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á la fuerza; jurar el Plan de Iguala y tratado de Córdoba el dia de su instalacion, y esperar ocasion mas oportuna para libertar á Mégico de su tirano.

Conducta mútua del Congreso con Iturbide.

Aqui comienza la época dificil de Mégico. Desde la instalacion del Congreso hasta hoy no se ha visto mas que una continuada lucha entre el Congreso é Iturbide. Este, pretendiendo, prevalido de la fuerza, esclavizar á la nacion aquel, por medio de la pruden cia, de la política y de la astucia, procurando librarla de su opresor.

Consideraciones por las que Iturbide sostuvo el Plan de Iguala, y protegió á los capitulados.

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Es indispensable para comprender la conducta de Iturbide, aclarar antes dos arcanos que deben haberse percibido en el discurso de nuestra narracion, á saber: ¿por qué se ha tenido tanto empeño en sostener el Plan de Iguala, aun supuesta la ambicion de ser emperador? y ¿por qué tanta indulgencia con los capitulados; es decir, con aquella tropa

6 individuos que jamas han querido reconocer la independencia americana, y aun han formado conspiraciones contra ella? Satisfarèmos á uno y á otro con la brevedad y claridad posible. Iturbide bien conoció desde el principio, que los americanos solo admitian el Plan de Iguala como un medio para lograr la independencia, ya que ésta habia comenzado á verificarse bajo de él; y alterar en algo su marcha, seria, como hemos dicho, haberla frustrado enteramente; pero jamas tenian en su corazon una inclinacion positiva de que se cumpliese; por el contrario, deseaban que se presentase ocasion para librarse de él, y se lamentaban amargamente de que Iturbide no se aprovechase de las muchas que á cada paso le ofrecia la conducta del Gobierno de Mégico. Conocia mas Iturbide que los megicanos en mucha parte, principalmente en la ilustrada, estaban interiormente decididos por el gobierno republicano, odiando de corazon á las monarquías, aunque tuviesen la especiosa apariencia de constitucionales moderadas. Supuestos tales conocimientos, debia discurrirse de esta manera: si bajo cualquiera consideracion por justa que sea, revoca el Plan de Iguala y se deja a los megicanos libres del todo para darse la forma de gobierno que quieran, establecerán sin la menor, duda, la repu

blicana, como en Chile, Buenos-Aires, Colombia y Perú: rodeados de republicas se han de inclinar á ese sistema de gobierno, que es el que conviene á la política americana; en cuyo caso para İlevar adelante las miras de coronarse, habia de romper abiertamente con la na cion, pues ya seria preciso sojuzgarla por la fuerza, y en este rompimiento se desconceptuaria precisamente, y acas so tendria por resultado su ruina; conque el único medio era el Plan de Iguala. El pueblo, cuando mas lo notarà de demasiado terco en cumplir su palabra; pero jamas de ambicioso, pues sostenia una corona para otra cabeza que la suya. Por este medio conseguia que los megicanos, por el prestigio que tenia en virtud de haber contribuido á la in dependencia, y por la consideracion que le tenian por esa causa, no tomasen un empeño decidido en promover la repú blica, sino que para evitar desagradar. le llevasen adelante, aunque fuese en la apariencia, el Plan de Iguala; y cuando mas, tratasen con lentitud de establecer aquella forma de gobierne, hasta que ella misma naturalmente se conso lidase con la propagacion de las luces. Entre tanto se estorvarian éstas del mejor modo posible, prohibiendo, como se hizo, que la libertad de imprenta se es tendiese a tratar materias que se opusiesen

al Plan de Iguala, y como en él se establecia por base la monarquía moderada, no podrian escribir nada sobre república; sino cuando mas sobre los principios liberales en que se cimenta aquella forma de gobierno. De este modo no se vulgarizan las ideas republicanas; por el contrario, el público se acostum brará á oir bablar y alabar las monar quías, aunque sean bajo la forma de moderadas. Consolidada la opinion en monarquía, y no admitiendo la corona de Mégico ninguno de los llamados en el Plan de Iguala, ó revocándose éste por alguno de los justísimos motivos que hay para hacerlo, resta que se elija un rey megicano, y entonces yo lo seré sin duda, valido del prestigo que tengo, y de lo que maniobre por medio de mis agentes. Está declarado el primer arcano, pasemos al segundo.

Ciertamente que es mas dificultoso de desatar que el primero, porque como aun no se han visto resultados pràcticos, son dificiles de calcular las causas. Es público y notorio en toda Amé. rica que Iturbide ha tratado con una indulgencia sin igual á todos los españoles que han sido notoriamente desafectos la independencia: las tropas de ellos que capituláron en las ciudades, y en fuerza de la capitulacion debian haber marchado para España, se han man

tenido en América, y por mucho tiem po cerca de Mégico: se les ha atendido para su pago con preferencia à las tropas del pais, y que trabajaron en hacer la independencia: à todos los militares que aun despues de capitulados han tomado partido por ella, se les ha colocado conforme à sus respectivas clases en puestos honroses, y con agravio de los americanos: en las conspiraciones que han formado, á pesar de que han merecido todo el rigor de la justicia, se les ha tratado con toda la misericordia y equidad posible. Sea prueba de esta verdad, la conspiracion de las tropas capituladas existentes en Toluca, ciudad situada à 16 leguas al poniente de Mègico; la proclama de Iturbide de 12 de enero da bastante idea del atentado sin embargo, fué aun mas de lo que en ella se dice, y con todo véase la indulgencia con que se les trató.*

Conspiracion de las tropas capitu

ladas.

Esta aun fué mayor de lo que en ella consta, y para aclarar uno y otro, referiré el hecho; pero ántes es preciso notar que el mismo Iturbide califica

*Véase la nota 13.

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