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Je toman medidas, se echan calculos,

se levantan planes conformes é su intento. Bien conocieron que mientras no se cortara la comunicación con España, á lo menos por algun tiempo, no tendrian efecto sus designios. Los decretos de las Córtes por una parte, el odio á los seřviles, los escritos elocuentes de Flores Estrada, los discursos de Martinez de la Rosa, Calatrava y Ramos Arispe, acababan radicalmente con su prepotencia, hacian abominable hasta su nombre, y dis ponian á la América á hacerse independiente por sí misma y entonces? ¡miserables de éllos! ¿qué remedio? No les quedaba otro que el de adelantar esta independencia por un agente suyo, que ó la sacrificara á la España, si allá triunfaba el Rey de los liberales, ó en caso contrario los dejara gobernar aquí conformé á sus indignas miras de servilismo.

Plan de los serviles en la Profesa.

Estienden al efecto un plan que en substancia viene á ser el mismo que el de Iguala: el proyecto no pudo ser me. jor. A nadie se le ocultaba, ni aun ellos mismos, el odio entre criollos y gachupines; (6 europeos) pero sabian tambien que aunque esto fuera á pri

mera vista una rémora para sus fines, el deseo de independencia que tenian los americanos les hacia prestar gustosamente cualquier sacrificio por conseguir aquella; pues si algun motivo les hacia amar, defender y exigir vivamente el cumplimiento de la Constitucion, era considerarlo como un puro preliminar, que necesariamente los conducia á ser independientes, y acaso por declaracion de la España, sin hacer gestion alguna hostil en América: así lo hacian esperar los escritos referidos, y las noticias qué se recibian de la Península.

Eleccion de agente.

Formado pues su plan, se pensð en nombrar un agente. Bien hubieran querido elegir un europeo; pero desconfiaban de que su voz fuera atendida con confianza. Buscaron por tanto un americano , que fuera capaz de vender á sus compatriotas, y que tuviera bastante atrevimiento para tamaña empresa. Examinan á todos los gefes americanos realistas desnaturalizados, que sacrificaban su patria á su ambicion, y se habian distinguido por su servilismo, y entre todos merece la preferencia D. Agustin Iturbide, á quien confian por tanto la egecucion de estos proyectos.

Como Iturbide es el primer actor de esta escena politica, conviene para la mejor inteligencia de los hechos que voy á referir, conocer sus principios, su carácter, sus inclinaciones naturales, el grado de reputacion que tenia, y el rango que ocupaba en la sociedad ántes del grito de Iguala.

Agustin Iturbide nació en la ciudad de Valladolid, capital de la provincia de Mechoacan, año de 82 á 83 (no lo he podido averiguar exactamente), es hijo de D. José Joaquin Iturbide, nativo de Pamplona, hombre honrado y de regulares proporciónes; su padre lo puso á estudiar en el colegio de Valladolid, á donde no pudo concluir su curso de filosofia por vicioso y desaplicado; solo manifestó aptitud y viveza para toda especie de disipacion y maligna travesura; una de las que hizo en el colegio, fué tirar por el piè á una escalera en cuya estremidad superior estaba colocado un mozo, ocasionándole poco mènos que la muerte con el golpe que recibió en la caída. Desde muy tierno dió pruebas de tener un corazon cruel y duro; sé por personas fidedignas, que lo han oido de la boca de su mismo padre. , que siendo niño cortaba los dedos de los pies à las gallinas, para tener el bárbaro gusto de verlas andar con solo los tronconcitos de las canillas. El

Senado romane mandò quitar la vida un niño que se divertia en sacar log ojos á los pájaros, porque temió que una alma tan cruel desde tan tierno, fuese un aborto de crueldad cuando llega se á desarrollarse completamente: los hechos subsecuentes probarán hasta qué. punto se ha verificado este pronóstico en el actual gefe del Anahuac. Del colegio pasò al regimiento infantería de milicias de Valladolid. En la conspiracion que se fraguó en aquella ciudad a fines de 808, en que fueron los prin cipales autores el capitan D. José María Garcia Obeso, ya difunto y el teniente del regimiento de la Corona D. Mariano Michelena, diputado en estas últimas Cortes, y residente en la Pe ninsula, se contaba con Iturbide por comprometimiento suyo, como uno de los subalternos que habia de egecutar las órdenes superiores, porque ni su mérito, ni sus conocimientos lo hacian acreedor á dirigir la conspiracion. Esta fué. descubierta, persiguieron cruelmente a sus autores, y apenas se hizo caso de Iturbide, por el infimo, rango que ocupaba; desde aquella época se adhiriò al partido realista; esta primera mudanza prueba su ambicion: poco le importaba, la independencia de la América y la felicidad de su patria; lo que queria era tener grados, dinero, y hacer fortuna,

* seguir el primer camino que se la presentase, aun convirtiéndose en ver dugo y asesino de sus mismos paisanos y hermanos. La primera prueba que diò de su fidelidad al gobierno español ó a su propio interes, (por mejor decir) fué encargarse de prender à un padre Llo reda, muy instruido, y uno de los mas distinguidos en esa misma conspiracion; y en efecto, le llevò preso á Valladolid. Cuando levantó Hidalgo el glorioso estandarte de la independencia, era Itur◄ bide alférez del regimiento de mili cias de Valladolid. Se declarò acérri mo enemigo de la causa de la Améri ca, calculó que en las filas españolas seria mas facil adquirir empleos, obte ner mandos, y satisfacer su pueril ams bicion, que seguir el noble grito de li, bertad, ayudando à Hidalgo y á los verdaderos patriotas à sacudir el ominose yugo de la tiranía española. Se constitus yó el vil satélite del despotismo virrei, nal, y acreditò su celo con los mandas Eines peninsulares, persiguiendo atroz. mente á los benemèritos de la Améri❤ ça, á los dignos héroes de la indepen dencia, que los miserables dèspotas de aquel tiempo llamaron insurgentes.* Por

* No se estrañe que a veces en esta relacion se les dé el mismo nombre: él se hizo glorioso desde que el virey Venégas

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