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sus perfumes, en tanto que el diligente y madrugador operario cruzaba las calles aun desiertas y silenciosas, para ir á consagrarse

tareas ordinarias.

á sus

Las damas limeñas abrian sus ventanas, para respirar las auras puras y frescas de la mañana, que son tan apetecidas allí, donde reina el calor ardiente del claro medio dia.

El sonido alarmante de las cornetas de guerra y tambores, habia despertado á la poblacion, y muy luego se empezó á ver correr en todas direcciones á los bronceados cholos y zambos, damas y caballeros, movidos por la curiosidad de aquellos inusitados sones, y por presenciar el acto espectable que iba á tener lugar.

Los españoles habian empezado desde temprano á desfilar, pero cuál no fué la sorpresa de los habitantes del Callao y de los sitiadores, al ver salir aquella tropa de hombres lívidos, consumidos por el hambre, las enfermedades y por todo género de sufrimientos, penas y miserias; aquello parecia un cortejo de momias mecánicas, de seres de otra vida, que se movian y marchaban con gran dificultad.

Los capitulados fueron cumplidamente socor

ridos por el pueblo y por los vencedores, y luego se embarcaron para España, arribando despues de una penosa travesía, al puerto de la Coruña.

El gobierno español fué sin duda ingrato con el bravo y fiel jeneral Rodil, pues su heroismo no solo no fué recompensado, sino que ni aun fué recordado por el rey ni por la nacion. De este modo pagan los gobiernos á los leales y heróicos servidores que se inmolan en aras de su patria!

Así concluyó la dominacion española; así terminó nuestra emancipacion; así la independencia abrazó los grandes horizontes de toda la América del Sur.

Podemos terminar diciendo que el cañon de Ayacucho fué la última palabra lanzada al calor del bronce y de la pólvora matadora en las grandes guerras de los titanes del Continente Sud-americano, que con ardor santo y heroismo admirable despedazaron la encrespada melena del Leon ibero, elevando sobre su cadáver el gorro frigio y la hermosa bandera azul y

blanca.

Chile, Bolivia y el Perú nacieron á la libertad, aun cuando para ello el verde puro de los

campos fué enrojecido con la sangre generosa de mil y mil campeones, inmolados por la causa americana; pues aquí y allí se confundió el esfuerzo y la sangre de los héroes que figuraron en los campos de batalla.

Oh! Sol radiante, astro poderoso, Antorcha inestinguible de los cielos, Salúdante las Pampas, el Plata undoso, Los elevados Andes con sus hielos.

Los tiranos á tu vista fulgurosa
Huyen y ocultan su mísera agonía,
Y los libres del argentino suelo
Sus himnos cantan á la patria mia.

Dichoso Continente! Nacion feliz! Decir puedes á la Europa prepotente, Que el argentino aprendió á morir, Pero jamás á doblegar su frente.

Acaso nos hemos alejado un poco de nuestro propósito, halagados por estos gratos recuerdos

históricos que tan dulcemente se presentan á la memoria de los hijos del suelo argentino, por lo que abandonamos las reminiscencias de la patria para continuar ocupándonos de nuestro asunto comenzado.

CAPITULO IX

Estado de la educacion de Lima y sus vicios.

La ciudad de Lima habia alcanzado un grado elevado de civilizacion á mediados del siglo XVIII, y cuando decimos elevado, es porque la literatura, las ciencias y las artes estaban en cierto apogeo, para la época que atravesaban; solo que, engolfados los españoles con el oro abundante que producia aquel suelo aurífero, descuidaban absolutamente la labranza y dejaban esterilizar sus fértiles campos.

Sabido es que los pueblos que abandonan la industria y condenan la labranza, no pueden afianzar su felicidad, y caen en la miseria y estravíos, pues es fuera de duda que el trabajo no solo asegura el bienestar, sino que ennoblece y moraliza, consagrando así el triunfo mas completo de la labor.

Muchos ejemplos podríamos presentar en apoyo de estas verdades. La agricultura fué siempre objeto de la mas decidida proteccion por parte de las leyes y de las autoridades que

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