen; y las leyes que atemorizan y no se ejecutan, vienen a ser como la viga, rey de las ranas: que al principio las espantó, y con el tiempo, la menospreciaron y se subieron sobre ella.
Página 560 - Mancha habían visto; vieron las galeras que estaban en la playa, las cuales, abatiendo las tiendas, se descubrieron llenas de flámulas y gallardetes, que tremolaban al viento y besaban y barrían el agua; dentro sonaban clarines, trompetas y chirimías, que cerca y lejos llenaban el aire de suaves y belicosos acentos.
Página 464 - Sé padre de las virtudes y padrastro de los vicios. No seas siempre riguroso ni siempre blando y escoge el medio entre estos dos extremos, que en esto está el punto de la discreción.