Nuevos estudios sobre versificación castellana

Portada
Imprenta Cervantes, 1891 - 380 páginas
 

Páginas seleccionadas

Contenido

Otras ediciones - Ver todas

Términos y frases comunes

Pasajes populares

Página 96 - ... o roja, o gualda, a tus florestas bellas falta matiz alguno: y bebe en ellas aromas mil el viento; y greyes van sin cuento paciendo tu verdura, desde el llano que tiene por lindero el horizonte, hasta el erguido monte, de inaccesible nieve siempre cano.
Página 88 - Cantemos al Señor que en la llanura venció, del ancho mar, al Trace fiero; tú, Dios de las batallas, tú eres diestra, salud y gloria nuestra. Tú rompiste las fuerzas y la dura frente de Faraón, feroz guerrero...
Página 108 - ¿Conoces tú la flor de batatilla, la flor sencilla, la modesta flor? Así es la dicha que mi labio nombra; crece en la sombra mas se marchita con la luz del sol.
Página 109 - EL trueno horrendo que en fragor revienta Y sordo retumbando se dilata Por la inflamada esfera, Al Dios anuncia que en el cielo impera.
Página 168 - Love took up the harp of Life, and smote on all the chords with might ; Smote the chord of Self, that, trembling, pass'd in music out of sight.
Página 104 - ... ¡No te tardes que me muero, carcelero, no te tardes que me muero! Apresura tu venida porque no pierda la vida, que la fe no está perdida. ¡Carcelero, no te tardes que me muero!
Página 109 - Mascaraque, el de Sevilla; Zamborondón, el de Yepes, se dijeron mesurados lo de sendos remoquetes. Hubo palabras mayores de lo de no como liebre; ni yo a la mujer del gallo nadie ha visto que la almuerce.
Página 110 - ... horrendo de selvas densas de ferradas picas, y el brillo y estridor de los aceros que al sol reflectan sanguinosos visos, y espadas, lanzas, miembros esparcidos o en torrentes de sangre arrebatados, y el violento tropel de los guerreros que más feroces mientras más heridos, dando y volviendo el golpe redoblado, mueren, mas no se rinden.
Página 110 - ... que, rasgando el aire, llevan por doquier la muerte, y el choque asaz horrendo de selvas densas de ferradas picas, y el brillo y estridor de los aceros que al sol reflectan...
Página 99 - ¿Que la hueste contraria observa, cuenta, y en su mente la rompe y deso'rdena, ya los más bravos a morir condena, cual águila caudal que se complace del alto cielo en divisar su presa, que entre el rebaño mal segura pace?

Información bibliográfica