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siglos, y las vió, como un castigo, abiertas un día por los cañones de la Europa.

Se cree que los Estados Unidos lanzan como una amenaza el proyecto del Canal de Nicaragua, pero que ellos no piensan 5 en realizarlo. No participo de esta opinión. En primer lugar es ésta una nación seria que no expide leyes por pura farsa, sino para cumplirlas. Sucede, además, que ese Canal es practicable, como lo han comprobado varios hombres científicos, y si es más largo y costoso, en cambio queda más 10 próximo a su territorio y, por consiguiente, es más útil para ellos. Y que va a detenerse en gasto mayor aquel gobierno i tan rico, ni a temer obstáculos ese pueblo que parece haber borrado de su léxico la palabra imposible! Hoy no se dice ya esto es obra de romanos sino esto es obra de yanquis. Para 15 evitar el Ferrocarril de Panamá, hicieron ellos el Ferrocarril de Nueva York a California, ¿ y no serán capaces de hacer el Canal de Nicaragua, una vez que no se les permite hacer el de Panamá? 1

Otra consideración debéis tener en cuenta: Los Estados 20 Unidos no pueden aspirar tan sólo a hacer del Canal una empresa lucrativa, como era el propósito de las Compañías y particulares que antes pensaran en la empresa. Un gobierno, y un gobierno tan rico y poderoso como el del Tío Sam, si acomete esta obra es con móviles más altos que el de recibir 25 anuales dividendos; es no sólo por la importancia que ella tiene para la humanidad, sino porque afecta ese Canal muchos intereses comerciales, políticos, e internacionales de ese gran pueblo. De ahí que él quiera conservarlo en sus manos el mayor tiempo posible y el deseo que no caduque su privilegio

1 En 1916 celebró nuestro gobierno un tratado con Nicaragua, por el cual este país nos cedía derechos exclusivos y perpetuos para construir un canal a través del territorio nicaragüense.

como el de contratistas privados en cincuenta o cien años, que son un instante en la vida de una nación. Los Estados Unidos no nos harán el Canal para dejárnoslo en propiedad a vuelta de unas décadas. La barrera del Istmo defiende hoy, en cierto modo, sus costas del Pacífico contra agresiones euro- 5 peas; no harán, pues, esa puerta para dejar luego las llaves en otras manos que no las suyas. No podemos por esto tener con un gobierno las mismas exigencias que con sociedades privadas, y preciso es hacer algunos sacrificios al contratarlo con éste, si queremos al fin terminada la grandiosa empresa.

ΙΟ

El Canal no es un mal sino un gran bien para Colombia. No es él una servidumbre por la cual debemos cobrar cuantiosa indemnización de daños y perjuicios; es una obra que traerá a nuestro territorio una corriente de oro y que dará a Colombia prosperidad inmensa. Deberíamos pagar porque nos 15 hiciesen el Canal, si tuviésemos dinero disponible, o hacerlo nosotros mismos, si hubiese recursos para ello.

Colón llamaba en todos los tronos buscando protección para su empresa de descubrir la América. De playa en playa fué ofreciendo ese mundo que él entreveía con los ojos del 20 genio; al fin una reina, que como mujer tenía más corazón que cabeza, acogió al pobre marino, le dió sus joyas, y debido a ese arranque de ternura más que de cálculo, tuvo el mundo un nuevo hemisferio, y esa nación donde el genovés fuera acogido vió extendidos sus dominios hasta el punto de que en ellos no 25 se ponía jamás el sol.

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A Colombia han venido a golpear los hombres de distintos países, serios o soñadores, en busca de la colosal empresa, y hasta hoy, por una razón o por otra, todos han fracasado. A distintas potencias se les ha brindado la ocasión de llevar 30 a cabo la gloriosa obra, y todas han retrocedido ante los hados adversos. Desprendámonos de todo mezquino cálculo, de todo

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ridículo chauvinisme, pongamos el mayor arranque de generosidad y de patriotismo bien entendido en aras de una obra que interesa a la humanidad, y al fin hallaremos el país que dé sus riquezas para la empresa, y el genio que sepa romper la tierra y unir los mares en un ósculo sublime.1

1 Lástima es que todos los colombianos, y particularmente el entonces presidente, el Dr. Marroquín, no hayan visto las cosas con los ojos del Dr. Posada. Desearon demasiado, y lo perdieron todo. - Para completar este capítulo, añadimos la descripción del canal actual por James Bryce (páginas 21-23 de La América del Sud, traducción castellana por Guillermo Rivera, Nueva York, The Macmillan Company, 1914). Fué escrita antes de la terminación del canal, lo que explica el empleo del tiempo futuro de los verbos: "Tendrá cincuenta millas de largo entre alta mar a ambos lados. . . . La mejor manera de hacerse cargo de su índole es considerándolo como si consistiese de cuatro secciones que yo llamaré: (a) El nivel del Atlántico, (b) el lago, (c) la cortadura, (d) la sección del Pacífico (en dos niveles separados por una compuerta). El nivel del Atlántico es un canal derecho no interrumpido por compuertas y de ocho millas de largo desde alta mar en la boca de la somera bahía de Limón, un poco hacia el oeste de Colón, hasta Gatún, donde llega hasta el valle del río Chagres. Ahora bien, el río Chagres había sido considerado siempre una de las dificultades principales para la construcción de un canal. Ocupaba el fondo de aquella depresión natural por la cual debía construirse el canal según habían pensado todos los agrimensores desde hacía mucho tiempo. Pero la dificultad de ensanchar y de ahondar la madre del río hasta que llegase a ser un canal servible era formidable, porque en la estación de las lluvias en los trópicos el río crece hasta un volumen indomable, a veces subiendo más de cuarenta pies en veinte y cuatro horas. La dificultad fué por fin vencida y la corriente ingeniosamente utilizada con la construcción de una enorme represa en Gatún a través del cauce del Chagres, la cual, acorralando las aguas del río, convierte a éste en un lago. Este lago tendrá en el centro del cauce una profundidad de ochenta y cinco a cuarenta y cinco pies de agua, la suficiente para el vapor más grande. En la represa de Gatún hay tres compuertas de hormigón con una altura total de ochenta y cinco pies, por las cuales serán elevados los buques hasta el lago. Éste llenará no sólo el valle del Chagres, sino también el cauce de los valles tributarios hacia el este y el oeste, de manera que cubrirá una superficie de 164 millas cuadradas por todo y será moteado con muchas islas. La parte central y más profunda de este cuerpo de agua de casi veinte y cuatro millas de largo es la segunda de nuestras cuatro secciones del canal y será la más bonita, pues sus riberas se hallan cubiertas de espesos bosques. En el

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EXERCISES FOR ORAL AND WRITTEN WORK

I

(Based on page 225, line 1 to page 231, line 2, including footnotes.)

(a) 1. ¿Cuándo fué dada esta conferencia? 2. ¿Cuál fué el sentido de la ley Spooner? 3. ¿Por qué era preciso que Colombia la aceptara? 4. ¿Fué ratificado el tratado Herrán-Hay por el Senado de los Estados Unidos? 5. ¿Qué país concedió a los Estados Unidos el territorio deseado? 6. ¿Cuánto pagó el gobierno de los Estados Unidos a la

paraje llamado Bajo Obispo, donde el valle del Chagres, que se ha dirigido al sudeste hacia el Pacífico, se vuelve hacia el nordeste entre las montañas, la dirección del canal se separa del río enlagado y entonces entramos en la tercera sección que yo he llamado 'la cortadura.' Aquí el terreno es montañoso, de manera que para evitar la construcción de más compuertas fué preciso cortar hasta muy profundo en la línea central del continente con su serranía roqueña que une las cordilleras del continente meridional con las sierras del norte. Después de una cortadura relativamente somera de cinco millas hacia el sud del lago, el paso es obstruido por una cuesta escarpada de 665 pies de alto, el Monte de Oro, que es la vertiente continental. Por aquí se ha labrado una incisión enorme, la cortadura de Culebra [llamada ahora la cortadura de Gaillard]. Un poco más hacia el sud, a ocho millas del lago, el terreno empieza a descender hacia el otro mar, y llegamos a la cuarta, o sección del Pacífico, la cual empieza en un sitio llamado Pedro Miguel. Aquí hay una compuerta por la cual baja el canal treinta pies a otro lago artificial mucho más pequeño formado por una larga represa construida a través del valle en un lugar llamado Miraflores, donde hallamos dos compuertas más, por las cuales serán bajados los buques cincuenta y cinco pies hasta el nivel del Pacífico. Después se dirige el canal derecho al mar, tan somero aquí que se ha dragado un estuario a una distancia de algunas millas y se ha erigido un dique o malecón a su extremo oriental para evitar que la corriente del sud obstruya el puerto con los aluviones. Desde Pedro Miguel hasta Miraflores hay casi dos millas, y desde las compuertas en este último hasta el Pacífico ocho, de manera que la longitud de esta cuarta sección del Pacífico, la cual a desemejanza de la sección del Atlántico tiene dos niveles diferentes separados por la represa y las compuertas de Miraflores, es de diez millas. En ella ha habido relativamente poca excavación de terreno por ser éste llano, pero sí ha habido mucho dragado, no sólo para la formación del estuario desde la somera bahía hasta afuera en el Pacífico, sino también para proporcionar espacio donde anclen los buques y donde carguen y descarguen sin estorbar el tráfico."

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