hará por Vd. cuanto pueda, como si fuese por una hija: sí, señorita Lina, el patron es la suma bondad, á todos los pobres atiende, les hace limosnas, y jamás sale una persona descontenta de él y.........

María parecia que iba seguir en la senda de los encomios, cuando Lina la interrumpió, diciéndole :

-Bien, mi buena María, os doy las gracias por todo, pero en este momento, me siento débil, sin fuerzas, é incapaz de dar ese paso.

-¿Quiere Vd. señorita, que le pida al patron que venga á verla un momento á su cuarto?

-¡Oh! no, María, guardaos bien de tal cosa, no quiero que don Luis venga á mi cuarto, y sobre todo, si quereis complacerme, María, no hableis palabra con el señor Caballero sobre estas cosas.

María comprendió que era inútil, por ahora, tratar de llevar á aquella inocente paloma á donde ella pretendia, para dejarla en las garras del hambriento gavilan, y así se despidió de la huérfana, quien entró en su cuarto.

Lina empezó á reflexionar, y se decia, ¡oh!, pobre corazon mio, ¿ te animas á poner en duda

tu desventura? ¿qué mas prueba quieres que el silencio del ingrato? ¿qué otros datos deseas recoger, cuando solo una carta tengo de él? ¿no es acaso bastante elocuente este abandono, este desprecio? ¿ puedo, por ventura, dudar de la verdad de la buena María? y ¿qué objeto tendría en traerme tal noticia?

Sí, no hay que dudarlo; Enrique murió para mi amor, y mi Enriqueta perdió su padre; mas, será posible que aquel hombre sea perjuro? oh! no, esto no es cierto, debe haber error, Enrique no es culpable; voy á dar pasos, quiero ir á la Inspeccion, deseo ver yo misma su solicitud.

Infeliz criatura! te cuesta creer tu desventura, quieres hacerte ilusiones, como si el silencio á mis repetidas cartas no fuera bastante.

¡ Dios mio! cúmplanse tus decretos......

Tal fué mas o menos la relacion

que nos hizo

el agradable caballero de la barba blanca, respecto de la jóven que tanto interés habia despertado en nosotros.

Nos dió á mas todos los datos complementarios de esta triste historia, de los cuales iremos haciendo uso en el curso de esta relacion, y terminaremos con ellos, no solo el relato sobre el fin de Lina y Enrique, sino tambien lo referente al cataclismo operado en el Callao.

Nos dió tambien unos fragmentos escritos por Lina, de los que vamos á dar conocimiento á nuestros lectores, por el tierno interés que ellos

encierran,

CAPITULO XX

Meditaciones de Lina Montalvan, escritas por ella misma y encontradas entre sus papeles.

Dia 22 de Octubre de 1746.

"El tiempo avanza, y llegamos al dia 22 de Octubre, que es, en los países meridionales, la época mas hermosa del año, en que Dios perfuma la tierra con la fragancia de las flores, en que el sol se torna mas límpido y radiante, el aire se embalsama, las aves, en su feliz consorcio, celebran con sus acordados trinos sus amores y el nacimiento de sus hijuelos.

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Sí, en esta estacion, todo respira alegría en la naturaleza, todo concita á la felicidad y á la dicha; pero para mí ¡ solo existe luto, desconsuelo, desesperacion!

“El encorvado anciano goza al recojer, sobre su cuerpo, un rayo de sol vivificador que nos calienta, alegra y consuela. El enfermo que sufre en el lecho del dolor se siente contento, al ver el aspecto de la nueva primavera. La jóven que ama es feliz en sus ilusiones, y ansía

el momento de ver cruzar al que reina en su corazon, y marcha contenta bajo el cielo argentado de sus esperanzas, soñando amores, dichas y placeres pero yo solo tengo delante de mis ojos la desesperacion y el dolor sin fin.

"Yo creí un dia tomar asiento en el banquete de la felicidad, pero la voz ronca y destemplada de Satanás, me gritó:

"Retrocedí y caminé sobre la abrojosa senda de mi destino, sin proteccion, sin amigos, sin padres, como mísera paloma, sin albergue, ni ala maternal, y solo encontré un corazon á quien dí el mio, y en recompensa lo despedazó, arrojando sus fragmentos al camino abandonado y solitario.

"La antorcha de mi felicidad duró un instante, como la luz pálida y hermosa del meteoro, que nace en el espacio, alumbra un segundo y muere; así, ¿qué queda de mi pasado?.