Imágenes de páginas
PDF
EPUB

:

Jes para dar el grito en Iguala. ¿A que fin si no, dar aun en las cosas mas pequeñas un carácter enteramente distinto á su revolucion respecto de la de Hidalgo? Cualquiera revolucion justa y racional en América, debia tener por fin el mismo que tuvo este glorioso caudillo, á saber la libertad é independencia absoluta de ella. No seria justa, no seria racional la que no tuviese este obgeto: luego si Iturbide trataba de diferenciar la suya de aquella, no podia ser sino injusta, imprudente é ilegítima. Daba en efecto la disculpa de que aquellos héroes habian errado en los medios, y valiéndose èl de los rectos y debidos, era preciso que fuera diferente su revolucion de la primera. Mas aun dado caso que aquellos hubieran errado en los medios, esta seria una diferencia accidental, que no perjudicaba en nada á la esencia de la revolucion, y para hacer perceptible Iturbide esta diversidad de medios, le bastaba caracterizar la suya con alguna distincion tambien accidental y ligera, para que fuese de la misma naturaleza que las cosas que se diversificaban. No se le ocultaba que ni en la revolucion de 1808 en Valladolid, ni en la de 1810 en Dolores, jamas se pro puso en los planes por sistema el incendio, la devastacion y la muerte. Si los primeros patriotas llegaron a echar ma

no de estos medios, fué forzados á usar de represalias, para contrarrestar al mismo Iturbide y los demas satélites de la tiranía española, atroces y dignos agentes del despotismo inquisistorial, del fanatismo y de las preocupaciones. Si entre ellos hubo uno ú otro atentado, fué efecto de la ignorancia de los pueblos, y el resultado de esa misma guerra fratricida, con que el Gobierno español y sus ministros sanguinarios recibieron el grito de libertad que lanzara Hidalgo y sus ilustres compañeros, mas nunca fué consecuencia del sistema de operaciones de los patriotas. ¿A qué fin, pues, proteger decididamente a los españoles mas obstinados contra los insurgentes, colocándolos en los primeros destinos? ¿A qué fin abatir y desconceptuar à éstos, de suerte que a escepcion de Guerrero y Bravo, con quienes ha tenido alguna consideracion, principalmente con el prime ro, todos los demas están desatendidos; y el que mas ha conseguido ha sido un pequeño empleo que apènas le dá para subsistir con escasez, cuando los españoles, los criollos desnaturalizados adictos á ellos, y los indultados, están enmedio de la opulencia y profusion? Y finalmente, ¿á qué sostener con tanto ardor el Plan de Iguala al principio, presentándosele ocasiones muy oportunas para variarlo? ¿No son estas pruebas evi

dentes de que su intencion era no dis gustar á los serviles? Será muy necio quien no deduzca de aquellos hechos esta consecuencia. Basta de reflexiones, y continuemos la série de la narracion.

Opinion general á favor de Iturbide, y ventajas que le resultáron.

Generalizada, pues, la opinion á favor de Iturbide, ya bajo de éste, ya bajo de aquel aspecto, comenzó á robus◄ tecerse su partido, al mismo tiempo que a debilitarse el del Gobierno de Mégico. Des de Iguala escribió á varios comandantes, convidándolos con el plan: entre ellos lo hizo a D. Anastasio Bustamante, que estaba entonces en uno de los pueblos del Bagio. Médico de profesion, la que habia abandonado para tomar la de las armas en favor del Gobierno español, y contra los patriotas: valiente, orgulloso y grosero, de pocos alcances, y muy decidido por la causa del Rey de España: alucinado con el Plan de Iguala, proclamó en todo el Bagío la inde, pendencia; mas aunque él ha tenido siempre la fama de esta accion, en realidad a quien se debe es al teniente co ronel Cortazar, que entonces se hallaba tambien en el Bagío. La caballería de estos lugares es la mejor de todo Mé

gico como compuesta de gentes del campo, acostumbradas desde la niñez å domar caballos, y á sufrir los rigores de las estaciones del año en el cultivo de la tierra. Tanto incremento tomó la independencia en el Bagio, y de tal manera se aumento la tropa de los independientes, ó trigarantes (nombre que daba Iturbide a sus nuevos revolucio narios para distinguirlos de los insurgen tes, cuyo epíteto era un insulto para ellos), que creyéndose mas seguro Iturbide con esta tropa, que aun en medio de la província donde habia dado el grito, partió para alla, y se uniò con Bus tamante y Cortazar. Es preciso en obsequio de los americanos, dar aquí una muestra de su carácter generoso. Aque Hos mismos pueblos del Bagio, tiranizados y oprimidos por Itúrbide pocos años antes, al verle con la investidura de defensor de la independencia, olvi dan sus injurias, sus agravios, le reciben con entusiasmo, y se someten gus tosos á sus órdenes. Ingrato! Insensato! Ambicioso! Desdeñando atar los corazo⚫ nes con los lazos indisolubles de la gratitud, del amor y de la ternura, ha empuñado el cetro de hierro, para oprímir con la tiranía y despotismo á esos mismos pueblos, que generosamente le perdonaban, le obedecian, y se inclinaban à amarle!!!

Llegada de Iturbide al Bagío.

Situado yá en el Bagio, y rodeado de buena tropa, comenzó á prosperar rápidamente. Los papeles públicos de Mégico, y principalmente la Abeja poblana, escrita por Troncoso en Puebla, le dieron mucha opinion en los pueblos, que se le unian con prontitud y entusiasmo: sus emisarios no perdian tiempo en seducir á las tropas enemigas; por otra parte el Gobierno español se hacia odioso, exigiendo préstamos, y obligando al servicio militar personal & los ciudadanos, como que cada dia se le escaseaban mas y mas los recursos esteriores; todas estas causas reunidas contribuyeron á que Iturbide adelantase con rapidez su partido. Se le uniò en Valladolid su comandante D. Luis Quintanar, y tomada aquella plaza, aumento considerablemente su fuerza. La derrota de Hevia en Córdoba le aseguro de toda la provincia. Esta derrota, la accion de Tepeaca, anterior à esta, la escaramuza en las goteras de Querétaro, la accion de la hacienda de la Huerta junto á Tolu, ca, y la del pueblo de Azcapotzalco, han sido las únicas que se han ofrecido en clase de combate en toda la época de la independencia, desde el grito de Igua la hasta la entrada en Mégico; mas ningu

« AnteriorContinuar »