Annales, Volumen4

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Éditions Bière, 1907
 

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Página 197 - ¡Cuba! al fin te verás libre y pura Como el aire de luz que respiras, Cual las ondas hirvientes que miras De tus playas la arena besar. Aunque viles traidores le sirvan, Del tirano es inútil la saña, Que no en vano entre Cuba y España Tiende inmenso sus olas el mar.
Página 194 - De la esfera el leve azul, oscuro y más oscuro se fué tornando: la movible sombra de las nubes serenas, que volaban por el espacio en alas de la brisa, era visible en el tendido llano.
Página 193 - ¿Por qué no miro Alrededor de tu caverna inmensa Las palmas ¡ay! las palmas deliciosas, Que en las llanuras de mi ardiente patria Nacen del sol a la sonrisa, y crecen, Y al soplo de las brisas del Océano, Bajo un cielo purísimo se mecen?
Página 193 - ... mil olas, cual pensamiento rápidas pasando, chocan y se enfurecen, y otras mil y otras mil ya las alcanzan, y entre espuma y fragor desaparecen.
Página 97 - Une composition française sur un sujet d'histoire littéraire allemande, anglaise, italienne ou espagnole. — Durée : 7 heures; Une composition en langue étrangère sur un sujet relatif à la civilisation moderne des pays de langue allemande, anglaise, italienne ou espagnole.
Página 194 - La nieve eterna Cual disuelta en mar de oro, semejaba Temblar en torno de él ; un arco inmenso Que del empíreo en el cenit finaba Como espléndido pórtico del cielo De luz vestido y centellante gloria, De sus últimos rayos recibía Los colores riquísimos. Su brillo Desfalleciendo fué: la blanca luna Y de Venus la estrella solitaria En el cielo desierto se veían.
Página 193 - Al sostenerla en mis amantes brazos... ¡Delirios de virtud!... ¡Ay! desterrado, Sin patria, sin amores, Sólo miro ante mí llanto y dolores. ¡ Niágara poderoso ! Oye mi última voz : en pocos años Ya devorado habrá la tumba fría A tu débil cantor. ¡ Duren mis versos Cual tu gloria inmortal ! Pueda piadoso Al contemplar tu faz algún viajero Dar un suspiro a la memoria mía.
Página 194 - Era la tarde : su ligera brisa Las alas en silencio ya plegaba Y entre la hierba y árboles dormía, Mientras el ancho sol su disco hundía Detrás de Iztaccihual.
Página 200 - De la vana ambición desengañado, ya para siempre abjuro el oropel costoso de la gloria, y prefiero vivir simple, olvidado, de fama y crimen y furor seguro. De mi azarosa vida la novela termina en brazos de mi dulce esposa, y de mi hija la risa deliciosa, del afán ya pasado me consuela.
Página 199 - Cuando en mis venas férvidas ardía la fiera juventud, en mis canciones el tormentoso afán de mis pasiones con dolorosas lágrimas vertía.

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