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acto menos tremendo, pero mas justo, en la ejecucion de un hijo suyo, que, prostituyendo su caracter público, la vendió á sus enemigos.

Segun cuenta el bien informado Paz Soldan en esta vez Bolivar se manifestó cruel hasta el cinismo. Al siguiente dia de la ejecucion, cuando aun estaba fresca en la plaza de Lima la sangre de cos personas notables por sus antecedentes de familia Y servicios á la patria, Bolívar daba un convite en el lugar de su residencia (la Magdalena 1 legua de Lima) y declaró, que no confiaba en la conciencia con que habian procedido los jueces; y para no dejar du da acerca del proposito político de semejante atrocidad, se dirije á su Edecan Coronel D. Manuel de la Puente, que pertenecia á la antigua nobleza: dicien dole "que callado está U. señor Marquez ¿está 0. triste, porque la aristocracia hizo ayer mala cara en la plaza?" pero su Edecan sin inmutarse le contestó: no Señor, somos todos iguales ante la ley.

La innecesaria ejecucion de Berindoaga debia causar las impresiones mas penosas por motivos privados y públicos: la victima era un exministro y ge neral de la república, de distinguido nacimiento y hermosa figura, inteligente, instruido, elocuente, en el el vigor de la edad (41 años); habia prestado servicios eminentes á la independencia y libertad, y podia prestalos todavia muy grandes; en la confianza de saÎir bie, no habia abusado de la licencia, que bajo palabra de honor de regresar de madrugada á la prision le solia conceder el carcelero para pasar las noches er la calle; por lo tanto el rigor contra él y con tra el pobre Teron no se consideró inspirado por el amor à la justicia, sino como un ardid maquiavelico para aterrar á los enemigos de la dieta ura, que se ponia el mayor empeño en perpetuar por todos los medios.

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El Congreso convocado para el 10 de febrero y que segun el decreto de convocatoria debia inaugurar el regimen constitucional, anunciaba desde las juntas preparatorias, que no seria un docil instrumento del Dictador, aunque el Consejo de gobierno habia procurado componerlo de diputados muy adietos. Arrogose el consejo la facultad de resolver, qe la corte suprema por falta del senado conservador, autoridad design da por la constitucion, calificase á los repre sentantes, y procuró, que la calificacion fuese confor me á sus miras políticas. Eralo en efecto la mayoria, pero no faltaban u os veinte repúblicanos, de clara inteligencia y de corazon bien puesto, decididos á sostener las libertades públicas; en esta falange patriotia se distinguieron el hábil Luna Pizarro, su discipulo el presbitero Don Francisco de Paula Vigil, que debia sucederle en el apostolado del liberalismo, el energico magistra o Alvarez, el íntegro Cuadros, el entendido Gomez Sanchez, el matematico Carrasco, y Otero el infatigable guerrillero. Habiendo dado á conocer la oposicion, que, salvos los respetos al Li bertador, sostendria la causa nacional, los ciegos servidores del gobierno trataron de anonadar la naciente y moderada resistencia, primero con artificios suties, y luego suspendiendo la representacion nacional.

Al mismo tiempo, que en los periódicos se ensal zaba la ejecucion de Berindoaga, como un acto clási co de justicia, salia un aviso oficial previniendo á los diputados reunidos en juntas preparatorias, que presentaran al Gobierno sus poderes, para que en su vista se señalasen los dias y horas, en que debian comparecer á prestar el juramento prescrito por la constitucion. El ministro Unanue se presentó en la asarn bica á tomarlo, y el diputado Cuadros le hizo salir precipitadamente exclamando: "etirese el señor Ministro, y entonces procederemos á jurar." Vigil, que

tomaba la palabra por primera vez, probó, que solo á la asamblea tocaba calificar á sus propios miembros. La minoria liberal, despues de acaloradas discusiones presentó como cuestiones previas: 1.° que las juntas preparatorias resolviesen, como, ante quien, y cuando prestarian los diputados el juramento; 2.° que las sesiones fuesen públicas; 3.° que se nombraran dos comisiones para revisar las actas y los poderes dados por los colegios electorales; 4, que no se enviara la proyectada comision á Bolívar para suplicarle, que no se ausentase, puesto que la asamblea no le habia ofendido; y que se suspendieran las sesiones hasta estar reunidos en Lima los dos tercios de los diputados, que en vista de la representacion dada á Puno llegaban en su totalidad á 104. La proposicion fu desechada por 36 votos contra 18; y del seno de la camara salieron ocho diputados, en nombre de los ocho departamentos de la república á exponer al Dictador; "que el Perú por el órgano de sus representantes no permitiria, que lo abandonase, y que su permanencia en los mismos términos, que hoy gobierna, es el primer interés de la república." Con las mismas exposiciones y suplicas habian ido á la Magdalena, residencia de Boívar las corporaciones, los hombres mas notables y aun las señoras mas respetadas, creyendo los mas de buena fé, que la presencia del Libertador era necesaria para organizar la repú blica y libertarla de la ruinosa anarquía..

Esto sucedió el 21 de marzo; y calificando Bolívar de malditos á los principales diputados de la oposi cion, acriminandolos la prensa oficial, y multiplican dose las dudas sobre la legalidad, conveniencia y hasta sobre la posibilidad actual del Congreso, llegó el gobierno á decidir el 17 de abril, que los poderes conferidos por las provincias de Lima, Arequipa y Condesuyos eran irritos por contener una autorizacion

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ilimitada para la reforma constitucional, y que los del Cuzco, Quispicanchi, Bolívar y Lambayeque de bian reformarse en cuanto á autorizacion, segun la forraula del reglamento de elecciones.

Partiendo del decreto del 17, pidieron al gobier no el 21 de abril cincuenta y dos diputados la sus pension del congreso en una difusa y mal ordenada exposicion, que decia en substancia--Con el fermento de las pasiones se entronizarian la confusion, la miseria y la anarquia; por la destruccion de reglas fijas se mostraria el hombre aun mas feroz y hostil, que los salvages; las innovaciones prematuras y reitera das pulverizarian la nacion, y la entregarian indefensa á todas las tiranias revolucionarias- Ciertos cole gios electorales han faltado á la constitucion y al reglamento, dando autorizacion absoluta para la reforma constitucional. No habiendola recibido la mayoría de los representantes, el Congreso nada podria resolver, valedero, ni provechoso; ningun objeto vital lo llar a por ahora á instalarse, y su reunion es inverificable de hecho. liabiendose presentado seten ta diputados, se han hallado defectuosos los poderes de diez y ocho; ademas los de Puno son en número doble de los que le correspondian segun el censo de 1797, al que se han sujetado los otros departamentos, y para no perder miserablemente el tiempo, se debe certificar el censo general, á fin de que cada provincia tenga la representacion correspondiente-Por otra parte, el congreso, como ya ha opinado la mayoría, debia limitarse á prolongar el poder extraordinario de Bolívar, quien faltó á la autorizacion dada el 10 de febrero de 1825, convocandolo antes del 20 de Se tiembre de 1826-En fin es necesario, que previa nente se fijen los pueblos, en quien ha de ser el Presidente de la república, y que las provincias asegu reu la subsistencia de los diputados. Por tanto deben

tomarse las medidas siguientes: 1.° aplazar la convocatoria del congreso hasta el año venidero; 2.° encargar á los prefectos la pronta formacion del censo de sus departamentos; 3. decidir á los pueblos, á que presenten medios seguros de subsistencia para sus representantes; 4.° y 5.° ilustrar la opinion pública sobre si conviene reformar la constitucion radial 6 parcialmente; 6.° preguntar á los electores, si los diputados deben atenerse á sus poderes ó deliberar segun sus propias opiniones; 7- consultarles sobre la persona, que el congreso ha de elegir presidente de la república.

El Ministro Unanue decretó el 27 de abril, que. Atendiendo á la grave y delicada entidad de los puntos, que se proponen en esta representacion: elevese á S. E. el LIBERTADOR, en qu.en radicalmente reside el poder supremo, para que los resuelva del modo, que estime conveniente al mejor bien de la nacion. Hipólito Unanue.-Por el señor M. de Gobierno. -José Serra.

Bolivar aprobó la peticion el mismo dia, fundandose en las siguientes razones:

Considerando:

1.° Que la peticion dirijida al gobierno por cincuenta y dos de los diputados al Congreso, ha sido aprobada por S. E. el LIBERTADOR:

2.° Que el Gobierno está tambien íntimamente convencido de la necesidad de tomar las providencias, que proponen dichos diputados;

Decreta:

Art. 1. Los Prefectos de los Departamentos con los intendentes, gobernadores, alcaldes y párrocos de los pueblos, procederan á formar, á la brevedad rosible, el censo de la poblacion de su mando, especifi cando prolija, y circunstanciadamente el sexo, edades y clase; verificado esto lo remitiran al gobierno, de.

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