Imágenes de páginas
PDF
EPUB

Las relaciones comerciales entre la República

Oriental y el Brasil

Los tratados de 1851 y 1857

POR EL DOCTOR EDUARDO ACEVEDO

IV

Terminado el análisis del comercio especial exterior de la República durante los últimos 15 años, sería sin duda alguna muy conveniente estudiar en particular las relaciones con cada uno de los países que á título de consumidores ó de productores actúan en nuestro movimiento comercial.

Pero como un estudio tan vasto saldría del límite que hemos señalado á estos apuntes, vamos á ocuparnos exclusivamente del Brasil, cuyo país por diversas circunstancias tiene que interesarnos más vivamente que los otros.

En primer lugar, porque es nuestro vecino fronterizo, lo que da origen á fenómenos de cambio que tienen que ser regidos de un modo especial.

En segundo lugar, porque la República Oriental y el Brasil tienen una producción diferente y cada país consume los artículos del otro, lo que permite concederse franquicias y facilidades que salen también de lo general.

Y en tercer lugar, porque el mercado brasilero, aparte de toda la importancia que reviste como consumidor de los productos orientales, es quien permite mediante ese mismo consumo, acrecentar nuestras exportaciones de productos ganaderos á otros

países. Sin la elaboración de charque, por ejemplo, no habría tantos cueros, sebos y grasas, y otros productos que mantienen ó estimulan nuestro comercio con Inglaterra, Francia, Bélgica, Estados Unidos y demás pueblos.

A fin de conocer con la mayor precisión posible nuestras relaciones comerciales con el Brasil, hemos extractado de las estadísticas del comercio especial exterior durante los últimos 15 años, en los dos cuadros que van al pie de este capítulo, todos los productos naturales ó fabricados que en la importación ó en la exportación, exceden de diez mil pesos en alguno de los años de ese extenso período de tiempo.

Empecemos por el movimiento exportador. Desde 1877 á 1891, son 19 los productos orientales, que arriba de ese límite de 10.000 pesos, hemos despachado con destino al Brasil, tanto por la frontera terrestre, como por mar.

Ascienden en conjunto dichos 19 productos á la suma de 55:670.362 pesos; y como el importe de toda la exportación al Brasil es de 56:114.207 en los 15 años, se ve bien que nuestro cuadro del final elimina cifras poco importantes.

El tasajo es el producto que figura en primera línea. Demuestra la estadística oficial que de 1877 á 1881, la exportación con destino al Brasil fué de 89 millones de kilogramos, aforados en 9 millones de pesos; que de 1882 á 1886, la exportación subió á 121 y 1,2 millones de kilogramos, aforados en más de 12 millones de pesos; y que, por último, de 1887 á 1891, declina la exportación á 117 millones y el valor no alcanza á 12 millones de pesos.

Cuando nos ocupamos de las exportaciones en general, dimos un largo cuadro de los señores Matta y Carulla, importantes corredores de tasajo, del que resultaban diferencias con las cifras de la estadística oficial, debido especialmente á que ésta englobaba en las exportaciones tasajo de Río Grande, que sólo venía en tránsito á la plaza de Montevideo.

Pero al singularizarnos con la exportación al Brasil, resultan diferencias todavía más notables entre la estadística oficial y el cuadro de la referencia, que debemos señalar.

Según el cuadro de los señores Matta y Carulla, la exportación al Brasil en los tres quinquenios fué sucesivamente de 87; millones de kilogramos, 147 millones de kilogramos y 142 millones de kilogramos, todo en números redondos. Salvo el primer período, se ve que las remesas al Brasil son más importantes de lo que señala la Dirección de Estadística.

Lo que motiva esa diferencia es, sin embargo, bien fácil de explicar. En todos los Anuarios de la Dirección de Estadística figuran partidas de tasajo, á veces de varios millones de kilogra mos, con destino á puertos desconocidos ó no determinados. Así en el año 1888 figuran 11 millones, en 1889 7 millones, y en 1890 cerca de 4 millones de kilos, sin destino conocido oficialmente.

Se explica entonces la forzosa divergencia entre las cifras oficiales y los cuadros de los corredores de tasajo, que averiguan y apuntan siempre el destino de las remesas, en lugar de acreditar partidas á puertos no conocidos.

Partiendo de los datos del cuadro de los señores Matta y Carulla que son más completos ó de las propias cifras oficiales, resulta que la exportación de tasajo con rumbo al Brasil crece fuertemente en el segundo quinquenio y declina un poco en el tercer quinquenio, debido entre otras causas á la crisis saladeril de 1887, provocada por la clausura de los puertos brasileros, que hizo bajar la exportación en dicho año á la mitad de sus cifras

normales.

En el capítulo sobre las exportaciones en general, hemos hablado de la actualidad de la producción tasajera y especialmente de los crecientes peligros de la competencia argentina, estimulada por la abundancia de materia prima y la depreciación del papel moneda. Apenas recordaremos, para no repetir lo que dijimos entonces, que la República Oriental ha empezado á perder terreno en el mercado del Brasil, hasta el extremo de que en los años 1890 y 1891, la Argentina disputa ya el primer rango, que había pertenecido siempre á los saladeros orientales.

Inmediatamente después de la carne tasajo, y ocupando el segundo lugar en las exportaciones al Brasil, está el ganado vacuno en pie.

En el primer quinquenio la exportación fué de 442 mil cabezas, avaluadas en cerca de 6 millones de pesos. En el segundo quinquenio bajó á 171 mil cabezas, avaluadas en 2 millones de pesos. Y por último, en el tercer quinquenio la exportación sube á 252 mil reses, aforadas en 3 y 1/2 millones de pesos.

No obstante, pues, la reacción operada en el último período, se ve que el movimiento exportador ha declinado considerablemente, hasta el extremo de reducirse casi á la mitad, tanto en la cantidad de ganado como en los precios oficiales, de lo que había marcado la estadística del primer quinquenio.

Hay un hecho, con todo, que parecería sintomático de una reacción en el sentido del aumento de las exportaciones.

En el año 1887, la exportación con destino al Brasil fué de 48 mil cabezas, en 1888 fué de 56 mil, en 1889 de 17 mil, en 1890 de 29 mil y en 1891 de 101 mil cabezas.

La fuerte suba de 1891, que representa ella sola cerca de 1 y 1,2 millones de pesos, coincide con el primer año del restablecimiento de los derechos de exportación sobre el tasajo, cueros vacunos, sebos y demás productos de la ganadería.

Fué, efectivamente, en Octubre de 1890, que el Gobierno Oriental propuso y obtuvo del Cuerpo Legislativo una ley, que gravaba la exportación de diversos productos de la ganadería y saladeros, cuya ley, según cálculos de algunos saladeristas, equivale á un impuesto de siete reales por animal faenado.

El establecimiento de ese derecho, tan mal pensado en momentos de crisis económica interna y de fuerte competencia argentina, venía á recargar y aumentar considerablemente el derecho de importación de tasajo en el Brasil, que ya llegaba á cerca de 3 pesos por animal faenado.

Es posible, pues, que el dicho impuesto oriental, produciendo una nueva depreciación en el valor de los ganados, sea la causa del brusco aumento en las exportaciones de ganado en pie, por la frontera brasilera, para ser beneficiado en los saladeros de Río Grande, con preferencia á los nuestros, cuya actividad es lo cierto que decayó con energía y sigue en decadencia todavía.

Hay que advertir que las cifras oficiales en materia de importación y exportación de ganado en pie por la frontera brasilera, son siempre muy inferiores á la realidad, puesto que el contrabando no puede impedirse en la dilatada línea que nos separa del Brasil.

La exportación de otros animales en pie no llega á los altos guarismos que corresponden al ganado vacuno.

Respecto del ganado ovino, la salida para el Brasil fué de 94 mil cabezas en el primer quinquenio; de 271 mil en el segundo quinquenio; y de 136 mil en el tercer quinquenio. El valor oficial de los animales ovinos exportados al Brasil en los 15 años, se aproxima á medio millón de pesos.

Respecto del ganado caballar y yeguarizo, la exportación fué en los tres períodos sucesivamente de 16 mil, 14 mil y 15 mil cabezas; guarismos que denotan completo estacionamiento en las salidas.

El valor oficial de lo exportado en los 15 años se aproxima también á medio millón de pesos.

Y en cuanto al ganado mular, por último, la exportación fué de 1.000 animales en el primer quinquenio, de casi igual cantidad en el segundo y de 3.600 en el tercero.

Hay que agregar que la estadística oficial correspondiente al año 1877 registra la cantidad de 600 mil pesos, como precio de ganados de varias clases, que no se especifican, exportados al Brasil durante ese año.

Sumando todos los guarismos relativos á la exportación de ganado en pie, resulta que de 1877 á 1881, la República exporté por valor de 6 millones 700 mil pesos, que de 1882 á 1887 exportó por valor de 2 millones 400 mil pesos, y que de 1887 á 1891, la exportación fué por valor de 3 millones 800 mil pesos, arrojando así un total de 13 millones de pesos en los 15 años reunidos.

En tercer lugar viene la harina de trigo. El despacho fué en el primer quinquenio de 24 millones de kilogramos, aforados en 1 millón 300 mil pesos; en el segundo de 22 millones de kilogramos, aforados en 1 millón 200 mil pesos; y en el tercero remontó á 25 millones de kilogramos, aforados en 1 millón 400 mil pesos. La exportación del último quinquenio hubiera sido considerable, á no haberse perdido las cosechas de algunos años, durante los cuales, como era lógico, la salida fué insignificantísima. En 1890, por ejemplo, apenas alcanza la exportación de harinas al Brasil á 2.300 pesos, en tanto que la de 1888 se había aproximado á un millón de pesos.

De todos modos, las remesas de harina revisten en los tres períodos cierta importancia, que tiene que acrecentarse con el aumento de nuestros cultivos, que año tras año se extienden y llegarían á constituir la base de un activísimo comercio con el Brasil, á poco que adquiriéramos ciertas franquicias en la forma. de que hablaremos más adelante.

El 4. rango en nuestras exportaciones al Brasil corresponde al trigo, de cuyo grano exportamos 200 mil kilogramos por valor de 9 mil pesos en el primer quinquenio; 700 mil kilogramos, por valor de 30 mil pesos en el segundo quinquenio, y 16 millones de kilogramos aforados en 700 mil pesos, durante el tercer quinquenio.

La exportación de maíz, sin alcanzar en el último quinquenio la importancia que el trigo, fué sin embargo más considerable en los períodos anteriores. Así, de 1877 á 1881, mandamos al Brasil

« AnteriorContinuar »