El diablo coxuelo: verdades soñadas y novelas de la otra vida

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B. Cano, 1812 - 174 páginas
 

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Pasajes populares

Página 40 - Vamonos de aquí, no nos embarguen por alguna locura que nosotros ignoramos; porque en el mundo todos somos locos, los unos de los otros.
Página 53 - De afectos, ni de afeites, dijo el huésped, no quiero entender, sino de mi negocio : lo que importa es que mañana hagamos cuenta de lo que me debe de posada, y se vaya con Dios, que no quiero tener en ella quien me la alborote cada...
Página 19 - Cleofas, á aquel caballero tasajo que tiene el alma en cecina, que he echado de ver que es caballero de un hábito, que le he visto en una ropilla á la cabecera y no es el mayor remiendo que tiene, y duerme enroscado como lamprea empanada, porque la cama es media sotanilla, que le llega á las rodillas no mas. Aquel, dijo el Cojuelo, es pretendiente y está demasiado de gordo y bien tratado para el oficio que ejercita.
Página 100 - Los que vienen galanteando á estas señoras todas, y alumbrándolas con antorchas de colores diferentes, son ladrones, fulleros, astrólogos, espías, hipócritas, monederos falsos, casamenteros, noveleros, corredores, glotones y borrachos. Aquel que viene sobre el asno de oro de Lucio Apuleyo es Creso, mayordomo mayor de la Fortuna, y á su mano izquierda Astolfo, su caballerizo mayor.
Página 169 - Corpus, graduado por la feria, y el pendon verde , que si es menester no dejará oreja de ministro á manteazos , siendo yo el menor de todos estos señores. El alguacil trató de su negocio, sin meterse en mas dimes ni diretes, deseando mas que hubiese dares y tomares.
Página 7 - Zambullo, que ya le sé el suyo, o los suyos —dijo el Cojuelo — , porque hemos sido vecinos por esa dama que galanteaba y por quien le ha corrido la justicia esta noche, y de quien después le contaré maravillas, me llamo desta manera porque fui el primero de los que se levantaron en el rebelión celestial, y de los que cayeron y todo ; y como los demás dieron sobre mí, me estropearon...
Página 2 - ... de otro que estaba confinante, nordesteado de una luz que por ella escasamente se brujuleaba, estrella de la tormenta que corría, en cuyo desván puso los pies y la boca a un...
Página 30 - Pero salgamos muy de priesa de aquí, que con tener estómago de demonio y no haberme mareado las maretas del infierno, me le han revuelto estas sabandijas, que nacieron para desacreditar la naturaleza y el rentoy.
Página 115 - Cojuelo, tan al vivo como está pasando ahora : pide un espejo á la huéspeda, y tendrás el mejor rato que has tenido en tu vida, que aunque yo por la posta en un abrir y cerrar de ojos te pudiera poner en él , porque las que yo conozco comen alas del viento por cebada, no quiero que dejemos...
Página 100 - Aquella escuadra de salvajes que vienen en jumentos de albarda son contadores, tesoreros, escribanos de raciones, administradores, historiadores, letrados, correspondientes, agentes de la Fortuna, y llevan manos de almireces por plumas, y por papel pieles abahadas.

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