Jaba que en su salida á tomar el mando del Sur le hubiese engañado, asegurando que estaba moralmente cierto de los cargos que se le habian hecho; pero que en atencion à la decidida adhesion que habia mostrado al partido realista, le habia parecido conveniente y político el sostenerlo. ¡Qué prevaricacion! ¡Y con esta administracion de justicia se queria que los megicanos fuesen adictos al Gobierno español! Pero Bataller es de los climistas del sistema de Paw, y opina que los americanos son de una raza degradada que es menester mandar como á un rebaño de carneros. La dulzura de los megicanos era para él cobardia, la ignorancia en que el Gobierno ha te nido at pueblo, insensatez y embrutecimiento, el deseo de la libertad, orguHo, y la generosidad con que él mismo fué tratado, despues de haber causado la desgracia de aquel pais, 6 miedo ú apatía. Sin embargo, Bataller ha sido uno de los mejores magistrados que la España enviara á América desde la conquista tenia luces y conocimientos, y era desinteresado. ¿Si estos son los buenos, cuales serían los malos?

Número 4.-Debe advertirse que la conducta de Iturbide en Mégico contribuyò mucho á que desmayaran sus protectores, pues entregado al juego y las

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mugeres daba tales muestras de inmora lidad, que aun aquellos mismos, como Bataller, que deseaban sostenerle por política, no se atrevían á desmentir las acusaciones que él propio probaba con su manejo. Durante dicha residencia en Mégico disipó todo lo que habia robado en Guanajuato, y el estado de decadencia à que llegó fué el que milagrosamente le transformó de realista sanguinario en patriota exaltado. El temió que restablecido el sistema constitucional los oprimidos usarían de su libertad política para acusarle de sus crímenes (como lo habian hecho con Concha) y que el favor de sus protectores no alcanzaria libertarle del castigo. Por lo demas los documentos presentados en las notas anteriores, hacen ver claramente que mu tatis mutandis, el teniente coronel Itur. bide era el mismo que el emperador Agustin primero.

Número 5.-CIRCULAR,-Acabo de saber y descubrir la conspiracion y anticonstitucional proyecto del coronel D. Agustin de Iturbide, comandante que era del rumbo de Acapulco, de independencia de estas provincias, para separarlas de las demas de la monarquía española, habiendo empezado sus operaciones por apoderarse del caudal de los filipinos, caya custodia está à su cuidado por ra

zon de su mando. Estos hechos escandalosos han llenado de sentimiento al fiel vecindario de esta capital, no ménos que á mí, estando todos resueltos conmige á no admitir semejantes sugestiones que todos detestamos, y si seguir cumpliendo á toda costa con el juramento que hemos hecho de observar la Constitucion de la monarquía española, ser fieles al Rey, y obedecer las leyes.—Prevengo á V. S. esto, y se lo advierto para que lo publique à esas tropas y aun al pueblo, á fin de que no dejándose seducir de alhagüeñas especies, que han cubierto de luto á este pueblo por muchos años, se mantengan unidos á este legítimo gobierno, como hasta aquí, dándome V. S. aviso del recibo y obedecimiento de esta órden-Dios guarde á V. S. muchos años. Mégico 28 de febrero de 1821.-Del Venadito.

Número 6.-Podrían ponerse aquí mil pruebas repetidas de esto; pero bastarán los siguientes estractos sacados de las actas de dicha Junta.

Hablando de la reposicion de las re ligiones hospitalarias el Sr. Guzman, dijo: que respecto á estar ya resuelta esta cuestion por la negativa; esto es, que no se repusieran "por no ser este asun, "to urgente, y de los que solo deben Socupar la atencion de la Junta."...&c.

El Sr. Tagle dijo: que la cuestion no debe tratarse sino por el aspecto de egecucion, pues el juramento del Plan de Iguala, y el Reglamento ó atribuciones de esta soberana Junta, la ligan y estrechan á no tocar sino lo muy urgente, y que no habia inconveniente en reservar este asunto por tres meses à la deliberacion de las Córtes. (Sesion de 11 y 15 de noviembre de 1821.)

Número 7.-Nada descubre y ma nifiesta mas claramente el verdadero obgeto de Iturbide en esta revolucion, que era el de libertarse de caer bajo la cuchilla de la ley por sus pasados crímenes, ni nada prueba mas que tal fué tambien la intencion de la mayor parte de los gefes que le siguieron, que esa distribucion de empleos. Parecia que el mérito mas relevante para obtenerlos era el de haberse distinguido en el servicio del Rey durante la primera revolucion, y que los que habian combatido en ella por la independencia eran sus enemigos, segun se vieron realzados aquello y abatidos éstos. El mismo Iturbide ha hecho alarde públicamente de sus atroces campañas, y se ha empeñado en probar in directamente, que aunque bajo diverso aspecto es una la causa que defendieron los realistas como él, y sus compañe cos en la actual revolucion, á saber

el despotismo. En efecto era minada la complexion de su gobierno, se verá que del sistema español al suyo no se ha variado sino en accidentes, y solo una cosa sustancial que es la independen¬ cia del primer Gefe del Estado, por donde el despotismo de este viene á ser mas temible, pues à nadie tiene que responder de sus acciones y provi dencias, en lugar de que los vireyes tenian una audiencia que vigilase su conducta, y tenian el aliciente del premio ú del castigo para no desmandarse. Iturbide solo responde à Dios, y no teme él mucho esa residencia.

Número 8.-Tratado concluido en la villa de Cordóba á 27 de agosto de 1821, entre D. Juan O-Donojú, teniente general de los egércitos españoles, capitan general y gefe político nombrado de Nueva-España, y D. Agustin de Iturbide, primer gefe del egército de las tres garantias del imperio megicano.

Artículo 1. Esta América queda soberana é independiente, y se llamará Imperio Megicano.

Art. 2. Su gobierno será monár→ quico constitucional moderado.

Art. 3.

Reinará Fernando VII si Be resuelve venir á este imperio; y por su falta sus herederos ó sucesores por su órden.