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donde reinaba ántes la tirania. He trabajado con desinteres abandonando mi fortuna i aun mi tranquilidad. Me separé del mando cuando me persuadi que desconfiabais de mi desprendimiento. Mis enemigos abusaron de vuestra credulidad i hollaron lo que es mas sagrado; mi reputacion i mi amor a la libertad. He sido víctima de mis perseguidores que me han conducido a las puertas del sepulcro. Yo los perdono.

"Al desaparecer de enmedio de vosotros, mi cariño me dice que debo hacer la manifestacion de mis últimos deseos. No aspiro a otra gloria que a la consolidacion de Colombia. Todos debeis trabajar por el bien inestimable de la union: los pueblos obedeciendo al actual gobierno para libertarse de la anarquia, los ministros del santuario dirijiendo sus oraciones al cielo, i los militares empleando su espada en defender las garantias sociales.

"Colombianos: mis últimos votos son por la felicidad de la patria: si mi muerte contribuye para que cesen los partidos i se consolide la union, yo bajaré tranquilo al sepulcro.

En el mismo dia otorgó su testamento, escritura de pocos renglones que apénas contiene catorce cláusulas con inclusion de cinco de las rituales. Los bienes que dejó, si pueden llamarse tales los de un hombre que habia dispuesto de tres grandes naciones, estuvieron reducidos a unas alhajas i las tierras de Aroa, heredadas a sus padres, a una medalla obsequiada por el congreso de Bolivia, que mandó devolverla a esta república, a dos obras que, habiendo pertenecido a Napoleon, le fueron regaladas por el jeneral Wilson, que las legó a la Universidad de Carácas, i a una espada,

obsequio del mariscal de Ayacucho, que tambien dispuso fuese devuelta a su viuda. Bolívar, que habia nacido con cuantiosos bienes, murio pobre.

Al anochecer del propio dia recibió los últimos sacramentos de mano del obispo de Santamarta. Los siguientes trascurrieron de congoja en congoja hasta la una de la tarde del viérnes, 17, aniversa rio del dia en que se dió la lei fundamental para Colombia, en Angostura; tarde en que, despues de una corta i sosegada agonia, fué a resonar su voz en la eternidad.

Bolívar era de estatura i facciones regulares, frente ancha i espaciosa, cejas arqueadas i espesas, ojos rasgados i centellantes, color tostado por el sol que alumbra la zona tórrida i por las fatigas de la guerra, la cerviz enhiesta i lijero en el andar. Predominaban en su índole la actividad, la inquietud, la fortaleza i la perseverancia llevada hasta el capricho: sus concepciones eran rápidas, los pensamientos elevados, poéticos, volcánicos: el alma por demas viva, sensible, apasionada, ardorosa; i su lenguaje, oral o. por escrito, aunque alguna vez descuidado, era persuasivo, elocuente, irresistible, de esos con que se doma a los hombres mas tercos i obstinados, porque en su hablar i escribir, juntamente, se dejaba palpar ese don de los grandes oradores. En los goces, lo mismo que en las penas, se elevaba o abatia hasta donde le llevaban sus pasiones i fantasia; i ese hombre que lloraba a mares i como un niño por la tierna esposa que perdió, tiraba, en los ratos de exaltacion los manteles i cubiertos de las mesas mas espléndidas i concurridas. Paris, cuando andaba en amores con la condesa de ..... la amante de Eugenio Beauhar

nais, i Quito, en la quinta del Placer, fueron testigos de tales arrobamientos.

La historia de su vida pública puede cifrarse así. Vivió en un tiempo de cerrazones, tempestades i ruinas, luchando contra la naturaleza, la mendicidad, las ingratitudes, las derrotas, las traiciones i la opinion hasta de sus mismos conciudadanos; pero luchando con premeditacion i fé, con dignidad i resignacion, con ardor i ecuaminidad i luchando como soldado, filósofo, lejislador i juez. Bolívar, en quien a la postre vinieron a parar todas las glorias de la independencia americana, sin reservar la de Washington contra el cual solo se conmovieron las pasiones i enconos poco profundos de un pueblo ya educado i culto; Bolívar, reparador del nombre defraudado al que redondeó là tierra con el descubrimiento del nuevo continente; fué el reflejo mas cabal de ese Colon, uno de los mayores injenios que admira al mundo.

Venezuela que tanto le habia ultrajado, dictó, para reparar de algun modo los agravios hechos a su hijo, el decreto de honores fúnebres de 30 de abril de 1842, i ocurrió, sin reparar en gastos, por las cenizas del grande hombre. La traslacion de ellas, que principió con pompa en Santamarta el 21 de noviembre, fué seguida de otros muchos actos espléndidos i solemnes, celebrados en la travesia del mar, en la Guaira i en Caracas hasta el 17 de diciembre, aniversario de su muerte. Ahora reposan en un sepulcro de mármol trabajado en Italia [; i ahora que el tiempo ha consolidado su grandeza, es de esperar que la América llenará

ya

(*) Véase la "Descripcion de los honores fúnebres del Libertador Simon Bolívar." Cárácas 1842.

el suelo con monumentos levantados a la memoria

del padre comun de cinco pueblos que se rijen por sus propias leyes i majistrados.

IX.

Con la muerte de Bolívar huyeron para siempre las esperanzas de conservar la integridad de la gran república; i así desapareció, nacida apénas, esa nacion que partia términos con el océano Atlántico i el mar de las Antillas desde el rio Esquevo hasta el cabo Gracias a Dios; con el océano Pacífico desde el golfo Dulce hasta el rio Tumbes; i por el sur con el pongo Lámas i lago Savalla, mas allá de las márjenes del Marañon. Así desapareció esa nacion que contaba con cien puertos en los dos mares, con rios tan grandes como el océano, i que presentan, mediante sus diferentes direcciones, el mas bien combinado sistema hidrográfico para las vias fluviales.

Bolívar es la figura mas colosal del nuevo mundo, no por que se nos antoje decirlo sin mas ni mas, sino por el juicio que de él han formado los estranjeros. Véase, sino, lo que dijo Benjamin Constant: "Si Bolívar muere ántes de haber ceñido una corona, será para los siglos venideros una imájen singular. En lo pasado no tiene semejante, porque Washington misino nunca tuvo en sus manos el poder que Bolívar abarcó entre los pueblos i desiertos de la América del sur." Véase lo que en otros términos dijo el jeneral Foi: "Bolívar que nació esclavo, redimió un mundo i murió hecho ciudadano, será para América una deidad redento1a, i para la historia el ejemplo mas vivo de grandeza a que puede aspirar el hombre." Véase lo

que dijo Pando que personalmente le conocia: "Nadie pudo mas antes que él; nadie podrá mas despues de él. Arrancar al despotismo medio planeta, constituirlo en naciones i entregarlo a la li bertad, reservando para sí........ solo su nombre." Véase en fin lo que le escribió el jeneral Lafayette, con ocasion de enviarle la medalla de oro dedicada a Washington, el retrato de este hé roe i algunos pelos de su respetable cabello: “Mi relijiosa i filial consagracion a la memoria del jeneral Washington no podia apreciarse mas por su familia que honrándome con el encargo que me ha hecho. Satisfecho con la semejanza del retrato, tengo el gusto de pensar que de todos los hombres de los actuales tiempos, i aun de todos los de la historia, el jeneral Bolívar es el único a quien mi paternal amigo habria preferido hacerle este obsequio ¿Qué mas puedo decir yo al gran ciudadano, a quien la América meridional ha saludado con el nombre de Libertador i confirmádole los dos mundos, i que, provisto de una influencia igual a su desinteres, lleva en su pecho el amor de la libertad i de la república sin amancillarse con otra cosa?" Graves, acaso tamañas, son las culpas que pudo cometer, principalmente en punto a conservar la dignidad i compostura, que mas de una vez las perdió con sus arrebatos; pero estas son frajilidades, que no imperfeccion, del hombre echado a peregrinar por donde nada puede ser perfecto.

FIN DEL TOMO CUARTO.

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