Floresta de rimas modernas castellanas: ó, Poesías selectas castellanas desde el tiempo de Ignacio de Luzan hasta nuestros días, Volumen2

Portada
Rohrmann y Schweigerd, 1837 - 515 páginas
 

Páginas seleccionadas

Otras ediciones - Ver todas

Términos y frases comunes

Pasajes populares

Página 162 - No hay picarón tramposo, venal, entremetido, disoluto, infame delator, amigo falso, que ya no ejerza autoridad censoria en la Puerta del Sol, y allí gobierne los Estados del mundo; las costumbres, los ritos y las leyes mude y quite. Próculo, que se viste, y calza, y come de calumniar y de mentir, publica centones de moral.
Página 166 - ¿No es completa desgracia, que por ser hoy mis días, he de verme sitiado de incómodas visitas? Cierra la puerta, mozo, que sube la vecina, su cuñada y sus yernos por la escalera arriba. Pero ¡qué!..., no la cierres; si es menester abrirla; si ya vienen chillando doña Tecla y sus hijas. El coche que ha parado, según lo que rechina, es el de don Venancio, ¡ famoso petardista ! ¡ Oh ! Ya está aquí don...
Página 475 - Recamado de estrellas y luceros; Por él rueda la luna. Y entonces tú, de niebla vaporosa Vestido, dejas ver en formas vagas Tu cuerpo colosal, y tu diadema Arde al par de los astros.
Página 114 - Así, rota la vela, abierto el lado, pobre bajel a naufragar camina, de tormenta en tormenta despeñado, por los yermos del mar; ya ni en su popa las guirnaldas se ven que antes le ornaban, ni en señal de esperanza y de contento la flámula riendo al aire ondea. Cesó en su dulce canto el pasajero...
Página 147 - ¿Por qué, por qué benigna, Clamé, bañado en llanto de alborozo, Osas pisar, señora. Esta morada indigna, Que tu respeto y tu virtud desdora? ¡Ah!, si a la fuerza del inmenso gozo, Del placer celestial que el alma oprime, Hoy a tus plantas espirar consigo, Mi fiebre, mi prisión, mi fin bendigo.
Página 476 - La benéfica llama, Por la llama y los fúlgidos destellos Que lanza, reflejando al sol naciente, El arcángel dorado que corona De Córdoba la torre.
Página 476 - ... mis pesares busco dulce olvido del sueño entre los brazos, sin saludarte, y sin tornar los ojos a tu espléndida frente. ¡Cuántos, ay, desde el seno de los mares al par los tornarán!... Tras larga ausencia unos, que vuelven a su patria amada, a sus hijos y esposa.
Página 320 - ¿Quién cubrió tus mejillas celestiales De horror y palidez? ¿Cuál brazo impío A tu frente divina Ciñó corona de punzante espina? Cesad, cesad, crueles; Al santo perdonad, muera el malvado. Si sois de un justo Dios ministros fieles, Caiga la dura pena en el culpado: Si la impiedad os guía Y en la sangre os cebáis, verted la mía.
Página 79 - Luzón te admira, siempre sembrando el bien en tu camino, y al acercarte al industrioso Chino es fama que en su tumba respetada por verte alzó la venerable frente Confucio, y que exclamaba en su sorpresa: "¡Digna de mi virtud era esta empresa!
Página 161 - América infeliz ; por él Europa, " La culta Europa, en el Oriente usurpa " Vastas regiones ; porque puso en ellas " Naturaleza el cinamomo ardiente ; " Y para que más grato el gusto adule " Este licor, en duros eslabones " Hace gemir al atezado pueblo " Que en África compró, simple y desnudo. " Oh. ! ¡ qué abominacion ! " Dijo, y llorando Lágrimas de dolor, se echó de un golpe Cuanto en el hondo cangilon quedaba.

Información bibliográfica