Imágenes de páginas
PDF
EPUB

el municipio y por varios generales; en el puente de palo les esperaba el ministro de estado con los coches del gobierno; entraron por la calle de Malambo, lle vando los gener: les en las manos banderas de la patria, acompañandoles música, entre los vivas de la entusiasmada muchedumbre, estando colgadas las calles é iluminada toda la ciudad; en casa del presidente del congreso, en el cabildo y en casa de Torretagle fueron objeto de esplendidas aclamaciones; el dia 12 obtuvieron en la cámara una recepcion magnífica. Figuerola, que presidia la sesion, se abandonó á candorosas efusiones de sentimiento, mas propias de una poesia pastoril, que de un discurso político, y contó los inmerecidos padecimientos de los diputados con gran commocion de la numerosa concurrencia; luego fueron obsequiados con un banquete, y el fausto acontecimiento se celebró al siguiente dia con una misa de gracias en la catedral, concurriendo el congreso, el gobierno, los tribunales y las demas corporaciones.

Tanta exageracion habria sido ridícula, si, explotada la sencillez de espíritus impresionables con el principal objeto de concitar odios á Riva Agüero,' no excitara la profunda indignacion, que siempre causan el candor y el patriotismo profanados por las malas pasiones.

La ceguedad de Riva Agüero no dejaba de prestar nuevos elementos de ataque á la malicia de sus enemigos. El dictámen de consejeros respetables, entre otros el prudente Tudela, y su propia opinion le persuadian fácilmente, que se sostendria en su puesto despues de disuelto el congreso; para lo que creia tener tanto derecho como el Rey de Inglaterra para disolver el parlamento. Santa Cruz habia contesta. do á sus indicaciones, ofreciendo apoyarle con su ejército; Valdes y Torretagle no le parecian abiertamen te contrarios á su proceder. En un acuerdo celebrado

en Trujillo el 2 de agosto, los gefes del norte se comprometieron á sostener á costa de su vida la independencia del Perú y la autoridad de su gran mariscal, y el dia siguiente envió este al coronel Orbegoso con pliegos para Santa Cruz y con una reservadísima comision. Sin pérdida de tiempo y con toda cautela debia enviarle buques de guerra y venirse con todas las tropas del sur, y solo en el caso de que se le hubieran pasado la mitad de los realistas, remitiria tres mil. hombres y toda la armada. El coronel Orbegoso debia expresarle; que, si no se reunia al Presidente dentro de cuarenta y cinco dias de la fecha, contara con que precisamente se perderia el Perú, y él se tiraria un tiro ó dejaria su pais, en que necesariamente deberian morir á manos de la negra perfidia de unos ambiciosos sin honor. A Torretagle procuró atraerle á la sumision, ofreciéndole el gobierno de Lima y probando en una extensa y razonada comunicacion, que eran nulos los decretos del Callao, precaria y muy limitada su delegacion, justa y conveniente la disolucion del congreso, y legítima la autoridad del gobier no sostenido por el ejército y los pueblos. Mas, cuando supo, que los diputados se habian reunido en Lima y ratificado su exoneracion, expidió un decreto declarandolos faccion usurpadora, criminal y traidora,

Ꭹ al remitirle este oficio decia á Torretagle: "La mínima fraccion de trece exdiputados no es, ni puede llamarse congreso. Solo los enemigos del Perú podrán dar ese título, á la reunion de unos hombres, entre los que hay algunos, que no desampararon la capital por su adhesion al sistema español. Me averguenzo de que US. haya reunido á esos criminales y mendigado de ellos el mando efímero, que hoy usurpa

Torretagle se guardó muy bien de presentar á los diputados la comunicacion razonada de su riyal; pero dandoles cuenta del oficio injurioso, añadió: "Este

[ocr errors]

papel despreciable en todos sentidos por los funda mentos miserables, en que estriba, manifiesta bien la directa oposicion de Riva Agüero á reconocer al ac tual gobierno y las nuevas injurias, que vierte contra el soberano congreso. Por lo mismo me parece conveniente, que V. E. se digne hacerlo presente á dicho soberano congreso, á efecto de que por su parte se dicten las providencias mas enérgicas para la extincion de Riva Agüero y su partido, que sirvan de base para los procedimientos del Gobierno; creyendo tambien muy conducente, que por parte del mismo augusto cuerpo se haga un manifiesto á todas las naciones de la leg lidad, con que se halla restablecido en el dia, y motivos, que han originado los decretos contra Riva Agüero, que se han sancionado ó sancionasen en adelante."

No se necesitaba tanto para hacer perder á aquellos espíritus enardecidos todo sentido práctico y todo pensamiento de conciliacion: estaban ya muy léjos: de presentar el ánimo elevado y sereno, con que en setiembre del año anterior se inauguró la representacion nacional del Perú; la asamblea, que con todas las pretensiones de soberana reunia antes la sabiduria y magestad del poder supremo, había sido humillada por un motín, habia perdido sus miembros mas sensatos, y estaba mezclada con hechuras del poco escrupuloso Torretagle; perdió por lo tanto de vista el porvenir de la república, y en su irreflexivo acaloramiento se convirtió en instrumento de un instrumento de caudillos extrangeros. Despues de un violento debate se declaró el 16 de agosto vacante la presidencia por virtud de lo resuelto en el Callao, y se nombró presidente á Torretagle. Dos presidentes, el uno reteniendo en Trujillo el poder, despues de haber perdido sus títulos por la disolucion de la asam blea á cuyo nombre mandaba, y el otro asaltandolo en

Lima mediante la corrupcion é indignas intrigas, iban á sumir el Perú en la anarquía; y si lograba escapar de la guerra civil, no le quedaba otra alternativa, que la prolongacion del yugo colonial ó la dictadura de Bolívar.

CAPITULO III.

PRESIDENCIA DE TORRETAGLE. 1823-1824.

Los dos presidentes, que se disputaban el poder, no pensaban sino en hacerse la guerra, olvidando, que para conservarlo necesitaban ante todo combatir á los españoles, y que ambos se anularian en presencia del Libertador, próximo á llegar. Riva Agüero, demasiado confiado en su propio valer y no reconociendo, que el poder del genio es superior al de las intrigas, creia en la constancia de su partido, sostenido en el sur por el ejercito de Santa Cruz, que en su juicio podia elevarse á quince mil hombres, y cada dia mas pujante en el norte con las fuerzas, que el mismo estaba formando con extraordinaria actividad, yendo sin descanso de Santa á Huaraz y de Trujillo á Huamachuco. A fin de desacre litar á su competidor y dar una prueba de energía, hizo condenar al último suplicio por un consejo de guerra á un espia, el zambo Manuel de la Cruz Velarde, que habia llevado de Lima comunicaciones destinadas á producir una defeccion: este infeliz fué acusado, pero no convicto de haber sido enviado por el Ministro de la guerra Berindoaga, prometiendole dos mil pesos, si asesinaba al expresidente; la acusacion era por demas inverosimil, no habiendo llevado el reo armas, ni dinero, y careciendo de relaciones en aquella ciudad.

Por su parte perseguia Torretagle á los rivagueristas, haciendo salír al destierro sin formacion de causa al inquieto Tramaria y á otros seis mas; quienes fueron enviados en un buque á Calcuta y se quedaron libres en Guayaquil, á donde forzaron al capitan á tocar. Lo que para el Marquez de Trujillo era mas importante, consiguió, que en sesion del 19 de agosto diese el congreso en favor suyo un extraño manifiesto á los

« AnteriorContinuar »