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para Bolívar, cuya audacia i constancia vinieron a flaquear lidiando entre el salvaje amontonamiento de las crestas de los Andes, que tan caprichosamente se arremolinan por acá.

Firmada la capitulacion, se vino Bolívar a Pasto a la cabeza de una coluna de cazadores, sin aguardar a que se ratificara, i entró en la ciudad el 8 de junio. Con el rendimiento de ella quedó Colombia redondeada casi del todo, pues ya por este tiempo habian caido la plaza de Cartajena por el valor i esfuerzos del jeneral Mariano Montilla, i la de Cumaná por los del jeneral Bermúdez, sin que quedaran en poder de los enemigos otras que las de Portocabello i Coro, ni mas rebeldes que algunos bandoleros en el territorio de Venezuela. El Ismo, que habia tambien proclamado su independencia poco despues que se apartó de Panamá el jeneral Mourgeon, formaba ya uno de los departamentos de la república.

Las banderas de Colombia flameaban, pues, desde las bocas del Orinoco, en el Atlántico, hasta la desembocadura del Túmbes en el mar del sur, i se presentaba como un pueblo tres tantos mayor que su antigua metrópoli, simpático porque se habia hecho soberano por sus propias fuerzas i proclamado los principios democráticos, glorioso por el brillo de sus armas e imponente por sus huestes vencedoras que tenian por caudillo un hombre de cabeza, corazon i brazo. Asentada la república entre las dos Américas, con dos caras, fronteriza la una a Europa i Africa, i la otra al Asia i Australia, engalanada con tantos rios caudalosos que se deslizan por todas direcciones, i tantas selvas vírjenes i majestuo

sas, i sobre todo, nacida en un siglo en que la democracia ya tenia rico renombre i alto puesto; Colombia se presentaba al mundo como un paraiso en cuyas entrañas habian de fecundizar cuantos bienes son imajinables en la tierra. Pero Dios que dispone las cosas de otro modo, dejó que apareciera tan esplendoroso anuncio i se negó a la ejecucion: el exeso o grandeza de tantas proporciones apuró en diez años su caida, i desapareció.

El mismo dia en que Bolívar firmó las capitulaciones de Berruecos dirijió esta proclama: "Colombianos: ya toda vuestra hermosa patria es libre. Las victorias de Bomboná i Pichincha han completado la obra de vuestro heroismo. Desde las riberas del Orinoco hasta los Andes del Perú, el ejército libertador marchando en triunfo ha cubierto con sus armas protectoras toda la estension de Colombia. Una sola plaza resiste, pero caerá. Colombianos: participad del océano que inunda mi corazon, i elevad en los vuestros altares al ejército libertador que os ha dado gloria, paz i libertad."

De Pasto pasó Bolívar para Quito recibiendo muestras fervorosas de amor i gratitud en cuantos pueblos del tránsito tuvo que tocar. Entró en la antigua corte de Huaina-Cápac i Atahualpa el 16 del mismo mes por medio de arcos, i entre los vivas i bendiciones con que sus hijos querian demostrar el entusiasmo de su aprecio por las fatigas i servicios del héroe. Doce niñas primorosamente vestidas ciñeron la frente de Bolívar con una láurea a la puerta del cabildo, donde se habia levantado un lucido tabladillo. Bolívar correspondió con entusiasmo tales mues

tras de agradecimiento, i dirijió a la municipalidad, con fecha 20, una manifestacion del alto aprecio que hizo de los afectos de nuestros padres.

Sucre, a cuyo tino e intelijencia debíamos principalmente la organizacion del ejército sacado de Guayaquil, i a cuyas acertadas maniobras se debió asimismo la victoria de Pichincha, fué ascendido por Bolívar a jeneral de division, i nombrado intendente i comandante jeneral del departamento del sur.

Tambien el coronel peruano don Andres Santacruz fué ascendido a jeneral de brigada en Colombia.

VIII.

La guerra i la política demandaban juntamente que Colombia se conexionase con los pueblos del Perú, libertados ya en parte por las armas del jeneral Sanmartin, de quien hablaremos mui luego, i con tal motivo fué de enviado estraordinario i ministro plenipotenciario de Colombia el señor Joaquin Mosquera para entenderse con el gobierno de dicho jeneral. Fué reconocido como tal el 5 de mayo, i mui luego caló que habia graves disgustos entre los oficiales del batallon colombiano, llamado entónces Numancia, i las autoridades peruanas, provenientes, segun se dijo, de haber sabido aquellos que Sanmartin pretendia hacer guerra a Colombia para impedir la incorporacion de Guayaquil a esta república. Los oficiales del Numancia, movidos de aquel sentimiento, querian volverse a su patria, i el gobierno peruano, que podia contar con tan exelente cuerpo cuando el

jeneral Tristan acababa de ser sorprendido en Ica por los realistas, se oponia tenazmente a ello, i este asunto fué el primero en que se ocupó nuestro ministro. El señor Mosquera, hombre de seso cuanto prudente, lo trató con la mayor cordura, i como habia recibido instrucciones de Sucre para solicitar la devolucion del Numancia si no se dejaba en cambio la division peruana, convino en que aquel continuase al servicio del Perú, con tal que esta quedase tambien a disposicion de Sucre hasta la conclusion de la campaña de Quito.

Sanjado este negocio presentó Mosquera al secretario de Estado, señor Monteagudo, un proyecto de tratado de union, liga i confederacion perpétua entre Colombia i el Perú, i estensivo a los pueblos de Chile i Buenos Aires. Monteagudo, por la cuenta, estaba movido del mismo deseo i se prestó fácilmente a la negociacion; pero, al tratarse de la provincia de Guayaquil como comprendida en las tierras de Colombia, espuso que habiendo reconocido su Gobierno el de la junta de esta ciudad, seria contradecir tal reconocimiento, i propuso que se le dejara en libertad para incorporarse bien a Colombia o al Perú. Guayaquil, desde mui antiguo, estaba considerado i se tenia como parte integrante del vireinato de Santafé, i así Mosquera rechazó cuerdamente la proposicion. Largas i porfiadas fueron las conferencias relativas a tan delicado punto, hasta que al cabo se convinieron en dejarlo pendiente para mejores circunstancias; esto es para cuando arreglasen pacífica i cordialmente los límites de las dos repúblicas.

Allanadas así las dificultades, concluyeron el tratado de union, liga i confederacion perpétua, i se convinieron ademas en que los gobiernos de Co

lombia i el Perú promoverian la reunion de una asamblea de plenipotenciarios de las naciones americanas, la cual debia efectuarse en Panamá o en cualquier otro lugar; i por fin, en que se prestarian mútuamente ausilios para continuar la guerra contra los españoles, i aun defenderse de los ataques de cualquiera otra potencia. El objeto de la asamblea americana, noble i tenaz idea de Bolívar, si bien irrealizable, cuando no inútil, era acordar lo conveniente para sostener la independencia e intereses políticos de América.

IX.

Inquieto, entre tanto, se mantenia Bolívar por la suerte de Guayaquil, cuya incorporacion no se habia aun decidido, i temiendo perder esta joya del Pacífico se trasladó a esa plaza, a donde arribó el 11 de julio. El recibimiento que le hicieron, como lo habian hecho las otras ciudades del tránsito, fué superior a lo que podia esperarse, pues agotaron sus hijos cuanto tenian para mostrarse gratos al Aquiles americano. La municipalidad, por conducto de su procurador, le dijo entre otras cosas: "Al considerar, señor, la marcha rápida i gloriosa que emprendió V. E. desde las orillas del Atlántico hasta las riberas del Pacífico, en que cada paso ha sido una victoria, i en que se han visto las cimas de los montes humillarse bajo las plantas victoriosas de V. E.; es difícil no sentir exaltada el alma al recordar unas hazañas que la posteridad tendria por fabulosas si no viese confirmada su realidad en la misma prosperidad i gloria que gozarán los pueblos como fruto de las inmen

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