Imágenes de páginas
PDF
EPUB
[ocr errors]

por las armas del Perú y de Colombia, en los campos de Bomboná y Pichincha, es mi mas grande satisfaccion dirigir á V. E. los testimonios mas sinceros de la gratitud, con que el pueblo y gobierno de Colombia han recibido á los beneméritos libertadores del Perú, que han venido con sus armas vencedoras á prestar un poderoso auxilio en la campaña, que ha libertado tres provincias del sur de Colombia y esta interesantísima capital, tan digna de la proteccion de toda la América, porque fué una de las primeras en dar el ejemplo heróico de la libertad. Pero no es nuestro tributo de gratitud un simple homenaje hecho al gobierno y ejército del Perú, sino el deseo mas vivo de prestar los mismos y aun mas fuertes auxilios al gobierno del Perú, si para cuando llegue á manos de V. E este despacho, ya las armas libertadoras del sur de América no han terminado gloriosamente la campaña, que iba á abrirse en la presente estacion.

Tengo la mayor satisfaccion de anunciar á V. E.; que la guerra de Colombia está terminada, y que su ejército está pronto á marchar donde quiera que sus hermanos lo llamen, y muy particularmente á la patria de nuestros vecinos del sur, á quienes por tantos títulos debemos preferir, como los primeros amigos hermanos de armas."

y

Abundando en iguales sentimientos escribió Sucre al ministro de la guerra: "Nada será ciertamente mas lisongero á Colombia, que los mismos soldados que unidos dieron la libertad al primer pueblo de la república, que proclamó su independencia, se vean otra vez como camaradas en la Paz, que dió el mismo ejemplo en el Perú. Los estandartes, que la fortuna y la gloria ligaron para siempre sobre el Pichincha, es justo, que se hallen alguna vez unidos y triunfantes en la tierra de los Incas. ¡Dichoso yo, si puedo ser testigo de este lazo, y de todos los lazos, que ha

gan unos mismos los intereses del Perú y de Colombia, y que forme, si puede decirse, en los dos una sola Patria!"

Por su parte el gobierno peruano decretaba una espada de honor á Sucre y una medalla para todos los vencedores sin distincion de peruanos, ni colombianos. La municipalidad de Lima se dirigia á Bolívar para felicitarle y demandarle auxilios en un oficio elocuente redactado por el liberal Luna Pizarro. San Martin le escribia con fecha del 13 de Julio:

"Los triunfos de Bomboná y de Pichincha han puesto el sello á la union de Colombia y del Perú, asegurando al mismo tiempo la libertad de ambos estados. Yo miro bajo este doble aspecto la parte, que han tenido las armas del Perú en aquellos sucesos, y felicito á V. E. por la gloria, que le resulta al ver confirmados los solemnes derechos, que ha adquirido al título de libertador de Colombia. V. E. ha consumado la obra, que emprendió con heroismo, y los bravos, que tantas veces ha conducido á la victoria, tienen que renunciar á la esperanza de aumentar los laureles de que se han coronado en su patria, si no los buscan fuera de ella. El Perú es el único campo de batalla, que queda en la América, y en el deben reunirse los que quieran obtener los honores del último triunfo, contra los que han sido vencidos en todo el continente. Yo acepto la oferta generosa, que V. E. se sirve hacerme en su despacho de 17 del pasado: el Perú recibirá con entusiasmo y gratitud todas las tropas, de que pueda disponer V. E. á fin de acelerar la campaña y no dejar el menor influjo á las vicisitudes de la fortuna: espero, que Colombia tendrá la satisfaccion de que sus armas contribuyan poderosamente á poner término á la guerra del Perú, así como las de este han contribuido á plantar el pabellon de la república en el sud de un vasto terri

1

torio.

Ansioso de cumplir mis deseos frustrados en el mes de Febrero por las circunstancias, que ocurrieron entónces, pienso no diferirlos por mas tiempo: es preciso combinar en grande los intereses, que nos han confiado los pueblos, para que una sólida y estable prosperidad les haga conocer mejor el beneficio de su independencia. Antes del 18 saldré del puerto del Callao, y apenas desembarque en el de Guayaquil, marcharé á saludar á V. E. en Quito. Mi alma se llena de pensamientos y de gozo, cuando contemplo aquel momento, en que nos veremos, y presiento que la América no olvidará el dia en que nos abra

cemos."

Para estrechar las relaciones entre el Perú y Colombia habia enviado Bolívar de ministro plenipotenciario á Don Joaquin Mosquera, quien habia sido recibido en Lima el 5 de mayo con el júbilo natural á un pueblo, que por primera vez ostentaba su posicion entre las naciones independientes. La importancia de aquella mision merecia tambien toda la consideracion nacional: se trataba de alejar las causas de desacuerdo entre el Perú y Colombia, y al mismo tiempo que de estrechar sus relaciones, de echar las bases de la union americana. Encargado Monteagudo de entenderse con el enviado colombiano, se ajustaron los pactos con la prontitud, que era de esperar de entendidos hombres de estado, ocupados de negocios apremiantes: aplazadas ó resueltas sin dificultad las cuestiones enojosas, estaban acordes el 21 de mayo en los puntos espinosos, y el 6 de julio firmaron un tratado de confederacion sud americana, y otro de union, liga y confederacion perpetua entre el Perú y Colombia.

En los nueve artículos del primer tratado se estipulaba, que se reuniria en Panama ó en otro lugar

conveniente una asamblea compuesta de dos ministros plenipotenciarios de cada estado para cimentar sus relaciones íntimas, servir de consejo en los grandes conflictos, interpretar sus tratados públicos y ser el árbitro ó consultor en sus cuestiones recíprocas; que la union dejaria á salvo la soberania de cada estado; que ninguno de ellos accederia á las exigencias de indemnizacion ó tributo por parte de España; que Colombia y el Perú pondrian cada uno para asegurar la alianza, cuatro mil hombres Ꭹ los buques disponibles; que ambos estados invitarian á los demas sudamericanos á la aceptacion de este pacto.

[ocr errors]

Por el tratado particular se concedió la ciudadania á los colombianos en el Perú y á los peruanes en Colombia; se extendió la jurisdiccion de sus cortes marítimas para juzgar á los corsarios, aunque llevaran bandera de la otra nacion; se autorizaban sus hostilidades en caso de invasion repentina, respetando las leyes; se arreglaria la demarcacion territorial de una manera amistosa; se sostendrian ambos gobiernos en el caso de revueltas interiores, y se entregarian, asi los desertores del ejercito y de la armada como los reos de sedicion ú otros delitos graves.

Los dos tratados fueron ratificados por Torretagle el 15 de julio; pero no obtuvieron la ratificacion del gobierno colombiano por haber dejado indecisos sus pretendidos derechos territoriales, y sufrieron' en los congresos de ambas republicas la oposicion, que no podian menos de sucitar en representantes liberales los artículos relativos á la intervencion en los disturbios interiores.

El Ministro Mosquera creyó de su deber alcanzar de Canterac por el intermedio del gobierno peruano el respeto á los oficiales de Numancia, que aconsejaban no solo los sentimientos de humanidad, sino tambien los tratados para regularizar la guerra concluidos

entre Bolívar y Morillo. Mediaron largas comunicaciones, en las que el caudillo realista se expresó con su habitual descomedimiento y con la extraordinaria arrogancia, que le habia inspirado el fácil triunfo de Ica: sea cediendo á esas inspiraciones, sea que pretendiera neutralizar la adversa influencia de la pérdida de Quito y de las alarmantes noticias relativas á la peninsula agitada y en parte dispuesta á reconocer la independencia, dirigió á los patriotas esta extraña proclama.

Hombres incautos!

Vuestra extremada docilidad os va á lanzar en el mayor infortunio. Desesperanzados vuestros caudillos de existir ya en el Perú, como incapaces de oponerse á las irresistibles fuerzas de mar y tierra, que muy en breve han de señorearle, intentan fugar con vosotros á remotísimos, y muy fatales climas, que os privaran para siempre del pais, que os vió nacer, y de volver al seno de vuestras familias, y de los demas objetos de vuestras caricias. Abandonad esos monstruos, que os quieren sacrificar por llevar adelante su perfidia, y no seais ya mas instrumentos de los tiranos, que por tanto tiempo ha sufrido vuestro suelo. Unios á las banderas de mi ejercito vencedor, y ayudemos todos á restablecer en la America del Sud, el sosiego, que gozaba en dias mas felices. No deis el menor oido á los engaños de esos infidentes jefes, tomando una decision, que os libre del momento, en que seducidos ó sorprendidos os arrebaten en los buques para conduciros al cruel destierro. Tan aciaga suerte amenaza á todos vosotros peruanos, chilenos ó de Buenos-Ayres, cualquiera que sea la trama con que os alucinen. Predigo verdades, que palpareis bien á vuestro pesar, si antes no las dais crédito, y os acogeis al piadoso indulto que, á nombre del Excmo. señor virey prometo desde ahora aun

« AnteriorContinuar »