The Odes of Bello, Olmedo and Heredia

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G. P. Putnam's Sons, 1920 - 153 páginas
 

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Pasajes populares

Página 45 - El trueno horrendo que en fragor revienta y sordo retumbando se dilata por la inflamada esfera, al Dios anuncia que en el cielo impera.
Página 86 - Era la tarde; su ligera brisa las alas en silencio ya plegaba, y entre la hierba y árboles dormía, mientras el ancho sol su disco hundía detrás de Iztaccihual.
Página 31 - ... amores; o embebecido le hallará la aurora en mesa infame de ruinoso juego. En tanto a la lisonja seductora del asiduo amador fácil oído da la consorte: crece en la materna escuela de la disipación y el galanteo la tierna virgen, y al delito espuela ¡es antes el ejemplo que el deseo. /¿Y será que se formen de ese modo los ánimos heroicos, denodados que fundan y sustentan los Estados? ¿De la algazara del festín beodo, o de los coros de liviana danza, Nía dura juventud saldrá, modesta,...
Página 96 - ... mil olas, cual pensamiento rápidas pasando, chocan y se enfurecen, y otras mil y otras mil ya las alcanzan, y entre espuma y fragor desaparecen.
Página 46 - Las soberbias pirámides que al cielo el arte humano osado levantaba para hablar a los siglos y naciones; templos, do esclavas manos deificaban en pompa a sus tiranos, ludibrio son del tiempo, que con su ala débil las toca, y las derriba al suelo...
Página 126 - Corres sereno y majestuoso, y luego en ásperos peñascos quebrantado, te abalanzas violento, arrebatado, como el destino irresistible y ciego. ¿ Qué voz humana describir podría de la sirte rugiente la aterradora faz? El alma mía en vagos pensamientos se confunde al contemplar la férvida corriente, que en vano quiere la turbada vista en su vuelo seguir al borde oscuro del precipicio altísimo...
Página 53 - En tanto el Argentino valeroso recuerda que vencer se le ha mandado, y no ya cual caudillo, cual soldado los formidables ímpetus contiene y uno en contra de ciento se sostiene, como tigre furiosa de rabiosos mastines acosada, que guardan el redil, mata, destroza, ahuyenta sus contrarios, y aunque herida, sale con la victoria y con la vida. Oh capitán valiente, blasón ilustre de tu ilustre patria, no morirás, tu nombre eternamente en nuestros fastos sonará glorioso, y bellas ninfas de tu Plata...
Página 41 - Honrad el campo, honrad la simple vida Del labrador, y su frugal llaneza. Así tendrán en vos perpetuamente' La libertad morada, Y freno la ambición, y la ley templo.
Página 97 - Mas ¿ qué en ti busca mi anhelante vista con inútil afán? ¿Por qué no miro alrededor de tu caverna inmensa las palmas ¡ ay ! las palmas deliciosas, que en las llanuras de mi ardiente patria nacen del sol a la sonrisa, y crecen, y al soplo de las brisas del Océano, bajo un cielo purísimo se mecen?
Página 81 - ¡Oh Sol, oh padre! Tu luz rompa y disipe las sombras del antiguo cautiverio; tu luz nos dé el imperio ; tu luz la libertad nos restituya; tuya es la tierra, y la victoria es tuya.