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obrase contra el comun enemigo, en tanto que él defenderia como pudiese la ciudad. Mariño i los que le acompañaban no se hicieron sordos a semejante invitacion, i dejando asegurada Cumaná bajo el mando del coronel Antonio José de Sucre, el capitan que mas tarde debia dar remate a la redencion de América, se vinieron con algo mas de mil docientos hombres.

El 8 de febrero entró Real en Barcelona, puesto a la cabeza de todas sus fuerzas, las cuales se habian aumentado hasta con mil docientos soldados mas sobre las que tenia. Entrado en Barcelona, era de temerse que de seguida embestiria contra San Francisco, donde se habia encerrado Bolívar; i sin embargo, contentándose con algunas escaramusas poco o nada importantes, no se atrevió ni a tentar el asalto. Pocos ratos despues le llegó la noticia de que se aproximaban las fuerzas de Mariño, i Real tuvo entónces que desocupar la ciudad en la noche del mismo dia, i los dos caudillos republicanos cómo incorporarse sin el menor embarazo. Ya incorporados estos, acometieron unidos contra el enemigo, pero fueron rechazados i tuvieron que volver a la ciudad, en donde se conservaron hasta mediados de marzo, sin que ni ellos ni Real hubiesen emprendido cosa ninguna de valer. Al capitan español le faltaba artilleria de sitio, i si el republicano se consideraba capaz de resistirle en la posicion que ocupaba, tambien conceptuaba por demas aventurado tomar la ofensiva, esponiendo sus cortas fuerzas contra las que eran mucho mas numerosas.

1817. Los víveres, como regularmente sucede en los lugares donde dos ejércitos enemigos se estan asechando la ocasion de venir a las manos,

comenzaron a escasear en Barcelona; i Bolívar, que previó discretamente las consecuencias que podian sobrevenirle, tuvo por mas seguro desamparar la ciudad. Resolvióse, pues, a trasladar a Margarita cuantos elementos de guerra tenia en la plaza, a ocupar con sus tropas las llanuras de la provincia, darse luego la mano con las republicanas que obraban en Guayana, i descubrir tambien de paso los medios con que Piar contaba por su lado.

Las autoridades municipales de la plaza, ateniéndose mas bien al parecer del jeneral Freites, se consideraron capaces de defenderla con solo el batallon Barcelona, i se opusieron porfiados a la resolucion del Libertador. Hizo este cuanto pudo por disuadirlas de tan patriótica como osada resolucion, i no habiendo podido conseguirlo tuvo que dejar a Freites los setecientos hombres de que se componia aquel cuerpo, i partir para Guayana en compañia de algunos jefes i oficiales.

Habiéndose dirijido las tropas de Mariño para Carito, se suscitó aquí un nuevo motin provocado por este mismo jeneral, quien, conceptuándose igual, cuando no superior, a Bolívar, mostraba siempre tamaña repugnancia en servir bajo sus órdenes. Por fortuna, los deseos de Mariño fueron combatidos por Soublette, Bermúdez i Valdes que si ántes andaban opuestos a Bolívar ahora se hallaban decididos a obedecerle.

Los rebeldes, para paliar los verdaderos motivos del motin, habian echado ellos mismos a volar la voz de que Bolívar, acometido por los realistas, quedaba muerto en el camino. Cierto, en

verdad, era lo primero; mas no lo otro, porque se salvó con felicidad.

El resultado del motin paró en que al dia siguiente se movió la division para Aragua, sin salvar los artículos de guerra que Bolívar habia dispuesto fuesen trasladados a Margarita, ni defender a los valientes barceloneses que no pudieron resistir a los enemigos. Aldana, que fué el vencedor, pasó a cuchillo a cuantos encontró refujiados en las casas que habian servido de fortaleza, aun con inclusion de algunos prisioneros realistas.

Entrado ya Bolívar en Guayana, donde Piar habia obtenido algunos triunfos de importancia, dispuso que el almirante Brion se hiciese con su escuadrilla dueño del curso del Orinoco, i viese de rendir la ciudad de Angostura, en tanto que él se movia con todos los cuerpos de infanteria hácia las misiones de Caroní con el objeto de engrosarlos i disciplinarlos. Ocupábase en estos i otros arreglos encaminados a proporcionarse las comunicaciones de lo esterior, cuando recibió la noticia de que Morillo, unido con Aldana, tenia en Chaparro una fuerza de cinco a seis mil hombres, con los cuales se proponia ocupar las riberas del Orinoco. Supo, asimismo, que Mariño, atormentado siempre del deseo del mando supremo, habia provocado a una revuelta, formando en Cariaco uno como congreso por instigaciones del célebre cuanto buen patriota canónigo Madariaga; congreso que separaba a Bolívar del mando del ejército i lo confiaba a Mariño. Este suceso llegó a producir alguna influencia en Guayana, i como Piar participaba de los humos de Mariño lo celebró contento en junta de otros jefes, dis

puesto a obedecer las resoluciones de tal congreso. Por fortuna, hubo tambien otros que, mancomunándose con los oficiales i las tropas, manifestaron uniforme i categóricamente la firme disposicion de permanecer fieles bajo las órdenes del Libertador. Morillo mismo, por otra parte, dejando a un lado la Guayana, encaminó sus fuerzas por las costas de Cumaná a la isla Margarita, i de este modo, sin pensar en ello, vino a librar al jefe supremo de esa farsa de congreso. Ademas, Brion, que tambien habia tenido parte en su formacion, reparó el error acercándose a Bolívar con la escuadra i las fuerzas sutiles que mandaba Diaz.

Un encuentro naval habido en Pagállos, en que Diaz obró con peregrino denuedo, abrió paso a la escuadra republicana, i Brion subió hasta Casacoima, a donde fué Bolívar a encontrarle.

Tamaño como fué el alborozo que tuvieron los patriotas con el arribo de la escuadra, así fué tambien el sentimiento de La Torre que se hallaba posesionado de Angostura, i tanta la alteracion producida que el capitan español tomó el partido de evacuar esa plaza. Bermúdez, que dirijia el sitio de Angostura, la ocupó en consecuencia sin oposicion el 17 de julio, casi al mismo tiempo que los enemigos largaban las velas.

Morillo, mientras tanto, incurria en el grave desacierto de malograr sus fuerzas contra Margarita, movido de un impulso de airada venganza contra esta isla, la enjendradora de cuantos movimientos revolucionarios habian ocurrido. Mortificábale la idea de no poder aniquilar con sus aguerridas i denodadas huestes un pueblecillo mal artillado i defendido por bisoños que no conocian la guerra, i habia hecho el propósito de castigarle

de un modo que causara gran ruido. Su empeño en ocupar la isla subió de punto con el arribo de una exelente division de cerca de tres mil peninsulares que vinieron a órdenes del brigadier Canterac, militar de renombrada fama.

Si los margariteños se habian portado siempre con valor, ahora que conocian las malas intenciones i propósito de Morillo fué todo prodijios, i se defendieron airosamente con mil trecientos hombres mal armados de tres mil veteranos que los atacaron con veinte buques. Morillo, despues de transcurrido un mes de continuos i malogrados ataques, llegó a saber la ocupacion de la Guayana hecha por Bolívar; i entónces, decretando el bloqueo contra la Margarita, Bocas del Orinoco i costas de Güiria, i mandando fusilar a los indultados en Barcelona, cuyo número subió a trecientos, se resolvió a volverse al continente.

Morillo ocupó de nuevo a Carácas a principios de setiembre, é inquieto siempre con la somde Bolívar, cuya actividad conocia, se apoderó de los puntos por donde conceptuaba ser invadido, i acantonó en ellos algunos cuerpos. Bolívar por entonces lidiaba con otro jénero de dificultades mas peligrosas todavia, como la conspiracion del jeneral Piar, mulato de jenio iracundo i ambicioso que se habia ligado con otros descontentos que pertenecian a su raza, con el fin de suscitar i difundir una guerra de castas. Bolívar tuvo que obrar con la prudencia i sagacidad mas conducentes para llevar con acierto negocio tan delicado, i merced a este tino pudo sufocarlo en su oríjen, sometiendo al cabecilla a un consejo de guerra que le juzgó i condenó a pena capital. La ejecucion de esta pena produjo la moralizacion

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