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por la utilidad que les trala su persona, ya porque se aumentara su partido con los que lo siguieran, ya porque siempre tendria mucho influjo por el prestigio anterior de que ha gozado; pero todos se han desengañado á esta hora, vien do patentizada su ambicion el dia 18 de mayo.

Consideraciones respectivas á la situacion del Congreso.

( Hemos considerado políticamente estos misterios de Iturbide; consideremos ahora en el mismo orden al Congreso. Ya he dicho que para elegir á los individuos que debian componerle, trabajaron a porfia los liberales y los serviles de resultas de esta lucha ha habido en él tres clases de sugetos,

ber: un número de adictos de Iturbide: otro de defensores acérrimos del Plan de Iguala, á quienes califican con el nombre de borbonistas ; los principales de este partido son: Fagoaga, Tagle, Odoardo, Horbegoso, Paz &c. y otro muy adicto al sistema republicano, sostenido por Lombardo, Echarte, Vaca y Ortiz, Anaya, Tarazo, el famoso Bustamante &c. &c. Estos tres partidos han manejado á su vez los resortes políticos, conforme lo han creido oportuno. Los bors

bonistas, entre quienes hay hombres muy instruidos, formáron este plan discur riendo así desde el principio. Para impedir que Iturbide se corone, es el mejor camino sostener su mismo Plan de Iguala; pues entonces para coronarse tiene necesariamente que ir en contra del Congreso, y faltar á su palabra y juramento, lo que le desconceptuará infinito con los españoles que se unirán por precision á éste. Si Iturbide no se opone, y como no debe oponerse por su propia reputacion, darà el mismo tiempo para que se retarde su verificativo, considerando que sentado en el trono de Mégico un español, ya no le queda el menor arbitrio para coronarse. Entre tanto el Congreso forma una constitucion muy liberal, y los escritos públicos propagan rapidamente las luces. Concluida la cons titucion, é ilustrado el pueblo, se ha cen los llamamientos: se admite alguno de los llamados, tendrá atadas sus facultades con la constitucion, y si no, quedarà la nacion libre para elegir lo que quiera, y entonces como yá ilustrada, elegirá la república, y aun dado caso que Iturbide tuviera tantos adictos, que fuera preciso coronarle, siempre quedaria atado por la constitucion como cualquier otro rey. El discurso era brillante, y así no dejó de alucinar aun á algunos diputados republicanos. Los del

partido de Iturbide, como que éste por otras miras que ya he dicho, sostenia entonces el Plan de Iguala, se adhiriéron al partido de los borbonistas, de manera que fué esta la opinion que mas prevaleció al principio.

Motivo porque el Congreso juró el Plan de Iguala el dia de su instalacion.

Ya por estas consideraciones, ya por el temor de las bayonetas de Chapulte pec, prestaron los diputados el juramento de arreglarse al Plan de Iguala y tratado de Córdoba. No contentos aun los borbonistas con este paso, avanzaron otro en este mismo dia, pues sancionáron artículo por artículo el referido plan. No faltaron diputados de carácter y conocimientos que reclamasen esa sancion, á lo menos en lo que pertene-' cia á la monarquía moderada y llamamiento de los Borbones; pero fuéron mas los votos que hubo en su contra, y ellos se contentaron con salvar los suyos, sin embargo de que los borbonistas para llevar adelante su Plan, que creian escelente, les decian que aquella sancion se hacia sin perjuicio de que la nacion la variase cuando lo juzgase conveniente; pues no habia ley que la

obligase a cumplir alguna, llegando et caso en que le fuese positivamente dañosa, con cuyo principio legal calmáron a muchos republicanos que estaban obstinados en sostener su opinion.

Disputa sobre el asiento que debia "Iturbide ocupar en el Congreso...

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Ese mismo dia, como tenia Iturbide que ir á cumplimentar al Congreso y prestar en él, en compañía de la Regencia, de quien era presidente, el juramento que le correspondia, se trató del asiento que debia ocupar. Sus par tidarios se obstinaron en sostener que debía ocupar el primero; es decir, que presidiera el Congreso y Regencia unidos, así como lo hacia respecto de èsta y de la Junta provisional; pero los otros dos partidos se opusieron fuertemente á esto, y por fin se sancionó que ocupase el lugar mas digno despues del presidente del Congreso. Pasó Iturbide

cumplimentarlo, y de intento, ó por casualidad, tomó el primer asiento, y el segundo el presidente: sentados que fuéron, el Sr. D. Pablo Obregon, diputado suplente por Mégico, jòven de de mucho talento y energía, reclamô la etiqueta, haciendo observar el equivoco de los asientos, y aunque entòn

ces siguieron como estaban por politi ca, se pretestó que para otra vez se tendria mas cuidado al tiempo de sentarse; y en efecto, no volvió é acontecer ningun equívoco. Los partidarios de Iturbide promovieron la misma cuestion, aun despues de la sancion del Congreso, sosteniéndola hasta el último envilecimiento; pero todo fué en vano.

Felicitacion de Iturbide al Congresą.

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Iturbide felicitando al Congreso pronunció el siguiente discurso.,, SEÑOR. Bien puede gloriarse el pueblo megicano de que puesto en posesion de sus derechos, es árbitro para fijar la suer. te y los destinos de ocho millones de habitantes, y de sus innumerables futuras generaciones. Esta gloria, digna de una nacion virtuosa é ilustrada, fué justamente uno de los dos motivos sublimes que me decidieron á formar el plan de independencia, que firmé hay hace un año en Iguala, y dirigí al Virey y a todos los gefes y corporaciones de esta América; que el 2 de marzo procla mé y juré sostener con el egército trigarante, y que ratificado en Córdoba en 24 de agosto, recibe por último todo el Ileno en la feliz y deseada instalacion de V. M.

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