Imágenes de páginas
PDF
EPUB

no me ha escuchado, sin duda porque no me ha creido digna, y porque ya no soy como vos suponeis en esa carta con tanto amor y pasion escrita, el ángel que intercede por el hombre ante el trono de Dios.

"¡Oh! Enrique mio, que

sacrificio tan gran

de debo hacer sobre mi propia debilidad!

"¿Veis mis lágrimas?

66 i Calculais mi dolor?

"Gracias, Enrique, vuestra alma, compasiva y grande, comprende la mia atormentada, os doleis de mi martirio y me compadeceis, gracias.

66

*

Enrique, mi frente no está alba y pura como la conocisteis; mis ojos no brillan con los fuegos del candor y de la inocencia como en otros dias mas felices y serenos para mí.

"Ay! yo soy como esas flores débiles, que el huracan de los amores abate y marchita desapiadado estoy en este momento como el febril suicida que tiene el arma matadora delante de sus ojos, que unas veces se horripila al mirarla, y otras la acaricia, porque ella debe libertarlo de un martirio.

"Yo tambien me horripilo al tomar la pluma

pretendiendo obligarla á trazar algunos renglones para arrancar del pecho mio un cruel secreto y comunicarlo; pero en otros momentos la acaricio, porque mi conciencia me manda referiros mis penas, pues entre Enrique y Lina existe un vínculo tan fuerte como sagrado, tan estrecho como santo.

66

Sí, Enrique, sí, vos no supisteis, ó no pudisteis al menos, respetar lo bastante mi desgracia el malhadado dia de vuestra cruel despedida; me arrancasteis el alma, robasteis mi conciencia, envenenasteis para siempre mi corazon, y sin ser esposa me hicisteis madre........

"Oh! ¿por qué no hundisteis un puñal en mi seno?

"¿Por qué me conservasteis la vida, si con ella me dejabais el remordimiento torcedor de la conciencia?

"Habeis sido cruel, bárbaro, despiadado, cuanto yo mísera é infortunada!

"Ya conoceis mi secreto, mis penas y mis martirios, en los que no la voluntad mia, sino el cruel destino fué el que intervino para mi mal sin fin.

"Venid, amigo cruel, tended vuestra ma

no fuerte y viril

para alzar á la pobre caida. "Mi alma se encuentra triste y abatida, no sé si tendré la dicha de volver á veros; pero si muero, conservad aquella cadena de mi pelo que os dí antes de partir como recuerdo de mi afecto tierno.

66 ·

i

Lo podreis creer, Enrique ? me siento feliz con la idea de la muerte, lloro y vertiendo lágrimas, mi corazon se alivia, porque la muerte puede redimir la culpa con las penas de la eternidad.

"Mi salud declina, mi alma sostiene una lucha que no puede resistir, y solo la idea de mi infeliz estado, me hará arrastrar el peso horrible de mi existencia acerba.

"No sé por qué cruzan por mi mente inquieta, fantasmas aterradoras, sueños terribles, que amargan mi existencia, y arrebatan mi tranquilidad.

66

Hay veces que creo veros trémulo y agitado entre mis brazos, buscando ansioso amores y deleites con ojos dulces y seductores; otras os miro pálido é iracundo con vuestro cabello hermoso descompuesto por las ráfagas del impetuoso viento, luchando heróico con las salobres y

turbulentas olas, ¡ oh! Enrique mio! acercaos á esta débil criatura y prestadle fuerzas para que viva de vuestra vida, respire en vuestro aliento, y lata el corazon en los latidos del vuestro, generoso y fuerte.

66

Perdonad, Enrique, estos trasportes, estos delirios de mi pasion ardiente.

"¿Y por qué ocultároslo? vos sois mi alegría, mi hermano, mi amigo, mi todo, y por fin vos solo teneis de mi corazon el dominio y poderío, y tan solo vos reinareis en él, cual monarca y señor de mi destino.

"Felices los amantes que ajitados por un mismo pensamiento, ardiendo en una sola llama, se mezclan y confunden bajo el mecanismo de una sola voluntad.

"Vuestra imágen vive en mi amante corazon, y aun cuando pretendo moderar la pasion que me atormenta, siento que en mis sueños vuestro nombre sin cesar repito, sí, mi bien, mi querer, mi amigo, creereis lo que á deciros ¿ voy? pues bien: los corpulentos y frondosos árboles, el eco de las brisas perfumadas, el murmullo del arroyo correntoso, la yerba verde, los dulces y acordes trinos de amorosas y cantoras

66

avecillas, todo, todo ¡ oh! Enrique, me recuerda vuestro amor y exalta el mio, mal comprimido. Escribidme, Enrique, muy á menudo, vuestras cartas consolarán mi existencia Ꭹ harán menos desgraciada á vuestra infortunada

"Lina."

« AnteriorContinuar »