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aunque por depronto hubiera perdido el predominio ganado en el Pacifico, por Lord Cochrane, no dejaba de causar grandes alarmas á las naves enemigas con señaladas pruebas de audacia. El intrepido Guisse, penetrando el 25 de febrero en la bahia del Callao, atacó los buques españoles protegidos por los fuegos del castillo; incendió seis de ellos, se apoderó de cuatro pertenecientes á diversos estados de América, y obligó á diez neutrales á salir del fondeadero. Así lo mismo por mar que por tierra, podia lisonjearse Bolí var de que las fuerzas preponderantes del Virey le dejarian tiempo para reforzarse, y una vez reforzado correr en su alcance con esperanzas de vencerlas. En cuanto á los recelos relativos á la venida de expediciones europeas, la política retrograda de Fernando VII permitia esperar, que de la peninsula no saldria ningu na formidable, y la Santa Alianza habia sido reduci da á la inacción por la actitud enérgica del gobierno norte americano. El Presidente Monroe adoptando las ideas de John Quincy Adams, hizo el 12 de diciem bre de 1823 esta famosa declaracion: la América será para los americanos; los Estados Unidos no consentiran, que en ella se establezcan nuevas colonias, ni que las potencias europeas impongan á las nuevas repúblicas gobie nos monárquicos-Tan explícita declaracion fué muy bien recibida por el gabinete británico, sobre todo por el ministro Canning, que veia ligada la prosperidad de su comercio á la libertad del nuevo mundo. L voluntad manifiesta de las dos grandes potencias marítimas quitó todo deseo de interve nir en favor de Fernando VII á los monarcas, que mas inclinados se sentian á prestarle auxilios para la reconquista de las Indias.

El aislamiento y disensiones de los realistas infundieron á Bolívar la esperanza de deshacerlos en una campaña bien dirigida, despues de uno ó mas en

(cuentros: la preponderancia, que habian adquirido en el año último, debiase no tanto á la pericia de sus gefes v á sus pronias fuerzas, cuanto al desacertado plan У á los faltas de los candillos independientes. Si él emprendia su persecucion con mas acierto, se debilitarian con los mismos triunfos, que pudiera facilitarles la sierte asaroza de las armas, y les seria imposible rehacerse de un gran desastre. Convencido de ello y ananas restablecido de su grave dolencia, se consa gró Bolívar á formar la expedicion libertadora con toda la actividad, energia v prevision, que eran de esperarse de su espíritu volcánico, su temple heroico y su clara inteligencia.

Habiendose trasladado de Pativilca á Trujillo á principios de marzo de 1824, fijó allí la residencia del gobierno, v para atraerse la cooperacion del vecindario decretó el establecimiento de una universidad y de una corte superior. Al frente de las provincias libres colocó hombres activos y populares, quienes debian informar con escrupulosa exactitud acerca del mérito de los llamados á ocupar puestos subalternos. A fin de dar unidad á la administracion, refundió todos los ministerios en la secretaria general, cuyo desempeño fué confiado al hábil y solicito Sanchez Carrion.

En una elocuente proclama dirigida á los perua nos el 16 de Marzo procuraba disipar los recelos concebidos á causa de su mal encubierta ambicion y de la tendencia manifestada á engrandecer con la incorporacion de Mainas v de Jaen el territorio de Colombia á expensas del Perú

Peruanos decia: Los desastres del ejército y el conflicto de los partidos parricidas, han reducido al Perú al lamentable estado de ocurrir al poder tiránico den Dictador para salvarse. El Congreso constituyente me ha confiado esta odiosa autoridad, que no

he podido rehusar por no hacer traición á Colombia y al Perú, intimamente ligados por los lazos de la justicia, de la libertad y del interés nacional. Yo hubie ra preferido no haber visto jamas el Perú y prefiriera tambien vuestra pérlida misma al espantoso título de Dictador. Pero Colomia est aba comprometida en vuestra suerte, y no me ha sido posible vacilar.h

Peruanos:-Vuestros gefes, vuestros internos enemigos han calumniado á Colombia, á sus bravos y á mi mismo. Se ha dicho que pretendemos usurpar vuestros derechos, vuestro territorio y vuestra independencia. Yo os declaro á nombre de Colombia y por el honor sagrado del Ejércite Libertador, que mi autoridad no pasará del tiempo indispensable para prepararnos á la victoria: que en el acto de partir el ejército de las provincias, que actualmente ocupa, sereis gobernados constitucionalmente por vuestras leyes y vuestros magistrados.

Peruanos:-El campo de batalla, que sea testigo del valor de nuestros soldados, del triunfo de nues tra libertad; ese campo afortunado me verá arrojar lejos de mí la palma de la Dictadura; y de allí me volveré á Colombia con mis hermanos de armas, sin tomar un grano de arena del Perú, y dejándoos la libertad. Cuartel general en Trujillo á 11 de Marzo de 1824.-Simon Bolivar.

La confianza inspirada á los patriotas por pro. mesas tan soberanas, y la conviccion profunda, de que no serian estériles los sacrificios, que se hicieran para esta campaña libertadora, facilitaban y parecian multiplicar los recursos en un territorio, que se habria creido exhausto con repetidas y rigurosas exac ciones. Siendo asi que el 1.° de Marzo no habia un peso en las cajas nacionales, las tropas pudieron ser pagadas el 1.° de Abril, y se formó una caja militar, que nunca careció de lo preciso. Desde el dia ante

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rior escribia Bolivar á Sucre: "no nos faltará dinero para dos ó tres meses, en los cuales hemos de deci dir probablemente de la suerte del pais." En poco tiempo se recogió cerca de medio millon de pesos: Huamachuco dió 30,000; Pataz 20,000, Trujillo 60,000; Cajamarca 50,000; Lambayeque igual cantidad, Piura 20,000 las iglesias 200,000. Las principales entradas procedian de las erogaciones voluntarias inclusa la plata de los templos. De la contribucion general se esperaban unos 50,000 pesos. El producto de las aduanas, cuyos derechos fueron aumentados y sobre las que se redobló la vigilancia, no fué, ni podia ser considerable, siendo pocos los puertos independientes y habiendo impedido su acrecentamiento ya la naturaleza de esa renta, ya las reclamaciones de los ingleses. Tampoco se sacó mucho del arrendamiento de las fincas pertenecientes á realistas fugitivos, ni de la venta de las tierras valdias, porque ambas entradas eran tan dificiles deconseguirse, como de someterse por de pronto á una realizacion economica. Ademas la mayor parte de las tierras conside radas comunes habian sido reconocidas como propie dad particular de los indios, segun aconsejaban el derecho y la politica. Un precioso manantial de recursos, que no figuraban en la caja, fueron las caballerias requisadas, los viveres y otros suministros héchos á la tropa por los pueblos donde acampaba, ó que no se hallaban lejanos de su transito. Hay tambien que tener en cuenta los gastos hechos en Colombia para equipar y sostener á los auxiliares, espe cialmente en Guayaquil, que contribuyó por mas de un millon de pesos en diversos artículos, segun ase gura el historiador Ceballos.

El valor de los recursos conseguidos se acrecentaba extraordinariamente por la estricta y bien entendida economia, con que eran invertidos. Los oficinis

tas innecesarios para las operaciones bélicas, y los militares, que no estaban en servicio activo, dejaron de percibir sueldos, que demandaban con mas urgencia y provecho los defensores de la patria; aun estos solo percibieron la mitad ó la cuarta parte de sus haberes. El establecimiento de la contaduria mayor hizo mas dificiles las dilapidaciones fiscales, que la temida severidad del Dictador reprimia al mismo tiempo con gran eficacia. Empleados así todos los fondos con ventajas del ejército, resignados los militares á las mayores privaciones, y mas dispuestos los ciudadanos á las crogaciones por la sagrada causa de la indepen dencia, en poco tiempo se hicieron los aprestos nece sarios, no obstante la penuria del tesoro, como si se hubiera nadado en la abundancia. A principios de Ju nio, en tres meses escasos, se hallaba equipada y bien provista una fuerza, que si bien se elevaba á poco mas de nueve mil hombres, era muy superior en espí ritu militar, armas y disciplina á cuantos habian luchado por la independencia en cualquiera de las repúblicas hispano americanas.

El ejercito habia podido ponerse en tan brillante pié no solo por el prestigio del Libertador, sino por la activa cooperacion de otros caudillos. El entendido Lamar, bien secundado por Gamarra y otios gefes patriotas, puso la division peruana en un esta do nada inferior á los colombianos; aunque estos eran ob eto de predileccion para Bolívar y eus favo ritos. La llegada de dos mil auxiliares de Colombia á las órdenes de Cordova y Figueredo hizo subir los cuerpos de la vecina república á mas de cinco mil hombres. La caballeria, que recientes defecciones y motines tenian mal reputada, adquirió un justo y merecido crédito por el empeño, con que era llevada á cabo su reorganizacion, y por la noble emulacion despertada entre los colombianos, peruanos y argentinos,

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