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sin pasár á otra cosa hasta que las Cór tes decidan la pena al mayor de los delitos, despues del de lesa magestad divina.

23. Se vigilarà sobre los que intenten fomentar la desunion, y se reputan como conspiradores contra la indepen. dencia.

24. Como las Cortes que van á instalarse han de ser constituyentes, se hace necesario que reciban los diputados los poderes bastantes para el efecto; y como á mayor abundamiento es de mu cha importancia que los electores sepan que sus representantes han de ser para el Congreso de Mégico y no de Madrid, la Junta prescribirá las reglas justas para las elecciones , y señalará el tiempo necesario para ellas y para la apertura del Congreso. Ya que no puedan verificarse las elecciones en marzo, se estrechará cuanto sea posible el término. Iguala 24 de febrero de 1821.-Es copia.-Iturbide.

Los sugetos de que habla el artìculo 6, segun la carta reservada, son: presidente, Conde del Venadito vice-presidente, oidor D, Miguel Bataller: Dr. D. José Guridi y Alcocer: Conde de la Cortina D. Juan Bautista Lobo: Dr. D. Mantas Monteagudo, ex-inquisidor. oidor D Isidro Yañez: D José Maria Fagoaga: Ldo. D. Jose Espinosa de los Mon

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teros: Ldo. D. Juan Francisco. Azcárate: Dr. D. Rafael Suarez Pereda.—Suplen tes, D. Francisco Manuel Sanchez de Ta gle oidor D. Ramon Oses: D. Juan José Pastor Morales: D. José Ignacio Aguirrevengoa. Esta lista fué tan mal recibida en el pueblo, que jamas la volvið á nombrar Iturbide.

Medidas del Gobierno de Mégico contra Iturbide.

No podian apetecer mas los servi les, pues á escepcion de Fagoga, Oses, Tagle y algun otro, todos los demas eran los mas anti-criollos que ha tenido Mégico; pero el Gobierno de la capital, para quien no podia darse voz mas alarmante que la de independencia, bajo cualquier pretesto que fuese, rebusa las propuestas, se las hizo de paz á Iturbide, ofreciéndole el indulto con dinero y graduacion superior á la que tenia, y dispuso sus tropas para defender

toda costa la dominacion española. Acampò su egército, que constaria de 6.000 hombres, desde Mégico á S. Agustin de las Cuevas, pueblo situado cuatro leguas al Sur de esta capital. Si este egército hubiera avanzado hácia tierra caliente, sin duda que hubiera derrotado complepletamente á Iturbide; pero los serviles.

que trabajaban á favor de la indepen dencia y contra la libertad, hicieron creer al Gobierno que tenia mucha tropa, y que estaba combinado con la provincia de Guadalajara, por medio de Negrete Ꭹ Cruz, , y así que era mejor esperario y defenderse únicamente, mientras que se mandaban reclutar en todo el reino las mas tropas que se pudiera, y leyntado un grueso egército perseguirlo por todas partes á él y á sus aliados.

Causas que al principio favoreciéron los progresos de Iturbide.

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Esa apatía en que se mantuvo el Gos bierno y egército de Megico, dió lugar que Iturbide aumentase su fuerza y ganase opinion. El supo aprovecharse de esta ocasion: envió emisarios á cuantas partes pudo, ponderò su partido con esé tremo: y sus aliados, que no perdian opor-tunidad de llevar adelante sus miras con el engaño, alababan el Plan de Ignala, y lo calificaban del único que podia ha cer la independencia de Mégico. Se fingian los mas liberales, aun siendo los mas realistas, y para quitar el obstaculo qué podia producir el allanamiento del Rey de España, daban varias razones con que alucinaban al pueblo. Unos decian :,,este o es mas que t un pretesto para que los

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españolés no se opongan la indepen dencia; pero una vez consolidada ésta, se tratará si á la nacion conviene 6 no ser gobernada por este Rey à quien llama: en caso que efectivamente le convenga lo verificará ; pero si halla que no, establecerá el gobierno que le sea mas útil, sin que el plan propuesto por Iturbide pueda servir de embarazo para que la nacion quede en libertad de hacerlo; pues como Iturbide respecto de la nacion no es mas que un particular, y que aun estendiéndose hasta lo filtimo, jamas puede contar con otra cosa que con la voluntad presunta de la nacion, nunca podrá decirse que ésta se ha de entender para admitir y no poder revocar lo que positivamente la dane. El Congreso megi cano constituyente, cuando esté establecido con entera legitimidad y perfecta li bertad, será el órgano de la voluntad espresa de la nacion: él entonces calificará y sancionará lo que le convenga : cuanto se haga hasta tanto que su instalacion no llegue, debe entenderse provisional, y consentido tácitamente por la nacion en lo favorable; mas de ninguna manera en lo adverso." Este modo de discurrir era ciertamente muy conforme con el derecho de gentes. Iturbide mismo no manifestaba otras ideas entre las personas de conocimientos. Hipócrita! Asi engañaba á los pueblos con los principios mismos

de derecho! ¿dónde está el cumplimiento de ellos? ¿El Congreso por ventura ha obrado algun momento con entera libertad? La amenaza, el temor, las bayone tas han precedido siempre á sus deliberaciones. Si alguna vez ha pronunciado una ù otra palabra liberal, ha sido aventurando su existencia. No podrá desmentir Iturbide que sus promesas eran de obedecer á la nacion, ó lo que es lo mismo, al Congreso. Bastara recordar las palabras que dijo en S. Juan del Rio al licenciado Morales , y que éste transcribió en el número 9 de su apreciable periódico El Hombre libre.

Morales, le dijo Iturbide, el Sr. Victoria trae algunos planes sobre forma de gobierno; pero ya hemos quedado en que lo que el Congreso diga sea, y no otra cosa; de suerte que si el Congreso dice blanco, y yo hallo en mi conciencia que debe ser negro, digo yo blanco tambien: cuya frase la repitiò dos ocasiones.

Entrevista de Victoria con Iturbide.

Para la debida inteligencia de este pasage, es necesario saber que cuando despues del grito de Iguala, partió Itur. bide para el Bagío á llevar à él la inde, pendencia, tomò por capitulacion el refe

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