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la sublevación del pueblo colonizado contra el pueblo colonizador. Realmente, en el 19 de abril y en el 5 de julio 1 no se ve, a pesar de lo que dijeran entonces los patriotas, el despertar de un pueblo “cansado de la esclavitud," antes bien 5 la obra de un pequeño grupo de hombres instruidos y audaces que formaban parte de la clase social privilegiada, y que contaminados de las ideas revolucionarias de Inglaterra, Francia, y los Estados Unidos, quisieron difundirlas de golpe en la masa oscura y pasiva, sobre la cual pesó por tres siglos la dura 10 dominación de los conquistadores, el anticuado sistema de los o atrabiliarios o estultos capitanes generales. Empresa más difícil que el desconocimiento, en el papel, de la soberanía de España, empeño más largo que el de vencer de vez en cuando en los campos de batalla a los ejércitos del rey.

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15 Los ejércitos que combatieron en seguida no se compusieron de españoles solos en el campo realista ni de sólo americanos en el campo patriota. Los más de los soldados de Monteverde, Cajigal, Boves, y Morales eran tan venezolanos como los de Bolívar, Mariño, Ribas, y Urdaneta. La caballería 20 de Boves, que llegó a contar más de 10,000 jinetes, la formaron casi en su totalidad los mismos llaneros que después debían seguir la bandera patriota. De modo que si la guerra se prolongó por tantos años, y a pesar de la fulgurante campaña de Bolívar en 1813, fué justamente porque España, no obs25 tante el conflicto internacional que la envolvía en Europa, pudo siempre reforzar y rehacer sus batallones con la población colonial, sin distinción de razas, o más bien apelando a los venezolanos mestizos, que componían la mayoría, desconfiaban de la nobleza criolla, y no ocultaban su preferencia 30 por los gobernantes españoles. "Los guerrilleros," dice un historiador realista, "que después de 1811 quisieron formar

1 Véase arriba, página 56, renglones 26 y 32.

partido bajo la voz del rey, excitaron esta rivalidad entre blancos y pardos, llegando a ser proverbio en la boca de los europeos exaltados que los pardos eran fieles, y revolucionarios los blancos criollos con quienes era necesario acabar." Los incultos pueblos de esta época temían más a los patriotas que 5 a los españoles. En julio de 1814, escribía desde Trujillo el general Urdaneta: "Los pueblos se oponen a su bien; el soldado americano es mirado con horror; no hay un hombre que no sea un enemigo nuestro; voluntariamente se reúnen en los campos a hacernos la guerra; nuestras tropas transitan 10 por los países más abundantes, y no encuentran que comer; los pueblos quedan desiertos al acercarse nuestras tropas, y sus habitantes se van a los montes, nos alejan los ganados y toda clase de víveres; y el soldado infeliz que se separa de sus camaradas, tal vez a buscar alimento, es sacrificado." 15 Bolívar mismo dijo con despecho en su despedida de Carúpano1 (7 de setiembre): "El ejército libertador exterminó las bandas enemigas; pero no ha podido ni debido exterminar a unos pueblos por cuya dicha ha lidiado en centenares de combates. No es justo destruir a los hombres que no quieren ser libres." 20 Los blancos criollos, autores de la revolución, fueron sus primeras víctimas. José María España 2 perece en la horca, y sus cuartos, suspendidos en postes de infamia, marcan el viacrucis de la libertad desde la Guaira a Caracas. Manuel Gual muere en el destierro. Miranda agoniza durante cua- 25 tro años en inmundas prisiones. Los "ocho monstruos" 3

1 Ciudad del nordeste de Venezuela, a orillas del mar Caribe. Allí se embarcó Bolívar, huyendo del país. Al embarcarse, dió un manifiesto en que se despidió de sus compatriotas.

2 Huelga decir que los nombres patriotas citados en este párrafo y en el siguiente, viven todavía en el corazón de todo venezolano.

3 Después del desastre de 1812, Monteverde envió presos a España a ocho patriotas caraqueños, a quienes llamaba "ocho monstruos " en la nota de remisión.

remitidos por Monteverde a la Península, pasan más de dos años entre los presidiarios de Ceuta,1 hasta que se evaden de milagro. Fernando del Toro, herido en la campaña de 1811, escapa a las persecuciones de Monteverde, y emigra a Trini5 dad,2 donde arrastra diez años su pierna de inválido. Su hermano el marqués pierde sus inmensas propiedades, y hasta 1821 vive miserablemente, de jardinero, en Puerto de España. En la miseria viven también José Ángel Álamo y Cristóbal Mendoza y Juan Escalona y Fernando Peñalver. El conde 10 de la Granja y el conde de Tovar mueren asesinados. Francisco Espejo es fusilado en Valencia. Los verdugos de Ribas renuevan para él el martirio de José María España, y exponen su cabeza en una jaula de hierro sobre el camino de Caracas a la Guaira. Familias enteras se sacrifican por la Independencia. 15 Mueren veinticinco Ribas en veintidos meses. De sola Doña Catalina Tovar perecen cuatro hijos.

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Las mujeres patricias emulan a los hombres en su entusiasmo por la libertad y en su heroísmo. Ya en 1811 concurrían a aplaudir a los tribunos de la Sociedad Patriótica.3 En el 20 curso de la guerra sostienen con actos y palabras la constancia de los libertadores. Doña Juana Antonia Padrón, madre de los Montillas, les dice cuando salen a campaña: "No hay que volver a mi presencia, si no volvéis victoriosos." Doña María Antonia Bolívar acompaña a su hermano el Libertador 25 en la dolorosa retirada de 1814. Doña Josefa María Palacio, tía del mismo y viuda de Ribas, se encierra por seis años en su casa, jurando que no saldrá de ella mientras la patria sea esclava. No se cuentan las que abandonan su antes regalada

1 Ciudad española en la costa de Marruecos.

2 Isla inglesa al norte de la costa venezolana. La capital es Port of Spain (Puerto de España).

3 En 1810, primer año de la rebelión, se había creado en Caracas una "Sociedad patriótica" para fomentar la propaganda en favor de la independencia.

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existencia para emigrar a los campos y a las Antillas, donde ganan la vida trabajando en las más bajas condiciones. Las hay que no olvidan en su infortunio el sentimiento de la compasión para con sus propios enemigos. Doña Dolores Jerez, esposa del terrible patriota Antonio Nicolás Briceño,1s le escribe desde Nueva Granada estas frases de incomparable ternura: "¡Quién fuera tan dichosa que respirara el aire libre de Venezuela! Sobre lo que me dices de los desgraciados españoles, quiero que Dios ponga tiento en tus justicias, y que, sin faltar a la razón, cumplas con la caridad que es lo primero. 10 Algunas letras van borradas, porque hoy estoy triste y te escribo llorando." Otras revelan almas indomables. Doña Luisa Cáceres, cuyo padre muere asesinado en Ocumare por las tropas de Rosete (en marzo de 1814), sale de Caracas con su madre en la emigración del mes de julio; después de 15 penalidades sin cuento, a los tres meses se embarcan para Margarita; en diciembre se casa Luisa en la Asunción 2 con el coronel Juan Bautista Arismendi; en setiembre de 1815, cuando cumplía apenas sus 16 años, se apoderan de ella los españoles, la encierran en noviembre en un calabozo, donde da 20 a luz su primer hijo, que muere al nacer; el brigadier español Pardo escribe al Capitán General Moxó: "La mujer de Arismendi ha dado a luz en su prisión un nuevo monstruo. Arismendi, según voz, ha hecho matar a nuestros prisioneros, y en este caso convendría decapitar a su mujer"; en marzo 25 de 1816, la trasladan a la Guaira y de aquí, bajo la custodia del teniente coronel D. Antonio Guzmán, al convento de la Concepción de Caracas; a los nueve meses la remiten a España; en Cádiz, las autoridades españolas, más benignas que las de ultramar, le asignan una pensión de quince duros, 30 1 Véase arriba, página 58, renglón 19.

2 Capital de la isla de Margarita.

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a condición de permanecer vigilada en la casa que se le designa; le exigen un día que escriba a Arismendi aconsejándole que desista de la rebelión; contesta con frases espartanas: "Soy incapaz de deshonrar a mi marido, su deber es servir a su 5 patria y libertarla"; por fin, en marzo de 1818 logra fugarse, merced a la protección de su compatriota D. Francisco Carabaño; un barco inglés la lleva a Filadelfia, y en julio vuelve a reunirse con Arismendi en Margarita, al cabo de tres años de la más angustiosa separación.

Con semejantes ejemplos procuraron los patricios de los primeros años infundir en la masa popular el entusiasmo por la Independencia. Fueron tantos, empero, los obstáculos con que tropezaron, y tuvo en éstos tal influencia el insensato sistema de guerra a muerte, que fué preciso seguir luchando 15 siete años más, para tomar en Carabobo1 el desquite definitivo de la espantosa catástrofe de 1814.

EXERCISES FOR ORAL AND WRITTEN WORK

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(Based on page 56, line 1 to page 60, line 6, including footnotes.)

(a) 1. ¿Dónde nació Bolívar? 2. ¿Quién fué Francisco de Miranda? 3. ¿Por qué nos interesa particularmente el general Miranda? 4. ¿Tuvo buen éxito el plan de Miranda? 5. ¿Dónde está la ciudad de Caracas? 6. ¿Qué escribió Cerveris en su carta a Monteverde? 7. ¿Qué significa la palabra criollo? 8. ¿De quiénes fué obra la revolución venezolana al principio? 9. ¿Quién dió la proclamación de la guerra a muerte? 10. ¿Qué contradicción se puede observar entre la forma de las constituciones de los países latinoamericanos y la realidad? II. ¿Cómo se recibía grado en el ejército de Briceño? rebelado contra España Colombia también?

12. ¿Se había

(b) In 1811 the colony of Venezuela had decided to declare its independence of the mother country, but in 1812 the Spaniards undertook

1 Véase arriba, página 72, nota 3.

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